James
Matthew Barrie (Kirriemur, Escocia, 9 de mayo de 1860 – Londres, 19
de junio de 1937), periodista y escritor, se trasladó a Londres
desde su Escocia natal para probar fortuna con la escritura
convirtiéndose en poco tiempo en un novelista de éxito escribiendo
obras de ambientación rural en un pueblo escocés, y también en un
dramaturgo notable, hasta que llegó Peter Pan, el niño que no
quería crecer, que sería el personaje que le daría el renombre y
la fama mundial y que lo haría más rico y famoso de lo que nunca
pudo imaginar. Aunque todo este éxito, ni el dinero que ganó, pudo
tapar sus desgracias personales, la temprana muerte de su hermano, y
posterior, y casi simultáneamente, de su hermana y su madre, que
lo convirtieron en un hombre adusto, reservado, retraído y
pesimista, pero que se iluminaba y transformaba en compañía de los
niños, porque nunca dejó de serlo.
1897. Londres. Barrie era ya un autor de éxito lo que le permitía tener tiempo libre y pasear por los jardines de Kensington, muy cercanos a su casa. Su figura era muy peculiar ya que apenas sobrepasaba el metro y medio, vistiendo con una gabardina hasta los pies y dejándose llevar por un enorme y dócil perro San Bernardo llamado Porthos, que acababa atrayendo la curiosidad de los niños que paseaban y jugaban con lo que acababa jugando con ellos y haciéndoles reír con sus muecas, como subir y bajar una u otra ceja alternativamente, y sus historias. Un día se encontró en el parque con los hermanos Llewelyn-Davies, George de cinco años, Jack de tres y Peter, que aún era un bebé en su cochecito, que le parecieron encantadores con sus trajes escoceses y sus boinas rojas, y que quedaron encantados con sus historias en las que ellos mismos participaban enfrentándose a grandes aventuras. Barrie se había casado en 1894 con Mary Ansell, a la que le compró un cachorrito de San Bernardo como regalo de boda, el cual después tendría un papel fundamental en la historia, pero no tenían hijos. Por casualidad, en la Nochevieja de 1897 conoció a la madre de los niños, Sylvia Llewelyn Davies y a su marido Arthur, y se quedó prendado y fascinado con Sylvia. A partir de ese momento la familia Llewelyn Davies se convirtió en algo así como la familia que no tenía.
Barrie paseando con su perro Luath sucesor de Porthos
Fotos familiares de los niños Llewelyn Davies tal como eran cuando los conoció Barrie
Sylvia Llewelyn Davies en 1893 con su hijo George
En 1901, los Llewelyn Davies alquilaron una casa de labranza en el condado de Surrey y los Barrie se instalaron muy cerca a las orillas de un lago, donde los niños fueron a pasar unos días. El lago se convirtió en una isla con piratas, animales salvajes, y aventuras incontables, todo ello fotografiado por Barrie, que realizó un libro con esas fotografías, llamado “Los jóvenes náufragos de Black Lake Island, un testimonio de las terribles aventuras de los hermanos Davies en el verano de 1901 fielmente presentado por Peter Llewelyn Davies”, del que Barrie hizo dos ejemplares y solo se conserva uno. Y ahí está el germen de Peter Pan, incluso hay hasta un Capitán Moreno, personaje que prefigura al Capitán Garfio. Barrie siempre comentó que Peter Pan es una obra conjunta creada junto a los hermanos Llewelyn Davies, porque aunque contiene elementos y juegos de su infancia, en realidad se gestó en los juegos y aventuras imaginadas con los hermanos Llewelyn-Davies.
Barrie
tenía en sí todos los elementos para crear a Peter Pan, solo tenía
que unirlos y ponerse a ello. La concepción de la infancia y la
literatura había cambiado mucho. Desde una educación severa y
rígida se había ido evolucionando hasta llegar a la idea de que en
la niñez debía haber espacio para el juego, la imaginación y la
fantasía, y así se habían escrito obras como La isla del tesoro de
Robert Louis Stevenson, La isla de coral de Ballantyne, El último de
los mohicanos de James Fenimore Cooper o Alicia en el País de las
Maravillas de Lewis Carroll, donde se nos cuentan historias de pieles
rojas, de piratas o sobre un reino de fantasía y magia con
personajes locos y estrafalarios, y con esos libros había crecido
Barrie, y eso unido a la vida familiar de los Llewelyn-Davies es lo
que encontramos en Peter Pan. Y sobre todo tenía al niño que no
quería crecer, y es que Barrie fue ese niño, que nunca quiso ser
adulto, y que inexorablemente tuvo que serlo, aunque casi lo logró
en su estatura, ya que se quedó con una corta estatura
diagnosticándosele enanismo psico-social.
En
1902, Barrie escribe El pajarito blanco, un libro para niños extraño
y triste, pero donde aparece por primera vez el personaje de Peter
Pan, como un niño perdido que se cree un pájaro y que no va a
crecer, En este libro aniquilará la frontera entre fantasía y
realidad y mostrará su deseo de la paternidad. En su vida real no
había momento más feliz que cuando lo tomaban por padre de los
hermanos Llewelyn-Davies.
Primera representación de Peter Pan en Londres
Y, por
fin llega Peter Pan. En 1904 termina de escribir una obra de teatro
para niños a la que cambia el título que había pensado por el de
Peter Pan, Peter por uno de los hermanos Llewelyn-Davies y Pan por el
dios griego Pan del que tiene alguna de sus características. Esta
obra era arriesgadísima desde todos los puntos de vista por la
complicación de su puesta en escena, los actores tenían que volar,
y una mujer hacer del adolescente Peter Pan, por la tremenda fantasía
que contenía, algo muy novedoso, lo que conllevaba gran
incertidumbre respecto a la reacción del público, y de hecho como
el autor preveía pérdidas le ofreció al productor una segunda obra
para compensarlas. En la obra actuaban 50 actores que tenían que
hacer de hadas, piratas, sirenas, y llevaba a escena, perros, lobos y
cocodrilos, y utilizarse una gran cantidad de efectos especiales,
entre ellos los que posibilitaban que los actores volaran. Barrie
escribía y reescribía a diario la obra, con cortes y revisiones
hasta el último momento, hasta que por fin llegó el estreno el
martes 27 de diciembre de 1904 de la obra “Peter Pan, o el niño
que no quería crecer. Una obra en tres actos de J.M. Barrie”, con
la famosa actriz Nina Boucicault en el papel de Peter Pan y el actor
Gerald Du Maurier como el siniestro capitán Garfio. La obra contra
todo pronóstico tuvo un clamoroso éxito ante las 900 personas que
abarrotaban en el Duke of York's Theatre de Londres donde se estrenó.
Peter Pan haría a Barrie inmensamente reconocido y rico.
Pero
el éxito no le hizo todo lo feliz que podía haber sido. A la muerte
de su agente y mejor amigo en 1906 le siguió pocos meses después el
de Arthur Davies, padre de sus queridos niños, a quien se le había
diagnosticado cáncer, con el que no se había llevado tan bien en un
principio, dado que no le había acabado de gustar la relación del
“tío Jimmy” con su esposa y sus hijos, pero al que había
acabado por ver como a un hermano, agradeciéndole sus cuidados y la
dedicación a su familia.
En
1909 Barrie se divorciaría de su esposa al haberle esta sido infiel y poco
después se le diagnosticó cáncer a su adorada Sylvia
Llewelyn-Davies, adoptando a los niños huérfamos, ya cinco, a su
muerte en 1910, para los que se convirtió en un verdadero padre. A
partir de ese momento prácticamente dejó de escribir para dedicarse
a ellos, y el golpe definitivo lo tuvo con la muerte de su hijo
favorito, George, el auténtico inspirador de Peter Pan, en el frente
belga durante la Primera Guerra Mundial, al que le alcanzó una bala
en la cabeza. Posteriormente, la muerte de Michael en 1921, ahogado
en Oxford, terminó de devastar a Barrie, el cual ya nunca se
recuperó de los golpes sufridos, muriendo el 19 de junio de 1937 con
sus otros niños, Peter y Nico, a su lado, siendo su funeral motivo
de luto nacional, y quedando para siempre en la memoria su creación
de Peter Pan el niño que no quería crecer.
Primera edición de Peter y Wendy de 1911
Era
tal el éxito de la obra de teatro que los editores le pidieron a
Barrie que novelara la historia, idea que no le gustaba a Barrie
porque sería fijarla de forma definitiva, pero al final accedió
publicándose como novela en 1911 con el título de Peter y Wendy,
con ilustraciones a plumilla de F. D. Bedford, y en sucesivas
ediciones de 1915 y 1921 se publicó con el nombre de Peter Pan y
Wendy, para finalmente quedarse con el título definitivo con el que
lo conocemos: Peter Pan. Los derechos de esta obra no caducan nunca
por declaración expresa del Parlamento británico, y pertenecen al
Hospital infantil Great Ormond Street al que Barrie se los donó a su
muerte.
La
primera frase de la historia ya nos muestra la esencia del personaje de
Peter Pan:
“Todos
los niños crecen menos uno”.
Peter
Pan es el niño que no quiere crecer, con lo que ello conlleva de no
aceptar responsabilidades, vivir en el eterno país de la magia y la
fantasía, lo que al mismo tiempo implica la renuncia a tener una vida
familiar y vínculos con seres queridos realmente. A diferencia de la
imagen edulcorada de los niños que usualmente se ofrecía como
criaturas indefensas y buenas, Peter es voluble, caprichoso,
irascible, y puede ser temible, además de vanidoso, egocéntrico,
egoísta, creído y jactancioso, y al mismo tiempo es valiente,
encantador, aventurero e imaginativo, es decir lo que suelen ser los
niños. Suele tocar una siringa o flauta de Pan, lo que le liga al
dios Pan del que le viene el nombre, y suele olvidarse rápidamente
de todo, tanto de lo bueno como de lo malo, no echando de menos a las
personas que le podrían querer. También me recuerda a Puck el
inolvidable personaje de El sueño de una noche de verano de W.
Shakespeare, “un pícaro y bellaco duendecillo”, juguetón, y con
una extraordinaria capacidad de imitación, como Peter Pan. Es obvio
el trauma que tiene por el “abandono” de su madre, por lo que
adopta a Wendy como madre-esposa, con connotaciones freudianas
claras, al interpretar Peter un papel en la isla cuando
Wendy llega a la misma, donde ambos son padre y madre de los demás niños
pero al mismo tiempo para Peter Wendy es su también su madre, sustituyendo a la que perdió, y por eso le hace tomarse la medicina,
le remienda la ropa, etc...
Pero
¿quién es Peter Pan? Peter le cuenta a Wendy su historia:
“Wendy
, me escapé de casa el día en que nací (…) Fue porque oí a
padre y madre hablando sobre qué iba a ser cuando me convirtiera en
un hombre. (…) No quiero ser un hombre nunca (…) Quiero ser un
niño y divertirme por siempre jamás. Así que me escapé a los
Jardines de Kensington y viví mucho tiempo entre las hadas.”
Peter
Pan no es una obra tan alegre como se piensa, es divertida y se
cuentan muchas aventuras pero el trasfondo a veces es bastante
oscuro, la muerte siempre está rondando, y desprende un halo de
tristeza y de pérdida, y Peter da la impresión de ser un niño que
murió y se quedó entre un mundo y otro atrapado y es por eso por lo
que no puede crecer y vive en la imaginación de los niños. De hecho
los niños de la isla son “niños perdidos”, niños que no tienen
a nadie, a los que sus padres perdieron, ese “perder” podría ser
en el sentido físico, pero también en el sentido de que murieron.
De hecho en el mito feérico las hadas y duendes podían raptar
niños, y a veces sustituirlos por uno propio, por eso en la Edad
Media cuando un niño era enclenque y muy blanco se decía que podía
ser un niño proveniente de un hada que había dado el cambiazo, pero
a veces también en otras tradiciones se llevaban a los niños a un
mundo utópico donde el dolor y el sufrimiento no existe, una especie
de jardín del Edén, el equivalente a nuestro cielo. Peter le cuenta
a Wendy que intentó volver pero que cuando lo hizo su madre había
cerrado la ventana y él ya no pudo entrar, quedando para siempre en
ese mundo de fantasía. De hecho en 1908, Barrie declaró que en
realidad “Peter no es otra cosa que un bebé muerto; es un bebé de
todas aquellas personas que nunca tuvieron uno.” En realidad es el
hijo que nunca tuvo.
La
obra comienza en el hogar de los Darling, una familia muy
peculiar, que copia de forma paródica a la
familia Llewelyn-Davies. El Sr. Darling es el personaje más tonto de
la obra, es entrañable también, pero es posible que Arthur, el
padre de los niños, no se sintiera muy halagado con el retrato que
hizo de él, ya que no se parece en nada a la familia tradicional
victoriana donde el padre es respetado y tiene la potestad absoluta
sobre la familia, de hecho el castigo que se autoimpone por la huida
de los hijos es quedarse a vivir en la caseta del perro, algo
totalmente ridículo. La Sra. Darling es la típica madre, que se
preocupa de la casa y de los hijos, y lleva la economía doméstica.
La niñera es Nana, una perra terranova, cuya caseta está en el
cuarto de los niños. Y después están los hijos, Wendy, que es la mayor, no aún una adolescente plena, pero ya no es tan niña, y John
y Michael.
Nana es la perfecta niñera
Los
niños duermen y conocen a Peter y el País de Nunca Jamás a través de sueños, que después Wendy cuenta después a su madre, aunque, por supuesto, a medida
que te haces mayor vas olvidándolos, hasta
el punto de que a la Sra. Darling le suena de forma muy lejana pero
no lo recuerda en absoluto. A Peter Pan le encantan las
historias que la Sra. Darling les cuenta a los niños antes de dormir y siempre se acerca a la ventana para escucharlos, hasta que un día su sombra se queda
atrapada en la casa, guardándola la Sra. Darling en un cajón, lo
que provoca que Peter tenga que volver a por ella. Y ahí es cuando tiene
lugar el famoso encuentro entre Peter y Wendy, cuando aquel intenta
pegar su sombra a sus pies con jabón y no puede, y rompe a llorar despertando a
Wendy:
“Muchacho
– dijo cortésmente - ¿por qué lloras?
Esta
escena se repetirá en los últimos capítulos ya que el libro, como la isla de Nunca
Jamás, tiene estructura circular. Al final del libro cuando Wendy y los
niños vuelven, la madre le promete a Peter que se podrá llevar a
Wendy para la limpieza de primavera, lo que recuerda mucho al mito de
Perséfone, hija de Deméter la diosa Tierra, que tenía que volver
al Hades subterráneo durante 6 meses. Los años pasan y
Wendy se hace mayor y a Peter se le olvida ir todos los años, con lo
que llega un momento en que no la reconoce, y es la hija de Wendy la que al verlo llorar
desconsoladamente le repetirá la misma pregunta que le hizo su madre
el día que la conoció, llevándose a la niña al país de Nunca
Jamás, y así irá ocurriendo eternamente año tras año, él
siempre será un niño y se llevará a la hija primero, después a la
nieta, a la bisnieta, y así para siempre, a la que confundirá
siempre con Wendy, volviendo a empezar la historia.
Peter
quiere que Wendy sea su madre y la de los niños perdidos que están
en la isla, y así les podrá arropar y contar historias todas las
noches, todo esto seduce a Wendy, ya que además de enamorarse de
Peter, al que le pide un beso, entendiendo él que el beso es un
dedal, a ella le atrae la idea de la maternidad, es decir de ejercer
de madre, repitiendo el rol victoriano de madre amante y esposa, y
con la aparición de Campanilla, un hada, y la posibilidad de volar,
es como la acaba de convencer.
Las
hadas eran un tema recurrente en la época eduardiana, provenían de
la mitología celta y ya habían tenido un papel estelar en otras
obras como en El sueño de una noche de verano de William
Shakespeare, que fue el escritor que más influyó en la concepción
que se tendría posteriormente sobre las hadas. La creencia en la
existencia de las hadas llegó hasta el punto de que el gran escritor
Arthur Conan Doyle llego a ser engañado en 1922 por unas niñas que
supuestamente se habían fotografiado realizando actividades con unas
hadas, todo ello resultó una falsificación.
Fotografía de la falsificación que engañó al mundo y a Conan Doyle
Fotografía de la falsificación que engañó al mundo y a Conan Doyle
Barrie
adaptó los mitos feéricos y creó a Campanilla, el hada de Peter.
Así cuenta Peter el origen de las hadas:
“Verás
Wendy, cuando el primer bebé rio por primera vez, su risa se rompió
en mil pedazos distintos, y todos comenzaron a dar saltitos de acá
para allá, y así nacieron las hadas.”
Versión Disney de Campanilla
Pero
como casi todos los personajes en Peter Pan, Campanilla no es todo
bondad ni mucho menos. Está enamorada de Peter y lo quiere para él,
lo que hace que esté tremendamente celosa de Wendy, hasta el punto
de intentar provocar su muerte al llegar al País de Nunca Jamás. El
momento cumbre en la obra de teatro se producía cuando habiéndose
contado antes que un hada moría cada vez que un niño decía que no
creía en ellas, Campanilla, se encuentra muy mal porque ha bebido el
veneno que Garfio le había destinado a Peter, y Peter preguntaba a
toda la sala, rápido salvad a Campanilla, ¿créeis en las hadas? Si
es así aplaudid, y todo el mundo aplaudía. Era una forma de
traspasar la barrera de la cuarta pared e introducir al espectador
dentro de la obra, participando en ella, y convirtiendo a los adultos
también en niños. De hecho el estilo del autor al escribir pasa del
punto de vista del adulto al del niño, e incluso da la impresión de
que el narrador a veces no sabe lo que va a pasar, o nos involucra en
la historia como si estuviera pasando delante de nosotros en ese
momento.
El
hombre, y especialmente los niños, siempre han soñado con volar, no
hay más que recordar el mito de Dédalo e Ícaro, y por ello el
volar es parte de muchas de las historias infantiles, desde Mary
Poppins a Papá Noel o al reciente Harry Potter, muchos personajes
infantiles atraen por su capacidad de volar, por sí o a través de
otros medios. En la obra de teatro al principio se decía que si un
niño pensaba en cosas bonitas y maravillosas podría volar, lo que
hizo que se provocara algún que otro desastre doméstico de niños
que habían querido volar en casa y acabaron en el hospital, por lo
que cambió la historia añadiendo que, además, se necesitaba polvo
de hada.
Y
volando desaparecen los niños, ante la desesperación de Nana y de
los Sres. Darling, para dirigirse al país de Nunca Jamás. La
dirección no es muy complicada, solo hay que seguir la segunda
estrella a la derecha y todo recto hasta la mañana. La ocurrencia de
esta indicación viene, parece ser, de que el escritor Robert Louis
Stevenson, autor de La isla del tesoro y gran amigo de Barrie, vivía
por cuestiones de salud en una pequeña isla en el Pacífico en las
islas Samoa, y le dijo a Barrie “Toma el barco a San Francisco y
luego mi casa es la segunda a la izquierda.
La isla de Nunca Jamás
La isla de Nunca Jamás
En la
isla de Nunca Jamás hay indios norteamericanos, en realidad una
parodia de la concepción que se tenía de ellos, piratas, y animales
salvajes, es decir que se concentran todos los ingredientes para las
aventuras que pueden desear los niños. Y en la primera escena en la
isla se ve la circularidad de la acción, los niños perdidos iban en
busca de Peter, los piratas buscaban a los niños perdidos, los
pieles rojas habían salido en busca de los piratas, y los animales
habían salido en busca de los pieles rojas, y no se encontraban
porque iban dando vueltas a la isla y todos iban al mismo ritmo.
El malvado, educado, temible y sanguinario Capitán Garfio
El
personaje malvado es el temible Capitán Garfio, de nombre James como
el autor, y es que en sus juegos infantiles con los hermanos
Llewelyn-Davies años antes él había sido el Capitán Moreno,
precursor de Garfio, y posiblemente el garfio que lleva el capitán
estuvo inspirado en la enfermedad que tuvo Barrie en su mano derecha,
unos calambres que le dejaron inutil la mano derecha pasando a
escribir solo con la izquierda. El Capitán Garfio es una mezcla de
despiadado pirata y al mismo tiempo un aristócrata, estudió en
Eton, el colegio de élite donde estudiaron los hermanos
Llewelyn-Davies, y un adicto tanto a matar a quien se le enfrente o
moleste como a los buenos modales. Odia a Peter porque en una lucha
le cortó la mano que cayó al agua convirtiéndose en un manjar para
un enorme cocodrilo, el cual persigue constantemente a Garfio para
comerse el resto de tan sabroso bocado, y lo aterroriza el tic tac
del reloj que también se tragó el animal, recurso que utilizará
Peter en la pelea final imitando el tic tac del cocodrilo. El resto
de piratas son parodias y caricaturas de otros piratas conocidos, incluso hay
un pirata que despierta ternura, Smee, que también hace las tareas
del hogar pirata.
Lucha a muerte final entre Peter Pan y el Capitán Garfio
A
partir de la llegada a la isla las cosas cambian para los niños
perdidos, que pasan a tener una madre, y se suceden las aventuras
incluidas las peleas con los indios, el salvamento de Tigridia la
feroz princesa india, o los encuentros con las sirenas y las hadas,
llegando a la parte final con el secuestro de Wendy y los niños por
los piratas y el rescate por parte de Peter, con la lucha final con
Garfio en la que muere gallardamente, con el pequeño consuelo de que
al menos ha conservado los buenos modales y Peter no. Hay toda una
parodia de los valores etonianos en la obra, con sus normas y sus
buenos modales.
Al
final Wendy propone volver y llevarse a los niños perdidos, y que
los adopten sus padres, e intenta convencer a Peter de que se quede
con ellos, en realidad quiere a Peter de una manera romántica, pero
Peter no lo entiende porque es un niño y no entiende el amor entre
un hombre y una mujer, contentándose con poder volver a por ella
todos los años para la limpieza de primavera, aunque se le olvida a
veces y para cuando vuelve ya no reconoce a Wendy, que ya es adulta,
y piensa en su hija como en la antigua Wendy, volviendo la historia
al principio, en una especie de adaptación del mito del eterno
retorno como hemos comentado anteriormente.
El
éxito de Peter Pan fue tal que no solo se han hecho innumerables
traducciones a otras lenguas y ediciones de la novela, sino que nunca
se ha dejado de representar la obra de teatro, considerándose un
clásico. Famosas actrices como Elsa Lanchester, que hizo de Peter en
1936, junto a su marido Charles Laughton que hizo de Garfio, o Mia
Farrow, que hizo de Peter en 1976, o Jean Arthur y Boris Karloff, con
acompañamiento musical nada menos que de Leonard Bernstein, hicieron
su versión.
Cartel de la adaptación cinematográfica de Disney
Cartel de la adaptación cinematográfica de Disney
En el
cine ha tenido también numerosas adaptaciones, incluso el propio
Barrie realizaría un guión para el proyecto de película de Peter
Pan. Pero no solo se ha adaptado la obra en sí sino que se han
realizado varias películas basadas en el mito de Peter Pan,
precuelas, secuelas, el entorno del nacimiento de la obra o
reelaboraciones. Se puede decir que cada generación ha intentado
tener un Peter Pan propio, desde el primer Peter Pan dirigido por
Herbert Brenon en 1924 para la Paramount, pasando por el
conocidísimo Peter Pan de los estudios Disney de 1953, en la que se
resalta en la primera voz en off la naturaleza cíclica de los
acontecimientos al decir que todo lo que va a pasar ha pasado antes y
volverá a pasar, o la versión musical de Jerome Robbins de 1954,
las adaptaciones para la televisión en forma de miniserie, y
reelaboraciones inspiradas en el original como el "Hook" de Steven
Spielberg de 1991, o "Peter Pan la gran aventura" de P. J. Hogan de
2003, hasta la recientísima precuela "Pan (Viaje a Nunca Jamás)" de
Joe Wright de 2015, recién estrenada en España. Y también muy
interesante la película "Descubriendo Nunca Jamás", dirigida por Marc
Foster en 2004, que se centra en la historia de Barrie y la familia
Llewelyn-Davies, con un improbable Johny Deep en el papel de Barrie,
adaptación de la obra teatral de Allan Knee "The Man Who Was Peter
Pan", y que estaría nominada a 7 Oscar, ganando el de mejor Banda
Sonora Original.
Además se han producido adaptaciones para la televisión, los videojuegos, documentales sobre el país de Nunca Jamás y Peter Pan, y series de televisión, tantas que escribir sobre ellos desbordaría este pequeño artículo.
Pero la influencia de Peter Pan no solo abarca la literatura, el cine o el arte en general, también se ha extendido a otros campos como el de la psicología popular, utilizando su nombre para señalar una persona con unas características psicológicas inmaduras que conformarían el llamado “síndrome de Peter Pan”, término acuñado a partir de 1983 del libro del Dr. Dan Kiley “Peter Pan Syndrome: Men Who Have Never Grown Up (El síndrome de Peter Pan: La persona que nunca crece)”, que no se encuentra oficialmente en el listado de patologías mentales, pero que comprendería personas que se caracterizan por su inmadurez en ciertos aspectos psicológicos y sociales.
Además se han producido adaptaciones para la televisión, los videojuegos, documentales sobre el país de Nunca Jamás y Peter Pan, y series de televisión, tantas que escribir sobre ellos desbordaría este pequeño artículo.
Pero la influencia de Peter Pan no solo abarca la literatura, el cine o el arte en general, también se ha extendido a otros campos como el de la psicología popular, utilizando su nombre para señalar una persona con unas características psicológicas inmaduras que conformarían el llamado “síndrome de Peter Pan”, término acuñado a partir de 1983 del libro del Dr. Dan Kiley “Peter Pan Syndrome: Men Who Have Never Grown Up (El síndrome de Peter Pan: La persona que nunca crece)”, que no se encuentra oficialmente en el listado de patologías mentales, pero que comprendería personas que se caracterizan por su inmadurez en ciertos aspectos psicológicos y sociales.
La
edición a leer por su profundidad, aparato crítico, y su excelente
traducción, es la edición del centenario anotada realizada por
María Tatar y que en español editó Akal en 2013.
Tengo que ser necesariamente benevolente. Me ha emocionado mucho. Algo sabía de la biografía del escritor y que esta obra tenía mucho de autobiografía, pero nunca me podía haber imaginado cuanto, el hecho es que tengo que leer esta obra, porque algo de ese espíritu se esconde en todos nosotros, aunque, a menudo, no queramos verlo.
ResponderEliminarMientras estoy oyendo a J. S. Bach, creo que te envío un enorme saludo, elogiando este artículo que es todo un estudio de altísimo nivel.
Recuerdos de José Ignacio,
Muchas gracias José Ignacio por un comentario tan personal, me alegro de que te haya gustado y te haya llegado, y que haya merecido tan inmerecidos elogios. Me encanta que coincidamos en el gusto por J. S. Bach. Un abrazo.
ResponderEliminarSolo puedo decir: muchas gracias por haber escrito este impresionante artículo.
ResponderEliminar¿Quién no conoce a Peter Pan? Y, sin embargo, yo no sabía nada de la vida de su autor. Y, ahora, el recuerdo que tengo del libro y de tantas películas se enriquece mucho. Gracias.
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