Hamsun¡Mi vida entera por un plato de lentejas!
Sólo el hambre sigue sin resolverse. Incluso
aumenta.
Günter Grass
Desde
que en 1997, Kirsti
Baggethun traduce
del noruego Hambre,
la
primera novela de Hamsun,
para Ediciones de la Torre, -y que hoy día mueve la segunda edición
de este libro-, comienza
un nuevo nacimiento de Hamsun
en España. Antes, las obras traducidas del alemán, -porque en
Alemania el autor noruego fue un best-seller-, acusaban de
cursilería, giros antiguos, y pervierten por completo el verdadero
pulso literario del maestro noruego. Pero, ¿quién es realmente knut
Hamsun?
Meterse
en la boca del lobo puede ser, que duda cabe, un ejercicio más que
arriesgado, pero a veces es necesario si lo que queremos es saber lo
que esconde la oscuridad, el trasfondo de las cosas. Cuando me
enfrasqué en la tarea de investigar a Knut
Hamsun, -premio
Nobel en 1920 por su obra La
bendición de la tierra (Markens grode)
publicada tres años antes-, empecé a ver claroscuros, ambigüedades,
y contradicciones entre su vida y obra. ¿Se puede delimitar la vida
de una persona de su obra literaria?, ¿son parcelas autónomas la
literatura y la política, o están imbricadas en el pensamiento?,
¿puede escribirse de forma maestra, y ser sin embargo, políticamente
tachable, y moralmente reprobable?, ¿es justo valorar la actitud
política o social de un escritor por encima de su calidad
literaria?, ¿puede ignorarse una obra de la calidad de Hamsun?, ¿es
inmoral defender a un escritor que apoyó a los nazis, o es un acto
de justicia artística?, ¿es
suficiente con enjuiciarlo cuando estuvo vivo?, ¿o debemos continuar
persiguiendo su reputación después de su muerte?¿es Hamsun una
vergüenza para los nobeles?, ¿justicia,
perdón o venganza?. Todas estas preguntas se intentarán contestar
en este breve y espero que interesante recorrido por el autor
noruego.
El
noruego Knut Hamsun
(1859-1952) ha pasado a formar parte de la literatura universal con
libros como Hambre
(Sult), Misterios
(Mysterier), Pan
(Pan), y Victoria
(Victoria). Un niño pobre de una zona periférica de Europa, con
tan solo 252 días de escolarización,
logró influir en varias generaciónes de escritores. La obsesión
por la escritura no le abandonó en sus 92 años de vida, y ya de
joven soñaba con ser poeta y eclipsar a su compatriota Henrik
Ibsen. «Pero
acabó como el autor divino que traicionó a su pueblo y se convirtió
en una de las personas más odiadas de su patria ocupada por los
nazis cuando, durante la segunda guerra mundial, apoyó a Alemania y
a Hitler»,
explica Ingar
Sletten Kolloen
(Kvam, 1951), autor de la completa biografía Knut
Hamsun. Soñador y conquistador.
Hamsun en 1871 |
Como
en todos los asuntos humanos, la cuestión no se reduce a blanco y
negro. Es interesante por ello reflexionar sobre los matices. Nos
puede resultar incómodo, o disgustar personajes como Hamsun,
pero desde luego no es adecuado valorarlo desde una única
perspectiva. La verdad de las cosas, -si en este caso se tratara de
buscarla-, nunca atiende a una sola cara, y si existe, sólo sería
en plural. No sólo hay una realidad sino multitud de realidades. En
el caso concreto de Hamsun
podemos encontrar un dilema entre la calidad de la obra y su conducta
vil. Sin pretender justificarlo, sí quiero profundizar en las
primeras e importantes vivencias de Knut
niño que nos describe la biografía, y que amplían el espectro de
conocimiento en torno a él. Un duro comienzo desde las primeras
páginas: de familia muyhumilde,
el cuarto de seis hermanos, y con apenas maternaje; "Knut,
que entonces tenía cinco años, y su hermana Anne Marie, que era dos
años y medio más pequeña, se disputaban con la recién nacida
Sophie Marie, el regazo materno y con frecuencia Knut terminaba en el
medio. Knut era demasiado mayor en comparación con sus hermanas,
quienes acaparaban la atención de la madre, pero a su vez, era
demasiado pequeño para jugar con sus hermanos, que en esos momentos
tenían trece, diez y ocho años"
(p. 16). Vive un tiempo con su tío materno, Hans Olsen, que lo
maltrata, y que más tarde adoptará a su hermana pequeña. "Cumplió
trece y catorce años y aprendió a odiar, a soportar, a resistir, a
no doblegarse totalmente, a no doblegarse nunca ni completamente"
(p. 21). Marcha desde muy joven a América, en 1882 y se reencuentra
ahí con su hermano mayor quien ya llevaba quince años malviviendo,
por lo que se produce una gran desilusión. De ahí que un
tema recurrente en la obra de Knut
Hamsun
será el de la población rural que emigra o se traslada a las
ciudades, rompiendo así inútilmente con sus raíces, arrastrando
ese sentimiento el resto de sus vidas y eternamente infelices” (p.
43).
Foto: Huadi |
Lograr
que mencionemos a Knut
Hamsun,
y lo primero que nos llegue no sea “nazi”, sino Hambre,
o “el brillante escritor noruego”, es difícil, pero voy a
intentarlo. No se trata de restar importancia a su última y
deleznable deriva política, -al final de su vida, por cierto-, pero
sí de no olvidar por ello su obra, como ha ocurrido. Hamsun
ensalza la individualidad y la vuelta a la naturaleza, pero en sus
escritos de juventud y hasta bien entrada la madurez, no se han
podido encontrar la más mínima señal de una ideología abominable
como la del nazismo. Aún así su reconocimiento en Noruega, un país
implacable con el nazismo, ha sido mínimo y no hay allí una sola
calle o plaza que lleve su nombre. De la misma marca política pero
con otra suerte de designio tenemos autores de la talla de Céline
en Francia, y su maravilloso y valorado Viaje
al fin de la noche.
La arbitrariedad es más que obvia.
Dice
Kirsti
Baggethun
que “escritores
por encima de toda sospecha defienden a Hamsun como autor”.
¿Ocurrió
esto antes o después de su resbalón político? Thomas
Mann
dijo que “nunca
antes alguien mereció tanto recibir el premio Nobel”,
homenaje al que se sumó Maxim
Gorki,
pero esto ocurrió en el 29. Franz
Kafka
se refirió a La
bendición de la tierra
con palabras muy elogiosas, también antes de que el noruego
cometiera su crimen. Walter
Benjamin
demostró su admiración por Vagabundos,
pero el autor murió en 1940. Por su parte, Herman
Hesse
denominó a Hamsun, "Mi
escritor favorito".
Isaac
Bashevis Singer
dijo de él: "Con
su subjetivismo, su impresionismo y la utilización de la
retrospectiva, además de su lírica, Hamsun es, sin duda alguna, el
padre de la literatura moderna universal".
También ha sido una importante influencia para los escritores
estadounidenses Henry
Miller
(“Es
el Dickens de mi generación”,
comentó), Paul
Auster, John Fante, y
Charles
Bukowski.
Conforme leía la biografía mencionada, que muestras las contradicciones y el autoritarismo de un hombre con "ansias de crear", iban surgiendo adjetivos nada agraciados que me oscurecían la imagen de Hamsun. Un chico fuerte, seguro de sí mismo, sobre todo de su talento, que proclamaba saberse <<elegido para mostrar al mundo algo nuevo y hacerlo de forma diferente>>; tenaz, capaz de llegar como lo hizo a lo que se propuso: ser escritor. Una persona estrambótica, insensata, interesada, envidiosa (de Ibsen principalmente), imprevisible, agresivo, provocador, mentiroso, vanidoso, exagerado, engreído, veleidoso, despilfarrador, seductor nato, egocéntrico, díscolo. De hecho decidí pausar su lectura, y embelesarme directamente con su literatura. Y valorar y remarcar esa sensibilidad especial que tenía para describir el tormento de la inseguridad.
Me
centraré principalmente en la obra que lo hizo saltar a la fama,
Hambre
en 1890, y analizar su peculiaridad, y su lectura entre líneas. Este
libro tiene el honor de ser la primera novela noruega que utiliza
todos los recursos de la novela moderna. Con su profundidad
psicológica y monólogos interiores es casi imposible creer que sea
una obra demimonónica. “No
había nada, ni un insignificante detalle de lo que estaba ocurriendo
que escapara mi atención. Me mantenía alerta, absorbía con gran
sensibilidad cada cosa y mi mente se iba formando una opinión de
todo lo que me llegaba. Era, pues, imposible que a mi cerebro le
sucediera algo. ¿Por qué iba a pasarle algo entonces? ¡Escucha, me
dije de repente, llevas ya mucho tiempo preocupado por tu
cerebro!¡Basta de sandeces! ¿Acaso es un indicio de locura observar
y captar todo con tanta minuciosidad como tú lo haces? Estoy a punto
de echarme a reír, te lo aseguro, tiene bastante gracia tal como yo
lo veo”
(p. 185). Desde su publicación ha sido una de las novelas más
influyentes de su siglo. La primera vez en la que, antes de Kafka,
la ciudad burguesa se convierte en el escenario para la
transformación del hombre en monstruo, para explorar el mundo de la
locura humana contemporánea. “Mi
estado de perturbación podía conmigo y me inspiraba las ideas más
enloquecidas, a las que obedecía una tras otra”
(p. 36). “Mi
locura era un delirio provocado por la debilidad y el agotamiento,
pero no había perdido la conciencia”
(p. 92). “[...]
pasando tanta hambre que me estaba desfigurando en medio de la ciudad
de Christiania!
(p. 111). “Habría
sido distinto si la hubiera conocido cuando aún tenía aspecto de
ser humano”
(p. 169). Hamsun
–sin una pizca de piedad— se las arregla para retratar a un
hombre al borde de la inanición. “No
me quedaba ni siquiera un peine o un libro que leer cuando todo se
volvía demasiado triste”
(p. 29). “Mis bolsillos vacíos ya no me pesaban, me resultó
delicioso estar sin blanca otra vez” (p. 147). Por encima de todo,
el narrador desea mantener un sentido de dignidad –y sacrifica
oportunidades de alimento y vivienda con su obstinado orgullo. “Mi
orgullo me prohibía volver a mi habitación: jamás se me ocurría
faltar a mi palabra”
(p. 62). “Y
ahora me había rebajado hasta el punto de pedir limosna”
(p. 115). Aun cuando el hambre obsesiona y desquicia a este
personaje sin nombre, de
una psicología imprevisible, vaga pasando hambre por las calles. “El
hambre me trataba desvergonzadamente”
(p.207). “Todo
mi ser se encontraba en ese momento en un estado de máxima penuria”
(p. 41). El a veces angustiado y a veces altivo monólogo interior de
un hombre que malvive en las calles de una ciudad que no tiene
misericordia. Ni con él ni con nadie. “¡Allí
va un mendigo, uno de esos seres que recibe comida de la gente por
debajo de las puertas”
(p. 71). En otras ocasiones siente verdadero asco de sí mismo
(“Había
conseguido sentir náuseas de mí mismo”, p.
115).
y
se rebela contra Dios al que considera responsable de su miserable
destino.
“[...]
Se me hacía cada vez más incomprensible por qué precisamente yo
había sido elegido cobaya de los caprichos de la gracia de Dios”
(p.
41).
“Has empleado la fuerza contra mí, ¿acaso no sabes que nunca me
doblego ante la adversidad?, ¿no deberías saber eso?, ¿estabas
dormido cuando creaste mi corazón? Mi vida entera y cada gota de mi
sangre se alegran de insultarte y de escupir sobre tu gracia. A
partir de este momento renunciaré a todo lo que has hecho y a todo
lo que eres, maldeciré a mi pensamiento si vuelve a pensar en Ti, y
me arrancaré los labios si vuelven a mencionar tu nombre. Si existes
te digo la última palabra en la vida y en la muerte: adiós. Y luego
me callo, te doy la espalda, y me marcho...(p.
159).
Uno
de los grandes temas de la novela es la soledad del individuo entre
la gran multitud. “¿En
verdad no tenía ni un solo amigo a quien poder recurrir?
(p. 94). El protagonista es incapaz de establecer relaciones con los
demás, y su pensamientos oscilan entre explosiones efímeras de
alegría y un gran pesimismo: “Me
dejé llevar en la alegre mañana, meciéndome felizmente de un lado
para otro entre los demás seres felices”
(p.30). “¡Y ya
me había olvidado de qué aspecto tenía la felicidad!” (p.40).
En 2012 aparecieron los dos libros más difíciles para un hamsuniano. Por senderos que la maleza oculta y Textos de la infamia. Son dos caras de la misma moneda: el nazismo del escritor. En el primero demuestra que no estaba loco, como quería demostrar el gobierno noruego. En Textos de la infamia, Mariano González Campo recopila y traduce los escritos que entre 1932 y 1945 fueron la causa de su caída. Textos horribles, soberbios que justifican el final ruinoso de una vida grande, pero además, textos que al mismo tiempo que nos encontramos con literatura, consienten una reflexión terrible sobre la condición humana, y muy especialmente, sobre los vericuetos de la inteligencia. En estos escritos se ponen en evidencia rasgos muy acusados del pensamiento y literatura de Hamsun como su tendencia al irracionalismo, su espíritu reaccionario ante el mundo moderno, su anglofobia, su carácter intempestivo, su afán de notoriedad e incluso una manía persecutoria. La sensación que causan, por tanto, los artículos de Hamsun es que el lector se encuentra no ante un intelectual embebido por las ideas fascistas, sino ante un bravucón y un cascarrabias. "Era un hombre que sólo leía la prensa adicta al régimen de Quisling y a las potencias del Eje, de modo que su visión de los acontecimientos estaba más que sesgada. Por otra parte, no hay que olvidar que en los años cuarenta Hamsun era un hombre bastante anciano y, hasta cierto punto, aislado en su propio mundo", apunta González Campo. También es conveniente tener en cuenta que las barbaridades del nazismo se descubrieron tras la muerte de Hitler, y que muchos de los aliados no supieron de la realidad de los campos de concentración hasta casi finalizada la guerra.
Al
final de sus días, ya anciano, ciego y sordo, “retenido” en
hospitales y residencias de ancianos, al no saber que hacer con él,
premio Nobel, segundo gran monumento de la literatura noruega detrás
de Ibsen,
no lo encarcelan, o fusilan como hicieron con Quisling,
su cómplice. Lo dejan que camine, parafreando su última obra “por
senderos que la maleza oculta”.
Tras su muerte, entre el desprecio y la discreción, se editaron sus
obras completas y la edición tardó muy poco en agotarse. Frases
como “no digas a nadie que estoy leyendo a Hamsun” comenzaban a
escucharse, pues toda mención al autor era incómoda. Habrá que
reconocerlo como uno de esos sarcasmos a los que Dostoyeski,
el escritor más admirado y seguido por Hamsum,
era muy dado.
Centro Hamsun |
A
pesar de antecedentes hoy tan polémicos, el gobierno noruego declaró
al 2009 “Año de Hamsun”, dando lugar a la conmemoración del
ciento cincuenta aniversario del nacimiento del escritor con una
serie de homenajes que incluyen la reedición de su obra, la
exhibición de algunos de sus manuscritos y la inauguración del
Centro
Hamsun
(ubicado cerca de la aldea Presteid de Hamarøy
y de la granja donde el escritor creció) destinado a la realización
de distinas actividades culturales. Un edificio torcido y negro en
los límites del círculo polar, recuerdo y condena a quien fue, un
incómodo personaje de aquél país. Steven
Holl
es el arquitecto que ha diseñado este museo. El proyecto es un
reconocimiento dedicado a la obra y persona del escritor noruego Knut
Hamsun.
Muy
recomendable mirar el centro Hamsun en detalle: http://www.metalocus.es/content/es/blog/centro-knut-hamsun-en-detalle.
Primeros
dibujos de Holl para responder a la ecuación, o concepto, del
proyecto: "Edificio = Un cuerpo - campo de batalla de fuerzas
invisibles" - en referencia a la novela "Hambre" de
Hamsun.
¿Puede
hacerse arte después de Auschwitz?, nos preguntamos para acabar con
Theodor Adorno. Para el filósofo alemán, “escribir un
poema después de Auschwitz es algo bárbaro”, pero lo que
nadie discute es que los libros de Hamsun, -aún siendo una
herida o trauma hoy, sobre todo para la generación de la guerra-,
son alta literatura y se siguen leyendo.
Fuentes:
Hamsun, K.; Hambre, ediciones de la torre, 2004.
Sletten Kolloen, I.; Knut Hamsun. Soñador y
conquistador, Nórdica, 2009.
http://funcionlenguaje.com/actualidad-literaria/knut-hamsum-el-arbol-y-el-bosque.html
http://www.publico.es/culturas/414688/knut-hamsun-el-lado-pendenciero-y-hitleriano-de-un-nobel
http://www.publico.es/culturas/414688/knut-hamsun-el-lado-pendenciero-y-hitleriano-de-un-nobel
Respecto a Hamsum, creo que le sería absolutamente aplicable la teoría elaborada por el filósofo argentino José Pablo Feinmann en su novela "La sombra de Heidegger". En una reunión de las SA se está hablando del antisemitismo de Heidegger, y el protagnosta de la novela, el profesor Dieter lanza la siguiente tesis: "El profesor Heidegger tiene una mujer que se llama Elfride. Todos ustedes saben quién es.Se adhirió al nacionalsocialismo casi desde sus orígenes. Y es fervorosamente antisemita.Activamente antisemita.Exaltaldamente antisemita.Ustdes preguntan si Heidegger es antisemita. ¡Qué mal planteada está esta cuestión! ¡Y hay filósofos entre ustedes! ¿Qué pasa? ¡Olvidaron pensar con rigor! ¿Olvidaron desde donde se aborda y se resuelve el problema?. No me pregunto si Heidegger es o no antisemita. Me pregunto: si hubiera en él algún amor (por mínimo que fuese) por los judios ¿Sería Elfride Heidegger su esposa?, ¿Compartiría su vida con una mujer que ha hecho del odio al judío el sentido de la suya".
ResponderEliminarCreo, como decía, salvando las distancias y las peculiaridades plenamente aplicable a Hamsum esa cosmovisión. Saludos
Absolutamente en desacuerdo con lo expuesto en este blog. Si así fuera, habría que borrar a Pablo Neruda, Jorge Amado, Gabriel Garcia Marquez y tantos otros que apoyaron, adoraron y rechazaron todas las denuncias sobres los crimenes de Stalin, o los de don Fidel Castro. Es una hipocresía sublime: si el que mata es comunista o simpatizante rojo, entonces es hacer la revolución, no es asesinato.....pero si el que mata es anticomunista, ahí si es pecado y se debe acabar con él. Y que se dice sobre aquellos que "probaron" como funcionaba la nueva tecnologia en Nagasaki? Porque la guerra terminó en Hiroshima y no habia ninguna necesidad de otra matanza.
ResponderEliminarPero los que tienen el poder compran los medios y las denuncias sobre estos crimenes desaparecen.
Valoren a Hamsun por lo que escribió, si es bueno o no, pero si lo hunden por lo que piensa, debieran hundir a mas del 60% de los escritores.
Coincido punto por punto.
EliminarEs una opinión personal de la autora del artículo. Publicamos siempre desde visiones personales como lectores. Mi imagen de Knut Hamsun, encaja poco, con lo reflejado en el artículo, pero siempre dejamos claro que son lecturas e interpretaciones subjetivas.
ResponderEliminarMi artículo iba enfocado precisamente a la cuestión de valorar su literatura, que me parece elogiosa, por encima de otros asuntos más o menos polémicos. Si lo he logrado no lo sé.
ResponderEliminarCreo que nadie puede dudar de que al final de su vida Hamsun estaba de acuerdo con los nazis y su régimen. La pregunta de hierbamora va más allá, y creo que es un debate importante. ¿se debe proscribir a un autor por sus opiniones o su vida o por su obra? Shakespeare escribió El mercader de Venecia donde hace un retrato de un judío con todos los tópicos antisemitas ¿debemos proscribir a Shakespeare? Céline era pronazi sin embargo nadie niega la genialidad de su obra. Sartre, Guillén, Malraux, Neruda o Rafael Alberti alabaron a Stalin, incluso en sus propios poemas, y sin embargo Stalin fue el principal responsable de la muerte de millones de personas, y sin embargo nadie les juzga por su posición política sino por su calidad literaria. Sí le ocurrió al pobre Borges al que se le negó el Nobel por haber sido recibido por Pinochet y estar en contra del Peronismo, justificando en cierto modo la dictadura, es decir se le juzgó por su supuesta posición política y no por su obra.
ResponderEliminarCreo que en cualquier caso y sea cual sea el signo político del escritor hay que atender a la cualidad literaria de su obra.
Considero que se hace una reflexiòn bastante distante de la realidad de la obra "Por senderos que la maleza oculta", no es una obra terrible como se expresa en el blog, Expongo a continuaciòn una parte del discurso de Knut Hamsun: "Lo que acabará conmigo son únicamente mis artículos en los periódicos. No hay nada más de lo que se me pueda acusar. En ese sentido mis cuentas son sencillas. No he delatado a nadie, ni he participado en reuniones, ni siquiera he estado involucrado
ResponderEliminaren asuntos del mercado negro. No he regalado nada a los noruegos que luchaban en el
bando alemán, ni al partido Unión Nacional, del que ahora se dice que he sido miembro. Es decir que nada de nada. No he sido miembro de Unión Nacional. He intentado entender lo que fue UN, he intentado estudiarlo, pero no sirvió de nada."
¿Cuantos escritores como Hamsun cometieron cierta imprudencia? ¿Hasta cuando juzgaremos su pasado ideológico o sus afinidades políticas? Borges también fue cuestionado muchas veces por decir que Pinochet era una "Buena persona". Tobìas Wolff estuvo peleando en la Guerra de Vietnam y pocos lo censuran. ¿Acaso Ezra Pound quien fuera muy solidario con los escritores norteamericanos en Francia según relata Hemindway no continùa siendo perseguido hasta nuestros días?
Considero que es hora de cerrar las heridas y dedicarnos exclusivamente a construir desde la materia que nos incumbe y esa materia es la literatura. La obra de Hamsun es maravillosa y en ella no encontramos un mínimo síntoma de belicismo. En "Por los senderos que la maleza oculta" no veo al Hamsun "Bravucón" o "Soberbio" como se explica en este blog, a no ser que por motivos especiales de traducción se haya leído de otra forma esta obra, porque lo que yo leí es a un hamsun protestando contra una atroz perseciòn, y donde afirma que apenas se reunió con Hitler para tratar de salvar vidas noruegas.