La reina Margot - Alexandre Dumas (Padre) - Tuto






No supe lo que es volver corriendo a casa pensando en seguir con un libro hasta que no leí a Alejandro Dumas. Hay quien piensa que el best-seller es un “logro” del siglo XX y que todo lo anterior es mohoso y cansino… pero eso se debe a que nunca se ha acercado a ninguna obra del genio del folletín.

Alejandro Dumas publicó La Reina Margot el año 1845, un año después de Los Tres Mosqueteros y el mismo en el que vio la luz El Conde de Montecristo y Veinte años después (la segunda parte de la saga de los Mosqueteros). Son años muy fructíferos, de la mano de Auguste Maquet, con quien escribirá sus mejores obras (por desgracia esta relación se truncó y la calidad literaria de las obras de Dumas decayó bastante, aunque no su popularidad). Curiosamente si bien Alejandro Dumas acarreó la fama y Maquet fue injustamente olvidado, lo cierto es que el primero malgastó todo su dinero y murió arruinado, mientras que el segundo supo gestionar sus bienes y al final de su vida gozaba de una más que modesta fortuna.

De entre todas las obras que escribieron juntos, La Reina Margot se convirtió con el tiempo en una de las obras preferidas por sus lectores.

Aunque muchas de las obras de Alejandro Dumas son en el fondo novelas de aventuras, en La Reina Margot la historia no sólo es un apoyo: en este caso se trata también de contarla. Así, esta obra se convierte en la que inaugura la Trilogía de los Valois, en la que se narra la caída de los reyes de la familia Valois y la llegada al poder de los Borbones. Es una historia que vale la pena conocer y que en sí misma ya vale como relato. Margarita se encuentra en medio de ella, como centro alrededor del cual todo gira. Pero, obviamente, Dumas no se queda ahí: sería impropio de él.

Muchas veces ha sido criticada esta obra por la inexactitud histórica. A pesar de que no entraremos en la posibilidad del conocimiento historiógrafico en el siglo XIX tal y como lo concebimos hoy, sí que resaltaremos que Dumas es, en muchos aspectos, mucho más fiel a la realidad histórica del momento que la gran mayoría de la llamada literatura histórica actual.

En torno a Margot (Margarita) existe para el pueblo francés toda una leyenda, hasta el punto de que la realidad se diluye en el mito y resulta muy complicado disociarlos. Margot la valiente; la aventurera; la ninfómana; la cruel; la sensible; la que guardaba las cabezas de sus amantes; la que penetraba en la noche de París disfrazada para sus escarceos; la que era incapaz de amar, la que amó hasta la locura. Dumas resucita en esta obra todas las imágenes que el pueblo francés tenía de Margarita Valois y convierte una de las páginas más sangrientas de la historia de Francia en una oportunidad para el amor y, sobre todo, para la amistad.

Se dice que Dumas pensaba que la verdadera amistad sólo era posible entre hombres, pues la naturaleza de la mujer la hacía incapaz de alcanzarla. Pero, por alguna razón, en esta obra se descubre a sí mismo la falacia de este pensamiento. La Reina Margot es un canto a la amistad, más fuerte que el mismísimo amor erótico. Cualquiera que quiera hacer un análisis freudiano de la obra o que necesite creer que toda relación sentimental está inevitablemente imbricada con la carne, puede que malinterprete las relaciones que se dan entre los cuatro protagonistas. Pero Dumas, que mantuvo una agitada vida sexual, quiere traspasar estos límites en su obra. La amistad es posible más allá de las fronteras corporales.

Por supuesto no faltan las intrigas, los envenenamientos, las traiciones, los asesinatos, los bailes suntuosos, las envidias, el adulterio… y todos los clásicos ingredientes que podrían convertir el acontecimiento más anodino en una historia inolvidable.

Pero también es cierto que Dumas, como buen novelista, se basó en una realidad (en este caso histórica) para hablar de una verdad. La realidad fue la noche de san Bartolomé, la caída de la casa Valois, las intrigas de Catalina de Medicis, el tormento de Margarita de Valois y el “París bien vale una misa” de Enrique IV. La verdad es que, cuando conocemos en profundidad la vida de una persona, nos resulta muy difícil juzgarla. La verdad es que la amistad es posible. Y la lealtad. Y el honor. La verdad, obviamente, está mucho más allá de lo que nosotros podremos nunca alcanzar pero, por fortuna, siempre existirán libros que, como La Reina Margot, nos ayudarán en este camino hacia ella.

1 comentario:

  1. Confieso que Dumas es otro de esos autores que no he leído por pereza o desconocimiento, pero creo que éste me lo apunto :).

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