Foto cedida: Europa Press |
Un libro. ¿Qué es un libro? Un libro es algo que escribe uno, que lo edita otro, lo distribuyen algunos, lo prestan varios y lo venden muchos. Poner de acuerdo a todos esos sectores es una tarea ardua pero en este contexto de crisis y bajada de ventas de libro se hace necesario el diálogo.
Ante esta situación, el próximo octubre se celebrarán unas jornadas de todos los implicados en el libro -libreros, editores, distribuidores e instituciones- para hablar de la situación del sector “y plantear todos los puntos de vistas sacando los problemas a la luz”, comentó Ramón Alba, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Editores de Madrid (AEM).
En un desayuno organizado en la nueva sede de la Asociación, Alba mencionó a los libreros –por la bajada de ventas- y a los bibliotecarios, por la congelación para adquirir novedades; como los más afectados por la crisis. Una crisis que según la presidenta de la AEM, Rosalina Díaz Valcárcel, se extiende al ebook ya que convertir un libro de papel a digital “es caro” y la inversión no sale rentable por “el insuficiente marco legal”.
Una de sus principales preocupaciones es la piratería (descarga de libros por internet) y la falta de conciencia por parte de algunos lectores que se descargan los libros gratis sin preocuparse del daño que hacen al sector. “Es una cuestión de prioridades, unos ven caro comprar un periódico o un libro, mientras usan un iPhone 4S”, comentó la presidenta, quién mostró su decepción por la supresión del canon digital ya que “muchos consideran que al comprarse una tableta, la inversión hay que amortizarla descargándose libros gratis”.
Además, ha señalado que mientras las ventas de tabletas electrónicas, desde las cuales se pueden leer libros digitales, "no paran de crecer", no sucede lo mismo con las ventas de "ebooks".
Los datos apuntan a que cada usuario de tableta electrónica se ha descargado "como mucho un libro digital o medio, lo cual es poco creíble", ha indicado Díaz Valcárcel, quien ha asegurado que también esperan que Bruselas equipare el IVA del libro electrónico, del 18 por ciento, al del papel, situado en el 4 por ciento.
¿Optimismo? Sin duda. El libro nunca desaparecerá porque siempre habrá gente con necesidad de leer y otros con la necesidad de escribir. La presidenta de los editores madrileños aseguró que “saldremos de esta” aunque para ello “haya que readaptarse”. Ya saben, renovarse o morir.
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