Tracy Chevalier nos relata en esta novela una historia que pudo haber sido, muy bien documentada nos traslada a la Holanda de finales del siglo XVII, llamado El Siglo de Oro Neerlandés, florece la cultura, la economía y el comercio, es una etapa de bonanza económica favorecida por la decisión de las autoridades a no poner trabas al comercio abogando por el liberalismo en todos sus campos. Con ello ayudan a que las diferencias entre las clases sociales sean las mínimas, se abre como país receptor a todas las tendencias religiosas e ideológicas, lo que favorece la libertad de pensamiento que se traduce en una cultura avanzada que acoge en sus universidades a pensadores, inventores, científicos, filósofos que harán de este periodo neerlandés el mas floreciente de su historia.
Griet es adolescente, vive en Delft, hija de un maestro azulejero protestante. A causa de un infortunio familiar debe trabajar como sirvienta en la casa de un pintor, católico, casado, padre de varios hijos y de fama reconocida. La historia se sucede a lo largo de los tres años que Griet permanece en el hogar de Vermeer.
Griet es bajita, sumisa, callada e introvertida, pero bajo esa apariencia se esconde una joven con ideas propias, con una sensibilidad especial a los colores, a la proporción, a los sentidos, que se manifiesta a lo largo de la historia. Griet nos relata en primera persona su día a día en casa de los Vermeer con una sucesión de colores, aromas, tacto, tonalidad de voces, fuerza de pisadas, mezcla de pinturas, oleos, linazas, que se yuxtaponen con su trabajo diario de limpieza de la casa, calor de los fogones, vaho de plancha, manos agrietadas de lavar montañas de ropa, visitas al mercado donde nos transmite el bullicio de las compras mezclado con las texturas y el olor de la carne, el pescado, las verduras, todo tiene un significado especial para Griet y todo debe guardar una armonía.
Poco a poco y de forma muy sutil la afinidad entre Griet y Vermeer se va haciendo mas cercana, el pintor se siente atraído por la imagen, la inocencia, la sensibilidad de Griet y ella reconoce esa atracción y se la compensa con la colaboración en la elaboración de las pinturas, una elaboración artesanal, manual, sensual, cada color, cada textura, la mezcla de elementos hasta conseguir el tono adecuado, hace que la relación entre el pintor y Griet se haga mas estrecha, despertando con ello las suspicacias de los habitantes de la casa, su esposa, su suegra y sus hijas que recelan, vigilan, acechan con el fin de averiguar cual es la relación entre ambos.
La intromisión del patrón de Vermeer exigiendo la presencia de Griet en una pintura será el detonanteque hará que salgan a la luz todos los silencios, las miradas, los sentimientos callados, los celos, la envidia, en una explosión que afectará de forma definitiva a todos los implicados. Griet será la única que, sin salir indemne, sabrá reconducir su vida hasta llegar a ser dueña de su futuro y de su destino.
La joven de la perla es una historia de amor, pero no a la usanza tradicional, es la historia de amor por la ciudad, por la familia, por la pintura, es obvio que Griet se enamora platónicamente de Vermeer, pero ese amor no le produce satisfacción solo obtendrá años mas tarde unas perlas que le servirán para ser mas libre emocionalmente y cerrar un pasado idealizado.Se deja seducir y a la vez seduce al pintor que hará de ella uno de los mejores y mas bellos retratos que tanta fama le han dado a Vermeer.
Es una historia ficticia, Griet no existió, pero pudo haber vivido, la ciudad, el pintor, la época, son reales, las calles por las que pasea Griet, la plaza donde hace sus compras, la iglesia que ve desde la casa donde trabaja, los canales que rodean la ciudad pertenecen a Delft y el cuadro que se expone en el museo Mauritshuis de La Haya es uno de los mas hermosos retratos de Vermeer de Delf.
Con una prosa muy fluida, llena de matices, de sentimientos, de sensaciones, La joven de la perla es una historia que permanece en la memoria largo tiempo, se recuerda con afecto y el supuesto retrato de Griet queda para siempre unido al cuadro de Vermeer.
Excelente presentación de una hermosa novela.
ResponderEliminarGracias por tu artículo, Caro.
Un abrazo.
Me han entrado ganas de volverla a leer. La historia no es verídica, pero me gusta pensar que sí podría haberlo sido. Un libro precioso.
ResponderEliminarun saludo
Es un libro que aun no he leido. La reseña me parece magnifica, invita a leerlo. La época es fascinante, y muy bien descrita por tí, y el arte es una de mis debilidades. Muchas gracias Caroline.
ResponderEliminarCaro, me ha encantado tu artículo, cómo transmites todo ese mundo de sensaciones al que te transportaba el libro ;)
ResponderEliminarSeguro que más de uno se siente invitado a leer la novela con tus palabras!
Un beso!
No si lo tendré que leer... buen artículo, Caro ;-)
ResponderEliminarKoba