Los libros en los libros son objeto de deseo, motivo de crímenes,
de búsquedas plagadas de aventuras. Son
pasión obsesiva por aprender, objeto de horrores
innombrables, de mágicos poderes, de
secretos tesoros que cambiarán el mundo. Alimentan a solitarios
protagonistas en momentos de angustia,
construyen puentes, dan aliento, cambian
almas atormentadas enseñándoles el camino, construyen realidades paralelas.
Don Quijote se creyó
un caballero andante y adoptó como código de hombre de honor aquel trazado por esos personajes que protagonizaban sus libros favoritos. Amadises y Palmerines dejaron de ser literatura y se convirtieron en modelos para
el viejo hidalgo envejecido, su épica fue historia real para Alonso Quijano. Varios
siglos después, una mediocre dama de
provincias se convirtió en un
personaje mítico cuando, moldeada por sus
lecturas románticas, huyó de la realidad en busca de un amor de novela que nunca encontró. Emma, como Alonso, enloqueció o, tal vez, vivió una vida más hermosa que aquella a la que estaba destinada.
Quienes amamos los libros, a veces, tendemos a olvidar la
realidad y navegamos con nuestros personajes de barco en barco en pos de un horizonte de mundos infinitos. Otras transformamos escritores de leyenda en personajes literarios. Poe, el detective, resuelve crímenes reales convertidos en ficción, Bierce será un viejo gringo que acompaña cabalgando al revolucionario mexicano y se perderá en la batalla sin dejar huella.
Nuestros personajes favoritos escriben
libros que compraríamos sin duda: Sherlock Holmes nos enseñaría a ser sabuesos de primera con La utilidad de los perros en el trabajo
de detective o en El arte de las
pesquisas, Pantagruel nos educaría en urbanidad con Ars honesti pentandi in societate o su De modo Cacandi, imprescindibles en toda casa de buen tono. O aquel que tiene el poder de revivir a los dioses ancestrales, el Necromicón, grimorio escrito
por el sabio loco Abdul Al-hazred, descrito con rigor en sus detalles y en su historia por Lovecraft y que está presente en la imaginación de escritores del horror de todo el mundo, desde que aquella sociedad de escritores de literatura popular compartió su iconografía, sus sucesores, desde entonces, vuelven a él una y otra vez.
Nuestras heroínas románticas se reciclan en guerreras mata-zombis o retoman sus vidas para continuar su historia de amor. Queremos saber más de ellas después del happy end que las llevo al matrimonio con los hombres de sus sueños. Y el monstruo que poblaba nuestros miedos en la noche, retornará, con nuevas intenciones o, tal vez, el tiempo y la sensibilidad lo hayan convertido en un condenado atormentado que sueña con recobrar la humanidad. Queremos saber mas de la señorita Bennet y Mister Darcy, si Miss Radcliffe dará la talla cuando ella sea la heroína de novela, armada con su código de dama inglesa, contenida y mesurada, persiguiendo vampiros desalmados para salvar a su hombre ideal y a su mejor amiga, que se lo arrebató en justa lid amorosa.
Nuestras heroínas románticas se reciclan en guerreras mata-zombis o retoman sus vidas para continuar su historia de amor. Queremos saber más de ellas después del happy end que las llevo al matrimonio con los hombres de sus sueños. Y el monstruo que poblaba nuestros miedos en la noche, retornará, con nuevas intenciones o, tal vez, el tiempo y la sensibilidad lo hayan convertido en un condenado atormentado que sueña con recobrar la humanidad. Queremos saber mas de la señorita Bennet y Mister Darcy, si Miss Radcliffe dará la talla cuando ella sea la heroína de novela, armada con su código de dama inglesa, contenida y mesurada, persiguiendo vampiros desalmados para salvar a su hombre ideal y a su mejor amiga, que se lo arrebató en justa lid amorosa.
Libros que corrompen o
dan la libertad en Fahrenheit 451, libros que matan en El nombre de la rosa, libros que moldean
la tragedia como "El evangelio según San Marcos" de Borges, libros que continúan los parques adivinando dramas oscuros.
Escritores pierden en control de su mundo literario cuando crean una sociedad paralela: Zola y sus Rougon-Macquart crearan una Francia alternativa, de la misma manera que Dickens un Londres lleno de personajes inmortales, o Galdós un Madrid gemelo del real. Pasaremos de una novela a otra siguiendo los hilos de las vidas ficticias que se cruzan, porque los personajes, los paisajes y las desventuras, cobran en la imaginación de estos genios, una consistencia y un peso que transmuta la esencia de la literatura en algo que trasciende.
De una o de otra forma, sean principio, móvil, objeto o fin del relato, es pues un hecho, los libros nos conducen a otros libros.
La ciudad de los libros soñadores - Lifen
Mendel, el de los libros. Stefan Zweig - Eliena
Los amores de un bibliómano. Eugene Field - Illimani
Leyendo con Alberto Manguel - Ariodante
No leer, de Alejandro Zambra - hierbamora
El nuevo Herman Koch - Carmen Neke
Si una noche de invierno un viajero. Italo Calvino - KindOfMagic
Tres maneras distintas de amar la literatura - Antonio Ponce (olamiamol)
El Club Dumas, deshojando a Los Tres Mosqueteros - Ana Espinosa
Bibliomanía, de Gustave Flaubert - Arden
Las bibliotecas de Mary Ann Clark Bremer - Raquel Sáez (Eyre)
Libro Abierto:
Perorata del Apestado, de Gesualdo Bufalino - Gorezsu
Escritores pierden en control de su mundo literario cuando crean una sociedad paralela: Zola y sus Rougon-Macquart crearan una Francia alternativa, de la misma manera que Dickens un Londres lleno de personajes inmortales, o Galdós un Madrid gemelo del real. Pasaremos de una novela a otra siguiendo los hilos de las vidas ficticias que se cruzan, porque los personajes, los paisajes y las desventuras, cobran en la imaginación de estos genios, una consistencia y un peso que transmuta la esencia de la literatura en algo que trasciende.
De una o de otra forma, sean principio, móvil, objeto o fin del relato, es pues un hecho, los libros nos conducen a otros libros.
La ciudad de los libros soñadores - Lifen
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Los amores de un bibliómano. Eugene Field - Illimani
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No leer, de Alejandro Zambra - hierbamora
El nuevo Herman Koch - Carmen Neke
Si una noche de invierno un viajero. Italo Calvino - KindOfMagic
Tres maneras distintas de amar la literatura - Antonio Ponce (olamiamol)
El Club Dumas, deshojando a Los Tres Mosqueteros - Ana Espinosa
Bibliomanía, de Gustave Flaubert - Arden
Las bibliotecas de Mary Ann Clark Bremer - Raquel Sáez (Eyre)
Libro Abierto:
Perorata del Apestado, de Gesualdo Bufalino - Gorezsu
Una presentación del tema muy buena, Julia; me gusta mucho. Y la portada es preciosa, enhorabuena a quien la haya elegido
ResponderEliminarLa portada es un diseño de Isabel Palacio :)
EliminarEl artículo fenomenal, como siempre que escribe Julita pero la imagen me ha encantado ¿puede utilizarse?
ResponderEliminarNo creo que a Isa le importe.
ResponderEliminarHabrá que preguntarselo.
ResponderEliminarJulia, como siempre, enhorabuena. Suerte que tenemos con tus editoriales.
¡Besos!