Cuando pensamos en novela histórica imaginamos un escenario del pasado, rigurosamente documentado previamente, en el que los personajes se mueven entre bambalinas o en un primer plano. En un concepto amplio, admitimos novelas de tema detectivesco, romántico, de terror o costumbrista, aunque aquí los puristas discrepan. Exigimos que sea, eso si, fiel en los detalles, que los acontecimientos que en ella aparezcan sean reales y fidedignos y que además de la acción, este viaje al pasado, nos aporte anécdotas y conocimientos.
Si somos generosos y aplicamos un planteamiento algo más amplio, podríamos incluir también las Ucronias en el género de la novela Histórica.
El concepto, no es ningún descubrimiento, lo acuñó por primera vez, Charles Renouvier, filosofo francés del XIX, asociándolo al concepto de Utopía. A priori, no termina de encajar si nos tratamos de adaptar a la idea superficial, pero si es lógico hacerlo si lo concebimos de forma paralela a la sociedad que no existe en ningún sitio, que es la esencia de la Utopía, y entendemos que es la Historia que nunca ha existido en ningún tiempo, pero que pudo haber sido, que es el de Ucronia.
Una vez aceptada la idea, hay que ajustar cómo ésta se desarrolla. Hay momentos históricos que marcan un hito, que son un punto de inflexión para el devenir de lo que sucederá después. Es a partir de ahí cuando una historia alternativa puede funcionar. Esos momentos clave, es lo que se llaman Puntos Jombar así denominado por John Barr una novela corta de los años 30 de Jack Williamson recogida en la Legión del tiempo de ciencia ficción, lugar común donde se suelen ubicar este tipo de historias de lineas temporales dislocadas. Pero también aquí hay muchos matices que le dan distintos tonos y ritmos. Desde el puramente fantástico al que documentándose rigurosamente da una versión alternativa de una historia posible.
No podemos conformarnos con una calificación simplista ya que hay toda una tendencia de investigación histórica que se plantea en esos términos, sobre todo en el terreno orientado a la historia de la economía, que buscan recrear escenarios alternativos para evitar o corregir errores en caso de que determinadas circunstancias se repitan en tiempos futuros. Asimilar errores y buscar soluciones. Posibilidad mucho más eficaz en un momento de desarrollo tecnológico que permite proyectar resultados y manejar datos de múltiples aspectos y campos, combinándolos en el ámbito de la tecnología informática.
Nos centramos en una distinción de matices para diferenciar el objetivo entre lograr ficción literaria y el buscar una proyección con vocación de investigación en un planteamiento alternativa a partir de ese punto Jombar. Es lo que se denomina historia contrafactual.
Sin embargo no es algo novedoso, la primera Ucrania constatada fue planteada nada menos que por Tito Livio en su Historia de Roma cuando contempla la posibilidad de que Alejandro Magno en vez de lanzarse a la conquista de Oriente, ( poderosa era la llamada del mundo persa), lo hubiera hecho hacia Occidente. Habrá que esperar hasta el siglo XIX para la siguiente, en 1836 Luis Napoleón Geoffroy-Château publica Napoleón et la conquête du monde. En una visión en la que la mentalidad ilustrada domina el argumento, con todo lujo de detalles se describe como Napoleón conquista Rusia en 1812, Inglaterra en 1814, y bajo su Imperio universal y con una ideología dominada por el pensamiento racional, se presentan unos avances y una sociedad que es sin duda precursora de los escenarios imaginados por el mismo Julio Verne.
Llegados hasta aquí tenemos que trazar una línea definida: distingamos entre el ejercicio riguroso y las veleidades literarias. Es decir, dejemos aparte aquella literatura en la que intervienen hechos ajenos a la realidad: magos, viajes en el tiempo, intervenciones extraterrestres y cualquier otro elemento distorsionador de un discurrir coherente con los acontecimientos proyectados por la pura inercia del desarrollo de los hechos alterados por a intervencion humana.
Pese a estos dos referentes citados, las novelas de Tito Livio y la de Geoffrooy-Château, es un género relativamente joven. En la memoria colectiva hay una serie de acontecimientos que han marcado de forma indeleble a la humanidad y son esos los hechos que se suelen repetir una y otra vez en las Ucronias más rigurosas. Momentos como la Guerra civil de los Estados Unidos, el triunfo de Hitler en la II Guerra Mundial o el de la República si nos centramos en nuestra historia nacional. Podríamos citar un listado de obras en las que se juega con multiples factores para modificar la historia real y dar a la civilizacion un destino diferente, pero dejemoslo aqui,
Si nos limitamos a las novelas ucrónicas que se desarrollan sin ningún elemento externo condicionante, estas exigen una rigurosísima investigación: de los personajes, de la sociedad, el encadenamiento de acontecimientos, los pequeños hitos que determinaron un camino u otro de los hechos, las decisiones acertadas y las equivocaciones. Creo y estoy segura de no equivocarme que no menos rigurosa que la pide una novela histórica ortodoxa.
Veamos por ejemplo La conjura contra América de Philip Roth.
Charles Lindbergh,
El punto de partida es una América que en plena II Guerra mundial se debate sobre que hacer frente a su intervención en la contienda. En 1941 un veterano Franklin Delano Roosevelt, un hombre enfermo y mayor, se presenta a sus terceras elecciones presidenciales y es derrotado por el joven y atractivo Charles Lindbergh, un héroe americano, prototipo del americano ideal, pero de tendencias pronazis. En la novela se plantea que frente al belicismo del viejo político, partidario de apoyar a los aliados de la defensa de los valores americanos mas alla de las fronteras de los Estados Unidos, con la excusa de un no intervencionismo pese a que es conocida su tendencia racista y su simpatía por Hitler, es el hombre joven y guapo, de origen ario, gana las elecciones.
Desfilan por la novela una galería de personajes reales, de hechos ciertos: políticos, periodistas, partidos políticos, mafiosos, prejuicios, acontecimientos,.. Incluso el mismo Lindbergh en un ejercicio de verosimilitud al elegir al antagonista histórico del viejo y admirado presidente americano real, pertenece a una familia de políticos de origen ario, (emigrantes suecos), de tendencias conservadoras. Su padre defendió como congresista desde la tribuna la no intervención en la primera guerra mundial. Lo mismo que defenderá su hijo en la ficción de Roth, aunque se añadan otros factores biográficos decisivos en una justificación de esta insólita Conjura de tonos folletinescos en la se deja una posible resolución abierta a la interpretación del lector.
Franklin Delano Roosevelt
La novela se desliza por la cotidianidad de una familia judía de clase media que vive en un barrio judío, con los mismos prejuicios reales que respiraban en esa época los judíos americanos. Con el miedo en la atmósfera a una sociedad que acoge enfervorizada a un presidente populista que organiza movimientos juveniles para la integración de los judíos en la sociedad americana, disolviendo en la masa de americanos típicos, sus peculiaridades culturales y tradiciones. Una realidad en la que los oportunistas de la misma raza ven un camino para escalar socialmente, con familias divididas por la desconfianza y la disparidad de criterios ante lo que acontece y como se debe reaccionar a ello. Todo visto con la mirada de un niño de nueve años que empieza a vivir y a tener criterio propio y que ve como sus héroes se deslizan, entre de una oleada de desconcierto, hacia la deriva. A ello se suma el marco real de la situación una raza que en Europa esta siendo exterminada bajo el yugo de la dictadura nazi y con el recuerdo de los progroms, que obligaron a tantos y tantos judíos a emigrar huyendo de futuros oscuros de xenofobias y amenazas.
Los acontecimientos discurren por cauces sencillos en la conmocionada familia del joven Philip, con pasos cortos, en un retrato costumbrista, magistral. Los noticiarios del cine incluyen la mirada a lo que pudo ser esa historia paralela. El héroe americano, ese presidente joven y vital, guapo y fuerte que se acerca a su pueblo en viajes relámpagos cuando su popularidad o su voluntad pueden verse cuestionada.
No hay avances científicos, no hay futuros proyectados, ni intervenciones ajenas. Solo una sociedad que creo que no diverge mucho de la fué. El punto de partida altera las conciencias, la violencia soterrada, pero ni siquiera los miedos son diferentes a los reales que imperaban en la época en la que la historia transcurre. Se recurre a personajes de posturas conocidas y declaradas, a discursos reales, a acontecimientos de la crónica negra que sucedieron de verdad.
De una forma creíble, el autor nos va introduciendo en una línea divergente de la realidad, se van consolidando elementos sociales que bosquejan lo que puede ser una sociedad encaminada a la segregación más radical, a imagen y semejanza de lo que fue ese mundo previo al gran paso hacia el Holocausto en la Alemania nazi:. Los crédulos, los que intuyen oportunidades para afianzarse en escalafones sociales o los que creen que su situación de triunfadores sociales los destinan a futuros gloriosos, aprovechan la oportunidad para construir una sociedad que responda a sus criterios de pureza ideológica, sin prejuicios raciales y religiosos, en la que el mayor enemigo es su propia identidad como grupo con tradiciones diferentes y que ven el horizonte despejado y posibilidad de realizados sus sueños. Pero también los hay que resisten, los que presienten el mal, los que son capaces de forma irracional de ver lo que se avecina y se atrincheran a pie firme en lo que tienen y quieren preservar: la fe en una sociedad que sus antepasados y ellos mismos han construido.
Pero esta atípica ucronía es solo un puente que pasa por encima de un pedazo de historia para volver a retomarla. Los acontecimientos se precipitan en una oleada de violencia y enfrentamientos, que hace recobrar la conciencia a toda la nación, y volver a lo que "sí sucedió". Solo pequeñas historias anónimas han visto alterados su futuro, solo pequeñas alteraciones históricas en personajes que en la realidad fueron secundarios aunque aquí cobren el protagonismo de la ficción, verán modificados sus realidades.
La conclusión deja abierta la puerta a posibles interpretaciones en la explicación de ese título: La conjura contra América, Aceptarlas o no dependen del lector. La realidad de la novela es que el miedo desatado por una violencia irracional, produce una vuelta a la “normalidad”, que lo que pudo haber sido, permanece en una ligera distorsión que termina por volver a la historia que "si fue".
La mirada del joven narrador, un Philip Roth que se introduce en su novela como un personaje más, ve como se altera todo, sin terminar de entender lo que pasa, se comporta como una suerte de cámara que todo lo refleja, pero que ve su voluntad conmovida por aquellos a los que quiere, sin llegar a entenderse a si mismo y que es eso que lo hace diferente a todos los que le rodean, a no terminar de aceptar a nadie y construir su propia fantasía de huida que se verá truncada por los acontecimientos más cotidianos. Se duele con los complejos de culpa que nos hacen en la infancia apropiarnos del protagonismo de desgracias ajenas, mientras el resto de los personajes se mueven entre la realidad más ortodoxa, encajados en su verídicos perfiles, con sus tendencias auténticas, (tal vez algo exageradas), con sus palabras y discursos pronunciados en situaciones similares a las descritas.
Contiene La conjura contra América apéndice final en el que se recogen de forma sistemática y documentada los acontecimientos ciertos y personajes reales aludidos. ¡¡Sorpresa, Sorpresa!!
Creo que todo esto es el ejemplo mas evidente que hace posible hablar de una Ucronía histórica, real y documentada con rigor, al margen de las que discurren por otros terrenos más próximos a la ciencia ficción o a la fantasía, incluso las que son simplemente novelas negras con una proyección histórica fabulada de forma mucho más ficcionada.
Es la otra alternativa a la novela histórica que espero sea contemplada con amplitud de miras.
Que buen artículo, Julia. Después de leer tu artículo he recordado que este era el libro que había leído de Roth y también he recordado que me gustó. Así que gracias por refrescarme la memoria.
ResponderEliminarGracias, Lifen, ¿ aque desprende verosimilitud y realismo?. jejeje
ResponderEliminarCom mucha amplitud de miras, jeje. Esto de los géneros es demasiado rígido a veces.
ResponderEliminarjulia.
ResponderEliminarTu comentario me ha gustado, pero, como dije en el hilo del Foro, la novela también es más que lo que apuntas: la violencia que se vive en la sociedad toca las zonas donde no parecía llegar, por ejemplo, la misma familia Roth. De ahí, que la novela sea tan amplia y tan profunda.
En estos momentos, nos debería hacer meditar que situaciones como esas, debemos no repertirlas, ¡por favor!.