“Si vas a intentarlo, ve hasta el final. No existe una sensación igual. Estarás solo con los dioses y las noches arderán en llamas. Llevarás las riendas de la vida hasta la risa perfecta. Es por lo único que vale la pena luchar. “
Humor, furia, soledad, miseria, desencanto. Noches de alcohol y mañanas de resaca. Aventuras hilarantes y tardes de hípica. Más humor y más sarcasmo. Se han dicho muchas cosas sobre el poeta y escritor norteamericano Charles Bukowski, al que llaman l´enfant terrible o el último escritor maldito. Las editoriales saben muy bien cómo venderlo. En mi opinión, ni es tan fiero como lo pintan, ni tiene porqué estar enfocado exclusivamente a un público joven e inconformista. Es cierto que existe mucha rebeldía en sus escritos, también es cierto que es un personaje políticamente incorrecto, y que utiliza un lenguaje de calle, directo. En su prosa no encontraremos florituras, su estilo está muy alejado de eso. Bukowski escribe como vive, el hombre y el artista son uno en todo momento. Su desnudez frente al lector es casi completa,si hay algo que no se le puede negar, es esa enorme honestidad con la escribía.
¿Por qué Bukowski? Por suhumanidad, tremenda humanidad y compasión la suya por todo lo que se mueve en este mundo. Por su sentido del humor:el norteamericano tiene esa envidiable capacidad infinita que le permite reírse de sí mismo en todo momento. Incluso en las situaciones más adversas, encuentra su alter ego, Hank Chinaski, un resquicio donde la hilaridad, le gana siempre la partida a la amarga existencia de trabajos ocasionales, capataces déspotas y sueldos mínimos, en esa la tierra de las promesas del sueño americano. Sus novelas parecen a veces un grito salido directamente de las entrañas de los inadaptados, de los que están al margen, de los que no cuentan y casi parece que ni existan. Sin embargo, Bukowski, logra transformar sus propias miserias en algo vivo, incluso divertido, aunque no por ello dejen de ser miserias al fin y al cabo. Porque debajo de todas esas historietas sobre sexo, borracheras y pedos, existe otro Bukowski muy diferente, un profundo atormentado por el absurdo de la existencia, y casi un romántico:
Hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.
luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?
El Charles Bukowski narrador es muy conocido por sus relatos cortos, títulos como: La máquina de follar; Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones; Escritos de un viejo indecente (que escribió para la revista Open City); Se busca a una mujer; o Hijo de satanás, entre otros, son algunas de las recopilaciones publicadas en español. Sus cuentos suelen ser algo así como pequeños bocados de vida, como si de un fugaz atisbo a la existencia de un ser humano cualquiera se tratara. Con una mezcla de realismo crudo, salpicado con algo de fantasía y aderezado con ese humor negro que le caracteriza.
Sus novelas son esencialmente autobiográficas, a excepción de Pulp, el resto,están inspiradas directamente en las vivencias personales del escritor.
Su primera novela propiamente dicha fue Cartero. Básicamente trata sobre los doce años que estuvo empleado en una oficina de correos de Los Ángeles, antes de abandonar definitivamente el empleo para dedicarse en exclusiva a la literatura. En esta divertida novela, Charles Bukowski, consigue hacer de la rutina de un empleo casi anodino, toda una aventura hilarante. En Cartero acompañamos a Hank Chinaski en su recorrido diario por las avenidas de Los Ángeles, y somos testigos de sus avatares rutinarios como empleado de una estafeta. A Cartero le seguiría Factótum, su segunda novela, donde narra sus primeros años de juventud a través de su alter ego, que ya aparece en Cartero, Hank Chinaski.
Su tercera novela, Mujeres, una de las más aclamadas del escritor, trata como su mismo nombre indica, de su relación con el sexo femenino. En esta novela Chinaski ya no es un joven que anda entre desempleos y trabajos precarios, tiene cincuenta años y goza de una creciente reputación literaria, circunstancia que le permite conocer a todo tipo de mujeres.
“Mujeres: me gustaban los colores de sus ropas, su manera de andar, la crueldad de algunos rostros, de vez en cuando la belleza casi pura de una cara, total y encantadoramente femenina. Estaban por encima de nosotros, planeaban mejor y se organizaban mejor. Mientras los hombres veían el fútbol o bebían cerveza o jugaban a los bolos, ellas, las mujeres, pensaban en nosotros, concentrándose, estudiando, decidiendo, si aceptarnos, descartarnos, cambiarnos, matarnos o simplemente abandonarnos. Al final no importaba, hicieran lo que hicieran, acabábamos locos y solos.”
Después de Mujeres llega la que probablemente sea la narración más dura y desoladora del escritor, y en mi opinión su mejor novela: La senda del perdedor. Donde explica su infancia y adolescencia en el contexto de una América inmersa en la Gran Depresión. En ella descubrimos a un niño tímido, solitario, que soporta callando las constantes palizas de su padre y los silencios de su madre. (“Mi padre fue un gran maestro de literatura, me enseñó el significado del dolor”). A un joven invadido por el acné (el peor caso de acné vulgaris jamás visto) que descubre la literatura en la biblioteca de Los Ángeles y se vuelca en ello, a un futuro perdedor en un mundo de triunfadores. Toda una nueva visión esclarecedora que ayuda mucho a entender al Bukowski adulto.
Sus últimas novelas fueron Hollywood y Pulp, en ese orden. En la primera, Hollywood, el escritor narra sus impresiones durante el rodaje de la película Barfly (El borracho), toda una mirada ácida a los entresijos de la industria del cine. Y por último Pulp, parodia surrealista de las novelas “pulp fiction”, protagonizada por el detective Nick Belane.
Además de escritor de relatos y novela, también dedicó gran parte de su obra a la poesía. Sus poemas siguen prácticamente la misma línea que su prosa, su arte continua sin buscar ni lo elevado, ni lo excelso, busca lo cercano. Y lo encuentra fácilmente en su entorno más inmediato. Está en una conversación en un bar con un fulano cualquiera, o en algún asunto trivial aparentemente intrascendente. Bukowski encuentra su propia poesía tanto en el vacío de una botella, como en el desorden de una cocina llena de platos sucios. En el sexo ocasional, en los hipódromos, entre los marginados, y entre los fracasados. En mujeres de alma rota con exceso de maquillaje. Es ahí y en ningún otro sitio donde encuentra su belleza y su inspiración, su pájaro azul.
“Escribir poemas no es difícil; lo difícil es vivirlos. Seamos realistas: cada vez que le dices “buenos días” a alguien y no quieres decir “buenos días”, estás mucho menos vivo. Y cuando escribes un poema dentro de la aceptada forma poema, haciéndolo sonar como un poema porque un poema es un poema, estás diciendo “buenos días” en ese poema, y bueno tu moral es recta y no dijiste una MIERDA, pero no sería maravilloso si pudieras… en vez de sufrir la llegada de la imagen apropiada, de la frase precisa, del giro en el pensamiento… simplemente sentarte y escribir la jodida cosa, poniendo el color y el sonido, mezclándonos vivos con la fuerza, los mirlos, los campos de trigo, la oreja en la mano de la puta, sol, sol, sol, ¡SOL!; hagamos poesía de la misma forma en la que hacemos el amor; hagamos poesía y dejemos las leyes y las reglas y la moral a las iglesias, y a los políticos; hagamos poesía de la misma forma en la que inclinamos la cabeza al buen licor…”
Poco importa
Poco amor
Poco amor
O poca vida
No es tan malo,
Lo que cuenta
Es observar las paredes,
Yo nací para eso
Nací para robar rosas de las avenidas de la muerte.
Muy bueno el artículo, me ha hecho sentir curiosidad por un escritor al que nunca había considerado para poner en lista de lecturas, manías mías, y ahora lo veo de forma diferente. Gracias.
ResponderEliminarGracias a ti, Arden. Me alegro de que te haya entrado curiosidad con Buk y lo mires ahora con otros ojos. Es un escritor que cuesta recomendar porque levanta tanto pasiones, como odios. Saludos, Eliena.
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