Matar a un ruiseñor, de Harper Lee: uno de los best-sellers más queridos de todos los tiempos - happykent




“Uno es valiente cuando, sabiendo que la batalla está perdida de antemano, lo intenta a pesar de todo y lucha hasta el final pase lo que pase. Uno vence raras veces, pero alguna vez vence.” – Harper Lee

Lecciones como ésta pueden encontrarse a raudales cuando nos sumergimos en las páginas del inolvidable best-seller objeto de este artículo: Matar a un ruiseñor. El mismo puede clasificarse como tal por el gran éxito de ventas que ha cosechado desde su primera publicación hasta el presente. Sin embargo, no es un best-seller más: es uno de los libros más hermosos que he leído, con una historia y personajes inolvidables y que, además, ha inspirado e influenciado a muchas generaciones gracias a su protagonista Atticus Finch, un ejemplo de moralidad e integridad. El propósito de este texto es no sólo analizar el porqué del continuo éxito de la historia, sino también el de intentar que quienes aún no hayan leído este libro le den una oportunidad. Desde el momento en que lo leí pasó a formar parte de mi lista de “lecturas obligadas”.



Nelle Harper Lee (Monroeville, Alabama, 28 de Abril de 1926 – 19 de Febrero de 2016) fue una escritora estadounidense ampliamente conocida por su novela Matar a un ruiseñor (To Kill a Mockingbird, 1960)1. Desde su primera publicación, vendió alrededor de 30 millones de ejemplares en todo el mundo y fue traducida a más de 40 idiomas. Recibió el Premio Pulitzer en 1961 y se convirtió en un clásico de la literatura moderna estadounidense. Además Matar a un ruiseñor fue adaptada al cine en 1962 y a partir del año 1990 se representa en Monroeville su versión teatral. La escritora es recordada por la comunidad de su pueblo y el mundo como una escritora reservada y de gran talento, quien se negaba a dar entrevistas y a ser una figura pública. De esta forma, Lee mantuvo su privacidad y vivió retirada tras el éxito de su gran novela.

Durante 55 años fue la única obra publicada de su escritora hasta la publicación en 2015 de Ve y pon un centinela (Go, Set a Watchman), novela que fue escrita por Harper Lee antes de Matar a un ruiseñor y es en realidad el borrador de su primera novela. Lo curioso es que la editora de Harper Lee, tras leer el manuscrito de Go, Set a Watchman, le pidió a la escritora que creara otra novela desarrollando los recuerdos de la infancia de Scout en torno a su familia y a Boo Radley, naciendo así su novela éxito en todo el mundo.



Ambientación y Argumento
La historia se desarrolla en Maycomb, un pequeño pueblo ficticio del Estado de Alabama en Estados Unidos y transcurre a lo largo de tres años, desde 1933 hasta 1935. El contexto socioeconómico está dado por la Gran Depresión de los años 30, crisis económica que tuvo origen en Estados Unidos en 1929 y afectó severamente a un gran número de países en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial, causando miseria, desempleo e inseguridad. Por otra parte, Alabama se encuentra dentro del grupo de los estados considerados más racistas de ese país y en la década en la que transcurre la historia, los hombres negros aun padecían los efectos de un racismo arraigado profundamente en los estados sureños. Es por esto que la trama de Matar un ruiseñor tiene lugar en una sociedad rural violenta, racista y llena de prejuicios.

La obra está escrita en primera persona, en retrospectiva, por Jean Louise Finch (conocida por su apodo Scout) quien va relatando los hechos combinando sus pensamientos de niña con la mirada de la Scout más adulta. El estilo de la narrativa es sencillo y fresco, con una prosa cuidada y toques de humor que acogen al lector al mismo tiempo que ensambla la simpleza de las observaciones de la infancia con situaciones adultas, complicadas por motivaciones ocultas y por la incuestionable tradición.

Scout es una niña de 6 años que vive con su padre Atticus Finch y su hermano Jem (los niños son huérfanos de madre) y tienen una nana, Calpurnia, de raza negra. El libro está dividido en dos partes: en la primera se hace una presentación detallada de todos los personajes y del ambiente en el que viven. A través de Scout conocemos la vida en el caluroso y polvoriento Maycomb, donde los niños corren, juegan y hacen travesuras en un día de verano, mientras los mayores trabajan y cuidan de ellos. Aquí los niños son los protagonistas absolutos y Scout cuenta sobre sus aventuras junto a su hermano y a un amigo, Dill, quien veranea en su pueblo. Los tres también muestran una curiosa fascinación y terror por la figura del misterioso Boo Radley, un hombre que nunca se muestra y es objeto de prejuicios y críticas de sus vecinos.


Los niños: Mary Badham (Scout), Phillip Alford (Jem) y John Megna
en una escena de la película Matar a un Ruiseñor, Robert Mulligan (1962)


Un detalle de la historia que conmueve es la devoción y el amor incondicional que sienten Scout y Jem por su padre, siendo esto el reflejo de una crianza muy afectuosa por parte de Atticus, quien es muy paciente con sus hijos y al mismo tiempo trata de inculcarles los valores de rectitud y humanidad por los que él mismo se guía.

La introducción a la vida en Maycomb otorga la contextualización necesaria para dar paso a la segunda y más trascendental parte de la historia: la trama judicial. Atticus Finch, de profesión abogado, acepta la difícil tarea de defender a un hombre negro, Tom Robinson, acusado de abusar sexualmente de una mujer blanca. La decisión de Atticus es moralmente correcta, pero al momento de tomarla desconoce las desventajas que ésta le ocasionaría tanto a él como a su familia. La naturaleza prejuiciosa y racista de los habitantes del pueblo aflora con éste caso; por ende el abogado debe enfrentar los ataques de sus vecinos blancos indignados ante su osadía al defender a un hombre de raza negra. Scout y Jem también son acosados por ese motivo por sus compañeros de clase; son llamados “basura blanca” (white trash) y amantes de los negros (Nigger-lovers). El padre de la supuesta víctima de violación es uno de los más acérrimos racistas del lugar, por lo que Atticus también se gana la enemistad de este hombre, quien luego buscará venganza.

El imputado es doblemente juzgado: primero por la sociedad, la cual de antemano lo declara culpable por ser afroamericano y luego por el jurado, el cual se siente profundamente influenciado y presionado por la opinión pública. Hacia el final del juicio, Finch (con la voz de la verdad) realiza un alegato admirable, destacando los valores de igualdad ante la justicia y la equidad en los tribunales. Pese a la excelsa defensa del abogado Finch y a la evidencia aplastante sobre la inocencia del acusado, el jurado lo condena igualmente por tratarse de un hombre negro. De nuevo es un acierto la narrativa desde el punto de vista de la niña, ya que vemos cómo desde su inocencia y pureza, Scout, Jem y Dill se indignan y asombran ante el modo en que tratan a Tom en el juicio y ante la resolución del mismo.

Escena del juicio en la adaptación cinematográfica del libro dirigida por
Robert Mulligan en 1962, con Gregory Peck como Atticus Finch y Brock Peters
como Tom Robinson.


Trasfondo de la obra y trascendencia
Hay muchos aspectos a destacar en ésta obra que seguramente influyen en gran medida para que siga siendo un libro muy exitoso a más de 50 años de su primera publicación:
  • Un requisito indispensable para el éxito de una obra es una buena historia, como la de Matar a un ruiseñor, con personajes entrañables y muy bien desarrollados y un poderoso mensaje. La novela defiende valores como la solidaridad, la justicia, la amistad, la lucha contra los prejuicios y también habla de la importancia de ser mejores seres humanos y del respeto al prójimo.
  • Aborda un tema muy delicado y controversial: el racismo y los prejuicios en contra de los ciudadanos afroamericanos, ambos muy extendidos en todo el sur estadounidense. La publicación de ésta obra en 1962 coincidió con el inicio de la lucha por los derechos civiles y la igualdad, teniendo como líder al emblemático Martin Luther King. Durante el juicio, la autora muestra cómo se valora la declaración de personas blancas por sobre la de honrados ciudadanos de piel negra y también la credibilidad inexistente de las personas negras por ser consideradas ciudadanos de segunda o tercera clase.
  • El gran ejemplo a seguir del personaje Atticus Finch, un excelente abogado honesto y valiente que decide defender a un hombre inocente sin importarle las consecuencias. Atticus Finch es un gran héroe, llamado por algunos “héroe silencioso”, quien no sólo fue una fuente de inspiración para muchos que decidieron seguir la carrera de grado de abogacía sino que también influyó con sus excelentes valores éticos y morales a muchas generaciones. El personaje de Atticus Finch encarnado por Gregory Peck en la película de Matar a un ruiseñor (1962) fue votado en mayo de 2003 por el American Film Institute como el héroe de la pantalla más grande de todos los tiempos, solo dos semanas antes de la muerte del actor. En la votación derrotó a Indiana Jones (segundo lugar) y a James Bond, tercero.
  • Matar a un ruiseñor es considerada un Bildungroman o novela de formación, ya que el personaje de Scout evoluciona desde la infancia a la madurez, y los acontecimientos de los que es testigo le dan muchas lecciones de vida que le permiten crecer y hacen que pierda su inocencia. Algunos también consideran a ésta obra como novela gótica o sureña, ya que en un principio el personaje de Boo Radley era enigmático y casi mágico a los ojos de los niños. Luego se comprueba que Boo es completamente humano, solo que recluso de la sociedad, por lo que no debería catalogarse a la novela dentro de dicho género.
  • Elementos autobiográficos: Harper Lee negó que Matar a un ruiseñor fuera una autobiografía, pero sí admitió que todo autor "sólo debe escribir de aquello que conoce, y debe hacerlo de forma honesta". Es por esto que se halla un paralelismo con varios eventos y personas asociados a la infancia de la escritora, tales como: la escritora era huérfana de madre; su padre era un abogado (al igual que Atticus) y en 1919 defendió a dos hombres negros acusados de asesinato. Además, Lee tenía un hermano cuatro años mayor que ella y una mujer negra era quien se ocupaba de su casa y de su familia. Si bien la autora es la narradora y protagonista (a través de Scout) ella misma se ha definido como una reclusa como Boo Radley. La figura de Dill, el amigo de los niños, está inspirado nada más ni nada menos que en el famoso Truman Capote, gran amigo de la infancia de Harper Lee. Ambos escritores trabajaron muy estrechamente, incluso la mayor parte de la documentación de la obra maestra de Capote, “A sangre fría”, fue hecha por Lee. Sin embargo a principios de la década del 70 se distanciaron.

Adaptación cinematográfica
Grandes clásicos de la historia así como muchos best-sellers han sido adaptados a la pantalla grande, con resultados muy variados. El director Robert Mulligan llevó éste libro al cine en 1962 en una película muy conmovedora y junto al guionista Horton Foote supo captar la esencia del libro de Harper Lee. La actuación de Gregory Peck como Atticus Finch es magistral, y no puedo más que opinar que el Oscar con el que fue galardonado por dicho papel fue más que merecido. La niña que encarna a Scout también lo hizo muy bien al igual que el resto de los personajes. Es muy difícil resumir un libro de 400 páginas en un film de 2 horas, por lo que es lógico que algunas escenas muy bonitas (que me hubiera gustado ver en la película) se hayan omitido. Es una película llena de matices, con un mensaje vigente y exquisita sensibilidad.

Recomiendo ésta adaptación; con ella disfruté nuevamente de ésta preciosa historia, me atemoricé con los niños frente a la casa de Boo y me sorprendí cuando Atticus le dispara al perro rabioso frente a la mirada atónita de sus hijos que desconocían que fuera un gran tirador. La escena que más me conmovió fue la de Scout, al frente de la comisaría, cuando con sus preguntas inocentes al señor Cunningham logra que los hombres allí reunidos se avergüencen de lo que iban a hacer, dispersándose así la turba que se proponía matar al prisionero y atacar a Atticus en el proceso.

Gregory Peck con los niños Mary Badham y Phillip Alford, en la versión
cinematográfica de Matar un ruiseñor.



Al final de la lectura de éste maravilloso libro permanecen en la memoria del lector las frases ligadas a Atticus Finch; quedan los niños que descubren el mundo y se enfrentan a una historia cargada de injusticias que marca sus vidas para siempre. También permanece la lucha por la dignidad de un abogado y el relato de un padre que quiere proteger a sus hijos sin ocultarles las miserias del mundo en que viven. No debemos olvidarnos de Tom Robinson, el verdadero ruiseñor de ésta obra, cuyo excelente título engloba un poderoso mensaje: “Es pecado matar a un ruiseñor”, dice Atticus Finch y su vecina, la señorita Maudie les explica a los niños que los ruiseñores no le causan ningún daño a las otras criaturas vivientes, enfatizando que simplemente dan placer con su canto. El escritor Edwin Bruell resumió el simbolismo en 1964, cuando expresó que "'Matar un ruiseñor' es matar aquello que es inocente e indefenso, como Tom Robinson."

Matar a un ruiseñor es un libro que ha marcado la cultura de la primera potencia mundial. Es el ruiseñor que soltó de su jaula Lee en 1960 y que representa a todos los inocentes que sufren por la maldad de sus semejantes. Joyas literarias como ésta siempre permanecerán vigentes y en el corazón de los lectores, al igual que su héroe silencioso, Atticus Finch.

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1 Fuente: wikipedia.org

3 comentarios:

  1. Un artículo precioso. Felicidades por tan buen trabajo. Gracias por compartir.

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  2. Me ha encantado. Un excelente artículo, te felicito.

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  3. Muchas gracias a ambos. Me alegro de que les haya gustado. Saludos! happykent

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