Diseño portada: Isabel Palacio; Fotografía: Julia Duce Gimeno
Literatura y fantasía parecen inseparables. ¿No es acaso la literatura una sublimación de la realidad a través de la fantasía? Nos lleva de la mano a universos paralelos, a mundos recreados y realidades alternativas. Interpreta y da explicación de lo que no alcanzamos a ver, entender o aceptar.
Sin embargo, cuando nos referimos a literatura fantástica nos remitimos a un género con señas de identidad propias: esa en la que intervienen elementos que distorsionan el devenir racional de lo cotidiano, que esconde intervenciones de seres extraordinarios inspirados en mitologías de orígenes inciertos o en seres salidos de nuestros sueños. Por Literatura Fantástica entendemos aquella en la que los límites de lo posible y lo mágico eliminan la línea divisoria y hacen sus fronteras difusas.
Es solo una convención relativamente reciente, pero existente desde hace mucho tiempo. En la Ilíada o la Odisea, (siempre recurrimos a los mismos referentes), en las grandes tragedias griegas, los dioses caminaban junto a los héroes e intervenían en un mismo plano. En aquellas novelas de caballerías en los límites entre la Edad Media y el Renacimiento, ya estaban pobladas de brujas y seres mágicos, cohabitaban dragones y encantamientos a los que los héroes debían enfrentarse en su búsqueda del bien, armados con su código de caballeros, su arrojo y su valentía. Leyendas en las que premoniciones y pactos con el diablo, llenas de vírgenes y santos y pobladas de milagros que daban soluciones a vidas atormentadas, eran siempre elementos que se relacionaba sin dificultad en una literatura que reflejaba una realidad menos científica y cargada de magia.
Lo maravilloso o lo maléfico, ha sido, con frecuencia, tan real y consistente como un experimento de física o de química aplicada y los muertos y los vivos no han tenido nunca las fronteras definidas y han compartido los mismos espacios, sin molestarse mutuamente o tal vez enfrascados en conflictos que apenas se rozaban.
La literatura fantástica es mucho más que el tradicional género de espada y brujería en el que se convirtió en los principios del siglo XX con aquellas publicaciones Pulp, que de una o de otra manera definieron los tres caminos derivados de una misma rama: El terror, la cifi y las novelas de espada y brujería. También existe en la literatura con vocación intelectual.
Cuando nos referimos a literatura fantástica, con la evolución que ha dado un género que crea adicción y asociado a lectores adolescentes, pensamos siempre en esta que trata de conflictos ambientados en mundos hechos a semejanza de la sociedades medievales de inspiración artúrica, con personajes con poderes para dominar el tiempo y el espacio, con dragones, elfos, troles y brujas. Series de más o menos calidad literaria, asociadas a sagas interminables y novelas y personajes clave con muchos paralelismos con aquellos caballeros medievales y mundos paralelos en los que la magia es tan cotidiana como las espadas, porque las armas de fuego no tienen romanticismo en las batallas.
Pero quienes nos seguís ya sabéis que en estos temas nuestra forma de entender los diferentes caminos es muy libre. Por eso damos entrada a una concepción del tema algo diferente, que deja paso tanto al universo clásico como a otras visiones en las que se entremezclan lo real y lo imaginado de forma más personal: tan otra realidad consideramos La historia interminable como Cien años de Soledad.
Queremos descubrir que las realidades se confunden y que la fantasía esta en todos lados, como los prestidigitadores que engañan a los espectadores con sus trucos de manos.
Bienvenidos pues a nuestra entrega sobre Literatura fantástica.
Terry Pratchett, el humor en la fantasía - Sinkim
Mervyn Peake: una búsqueda sin fin - KindOfMagic
Tras los límites de lo real - MISTRAL
Enterrado en piedra. Concrete de Paul Chadwick - Eduardo M.
Bosque Mitago, de Robert Holdstock - Luis Ángel Oliva París (Fley)
J. J. Arreola y la literatura fantástica - hierbamora
Las fantasías de E. M. Forster - Raquel Sáez (Eyre)
Yo fuí guía en el infierno. Fernando Arias - Julia Duce Gimeno
Edogawa Rampo: el escritor del misterio e imaginación oriental - Miguel Ángel Maroto (topito)
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