Son numerosas las reseñas que sobre esta
novela se han escrito. La situación de la acción tiene que ser ineludiblemente
la misma que en otras reseñas. Estamos en un mundo distópico, puritanista,
provocado por un atentado contra el Parlamento y el Presidente de los Estados
Unidos y que en pocos años ha derivado en una República de Gilead con graves
restricciones a la libertad.
Probablemente por un ataque nuclear,
aunque no se aclara en la novela, existen niveles de radiaciones muy altos, y
la infertilidad es un mal endémico. Ello ha llevado a que las pocas mujeres
fértiles que existen sean obligadas a servir como “criadas”, un eufemismo para
indicar una posición cercana a la de esclavas con el único propósito de la
reproducción. Estas mujeres han sido escogidas y aleccionadas en su nueva
misión apartándolas de sus vínculos anteriores: maridos, hijos,...
Así le sucede a nuestra protagonista
Offred, que es separada de su marido e hija, para ingresar en una especie de
internado preparatorio a su condición de criada, en donde conoce a una rebelde
a la nueva situación: Moira.
Todo esto se nos va narrando en
flashbacks que nuestra protagonista tiene mientras es la criada de la nueva
clase dirigente de esta teocracia puritanista, encarnada en su “dueño” que es
llamado el comandante. El comandante (probablemente un cargo en esa nueva
teocracia) tiene como misión dejarla embarazada, mediante una ceremonia que se
practica en presencia de su mujer, una antigua estrella televisiva, para evitar
todo tipo de exceso placentero, pues esta ceremonia es solamente reproductiva.
Es tal la dependencia de la criada
respecto a su dueño el comandante que ni nombre propio posee, pues Offred, sólo
significa que pertenece a Fred (de Fred en castellano) y que no se le permiten
ninguna otra labor ni intelectual ni otro tipo fuera del mero ritual de la
reproducción, con una insensibilidad total, cual si de un experimento de
laboratorio se tratara. Tan sólo se le permiten ciertos paseos con otras
criadas. Poco a poco va descubriendo que es obligatorio quedarse embarazada y
que la no fertilidad es castigada con la muerte, puesto que ha habido otras
Offred anteriores a ella y empieza a pensar en la rebelión contra el sistema.
Con cautela sondea a otra criada con la que pasea y descubre que mediante la
contraseña Mayday (Auxilio) existe una organización clandestina de criadas
rebeldes, aunque también descubre que un paso en falso puede ser fatal.
Por otro lado su comandante, con toda
probabilidad aburrido de una vida tan monótona, decide saltarse algunas de las
normas de la teocracia y permite a Offred mantener con él una relación
prohibida fuera de lo establecido en la que deja que lea (prohibido a las
criadas), juegue a una especie de Scrabble o la lleva a un prostíbulo, donde
descubre a su amiga rebelde de la juventud, Moira.
Pero Offred se siente oprimida y los
recuerdos de su vida pasada no ayudan a que tolere esta nueva situación de
semiesclavitud, por lo que decide apoyarse en el chofer de la casa, Nick,
probablemente enamorado de ella, para cambiar su vida.
Ahí dejamos el argumento. Esto es lo que
encontraríamos en cualquier reseña del libro. Dándole un giro a la reseña a mí
me gustaría analizar porqué el título de Cuento de la criada, que a mi modo de
ver es totalmente premeditado. Hay varios elementos que nos remiten al cuento
como tal.
Primero: la acción parece increíble.
¿Cómo una nación como Estados Unidos en el plazo de diez años por un simple
atentado puede involucionar tanto y establecerse un sistema tan rígido en tan
poco tiempo? Este es un elemento propio de los cuentos, la poca verosimilitud
del argumento, que le importa poco a quien lo narra.
Segundo: existen varios elementos propios
de los cuentos. Las criadas visten con una con una toga roja y no se les
permite vestir de otra forma. ¿No recuerda esto a una Caperucita Roja moderna?
Además existe una despersonalización en
cuanto al nombre de la protagonista. No tiene nombre propio sino el que le
viene dado por pertenecer a Fred (que es su comandante). Tal cual ocurre en
muchos cuentos infantiles: la misma Caperucita no tiene nombre más que el
derivado de llevar una caperuza roja.
El propio comandante parece un elemento
entre malévolo y antisistema. Yo lo asimilaría al lobo del cuento. Maneja la
vida de su criada pero le da ciertas libertades que no hacen más que resaltar
su dominio sobre ella. Es decir vas a hacer lo que yo quiera cuando yo quiera,
aunque no se atenga a las normas.
Por supuesto la mujer del comandante no
es más que una madrastra disfrazada. Envidia a Offred por su fertilidad, por su
juventud, por su belleza y porque sospecha que no sólo ha cautivado a su marido
sino a parte de su servicio casero, tal como lo haría la madrastra de
Blancanieves o cualquier otra madrastra de cuento.
No falta en el cuento el peligro de
muerte que acecha tanto a Caperucita como a nuestra protagonista y, lo que es
peor, el peligro de salirse del sendero, esta vez trazado por la teocracia.
El mensaje moral, propio de todos los
cuentos es evidente.
Y por supuesto hay un cazador, al que
invito que descubran, leyendo esta magnífica distopía, de las que quedan muchas
cosas por desvelar que una reseña tan corta no puede analizar, como pueda ser
la actualidad de ciertas cuestiones aunque no nos lo parezcan, el feminismo que
destila la autora, su sentido distópico, las miguitas de pan que como en los
cuentos nos dejan para ir analizando la personalidad de cada personaje, etc.
Ciro, me ha encantado tu reseña y me han entrado muchas ganas de leerme el libro, a ver si me animo pronto.
ResponderEliminarQue buen artículo, Ciro. Retrata perfectamente al libro y a sus protagonistas.
ResponderEliminarAsh, no esperes mucho más. A mi me encantó :D
(Por cierto, Ciro, tienes nombre de personaje real y no me refiero al nick :P)
Un estupendo artículo Ciro, me ha encantado la comparación con la caperucita roja, ahora me tocará leer el libro. :)
ResponderEliminarUna comparación con Caperucita más que acertada.
ResponderEliminar¡Magnífico artículo!
Genial, voy a leerlo. Muakkkkkkk. Nosequé
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