Erich Maria Remarque. La popularidad no es homogénea - Margarita Santos (Murke)

Cuando me sugirieron escribir sobre Erich Maria Remarque para este número de la revista mi primera reacción fue de sorpresa, puesto que, a mi modo de ver, este autor es uno de los escritores alemanes más reconocidos a nivel internacional. Sin embargo, una búsqueda en Internet me demostró que, efectivamente, su nombre ha caído en olvido en nuestro país.

Si escribimos el nombre de Erich Maria Remarque en el buscador de Google y exigimos únicamente páginas en español aparecen 17.700 resultados, 2.020 si restringimos la búsqueda a páginas ubicadas en España. Entre las primeras direcciones encontramos un breve artículo de la Biquipedia aragonesa y otro que incluye una traducción automática incomprensible. En general, la información que se facilita sobre este escritor es escasa y la traducción de los títulos de sus novelas ni siquiera coincide de una página a otra. Sus libros, con excepción de Sin novedad en el frente, se encuentran con dificultad en nuestras librerías, algunos están descatalogados o son traducciones de los años setenta o anteriores. Para mi sorpresa, incluso en Alemania , donde vivo en la actualidad, me costó encontrar la novela Tres camaradas, cuya última edición, de 1998, se encuentra descatalogada. Como me dijo el librero, tuve suerte de que aún tuviera un ejemplar en la trastienda.

Lo más curioso de todo es que, semanas más tarde, durante una corta estancia en Lituania, encontré en una librería una moderna edición de esta misma obra disfrutando de un lugar privilegiado en las estanterías. Cuando le comenté este hecho a una amiga y después de mencionarle que Remarque había sido repudiado por los nazis, recibí la siguiente explicación: «Claro, todo lo que los alemanes rechazaban era recibido en la Unión Soviética con los brazos abiertos».

Ciertamente, las cifras en Google cantan: 41.100 páginas lituanas sobre Erich Maria Remarque. Teniendo en cuenta que el número de hablantes de este idioma no llega a los 4 millones, la diferencia es realmente apabullante. Los resultados de páginas en letón y estonio, ambas lenguas de ex-repúblicas soviéticas, se acercan a esta cifra, en proporción con el número de hablantes: 39.200 y 20.900, respectivamente. En ruso el número de páginas asciende a las 75.800, cifra algo baja si se piensa en la gran diferencia que existe entre sus respectivas poblaciones.

¿Pero qué ocurre en Europa occidental? La diferencia de popularidad es abismal: en francés 8.520 sitios web están dedicadas o mencionan a este escritor; en italiano, 7.680; en portugués 7.520, 1.100 si nos limitamos a Portugal. Únicamente contrastan con estas cifras las 41.000 páginas catalanas. Aunque la lengua de algunas de ellas es el castellano, la diferencia no deja de ser sorprendente.

Erich Maria Remarque, nacido en 1898 en Osnabrück, se vio obligado a abandonar Alemania en 1932. Su novela Sin novedad en el frente, publicada en 1929 con un éxito desconocido hasta la fecha, se había convertido en todo un símbolo antibelicista más allá de las fronteras de su país. El mismo año de su publicación fue traducida a 26 lenguas. Basada en la propia experiencia del autor como soldado en la I Guerra Mundial, constituye una desgarradora descripción de los horrores de la guerra. Las palabras de Remarque como introducción a la novela hablan por sí solas: «Este libro no pretende ser una acusación ni una confesión. Sólo intenta informar sobre una generación destruida por la guerra. Totalmente destruida, aunque se salvase de las granadas».

En 1931 publicó El camino de regreso, sobre las vivencias de los protagonistas supervivientes de la primera novela durante la posguerra. En 1933 ambas novelas fueron pasto de las llamas durante las quemas de libros que tuvieron lugar en varias ciudades alemanas, junto con obras de otros autores y artistas como Heinrich y Thomas Mann, Stefan Zweig, Erich Kästner, Alfred Döblin, Otto Dix o Bertol Brecht, entre muchos otros, a los que se acusaba de atentar contra el «espíritu alemán», bien por ser judíos, bien por sus ideas contrarias al régimen.

Remarque finalizó Tres camaradas durante su exilio en Suiza, pero el libro no salió a la luz hasta 1937 en EE.UU. y otros países como Inglaterra, Argentina, Letonia y Suecia. La primera edición en alemán se publicó en Ámsterdam en 1938. Esta distancia entre las dos últimas obras se puede explicar a través de las propias palabras del escritor: «Cuando Hitler me expulsó de Alemania, mi tercera novela, Tres camaradas, estaba casi acabada. Tener que abandonar mi país me afectó tanto que necesité cuatro años para terminar el libro».

Tres camaradas cuenta la vida de tres amigos que han compartido experiencias en el frente durante la I Guerra Mundial. La temática es muy similar a la de su predecesora. De hecho, la idea original era hacer de Tres camaradas la tercera parte de una trilogía junto a las dos obras anteriores. Remarque no abandona el tema de la generación perdida, retratada magistralmente a lo largo de toda la novela: «Qué peculiares sois todos los jóvenes de hoy en día. Odiáis el pasado, despreciáis el presente y el futuro os trae sin cuidado. ¿Cómo va a terminar bien esto?».

A pesar de narrar una historia ambientada en una ciudad alemana en 1928, la novela no se puede caracterizar de antifascista: Remarque no hace nunca clara mención de ningún partido político. El escritor Franz Carl Weiskopf la denominó «novela en tierra de nadie», porque «Remarque no describe la vida real, ni el mundo. El lugar y la época de la narración permanecen oscuros». Aún así, no deja de ser un retrato de su tiempo, de la convulsión política, el desempleo y la creciente agitación. Mítines políticos son descritos sin dar nombres, sin especificar banderas, resaltando el fanatismo de unos y otros:


«Fila tras fila, rostro junto a rostro, la corriente de palabras los envolvía y era curioso: tan diferentes como eran, las caras mostraban todas la misma expresión ausente, una mirada soñadora y ansiosa clavada en la lejanía de un nebuloso espejismo, una mirada vacía y al mismo tiempo cargada de una poderosa esperanza que lo apagaba todo: las críticas, las dudas, las preguntas y las contradicciones, el día cotidiano, el presente, la realidad. [...] —Otto, ahora sé qué es lo que quiere la gente. No quieren política. Quieren un sucedáneo de la religión.
—Por supuesto. Quieren creer en algo. Les da igual en qué. De ahí su fanatismo.»


Sin embargo, es cierto que la importancia de la novela no radica únicamente en la descripción de su época histórica. A través del observador ojo de sus personajes, Remarque trata en esta novela temas tan actuales para el ser humano como el amor y la amistad, los dos ejes fundamentales de la obra, además del sentido de la vida o la muerte, con una melancolía nihilista y un cinismo no exento en ocasiones de un oscuro sentido del humor:


«—Realmente es una vergüenza que nos paseemos por la Tierra sin saber casi nada de ella. Ni siquiera un par de nombres. —Tranquila —le dije—. Es mucho más vergonzoso que no tengamos la menor idea de por qué nos paseamos por ella.»


En 1938 el Tercer Reich le retiró la nacionalidad alemana. Un año más tarde, Remarque emigró a Estados Unidos, donde, en 1941, publicó la novela Náufragos (original en alemán Ama a tu prójimo), claramente antifascista, en la que describe las miserias que tienen que sufrir varias personas perseguidas por el régimen de Hitler.

En 1947 le fue concedida la nacionalidad estadounidense y a partir de 1948 vivió a caballo entre Estados Unidos y Suiza, donde murió en 1970.

Sea por las razones que sea, la diferencia de popularidad de Remarque entre oeste y este de Europa llama, cuando menos, la atención. Además, su caso no es aislado. Erich Kästner es especialmente conocido por su literatura para niños pero, hasta el final de la República de Weimar, fue una de las figuras intelectuales más importantes de Berlín, donde colaboraba con varias publicaciones periódicas. A diferencia de la mayoría de sus compañeros, Kästner decidió no emigrar y fue testigo presencial de una de las mayores quemas de libros de 1933, la ocurrida en la Opernplatz en Berlín, como él mismo cuenta:


«Y en el año 1933, en la gran plaza junto a la Ópera, fueron quemados mis libros por un tal señor Göbbels, con fúnebre y solemne pompa. Anunció triunfante los nombres de veinticuatro escritores alemanes que habían de ser simbólicamente eliminados para siempre. Yo era el único de aquellos veinticuatro que había acudido a presenciar aquella teatral infamia.»

Erich Kästner es casi un perfecto desconocido en España, mientras que en un país con un pasado soviético como Lituania se cuenta entre los escritores alemanes más reconocidos. Basta comparar el número de páginas web que lo mencionan: en español, sin restricciones regionales, 4.920; en lituano, 78.000.

Otro autor rechazado por los nazis y auténtico fenómeno de ventas hasta finales de los años treinta del siglo pasado es el ya mencionado escritor austriaco Stefan Zweig. Perseguido por su procedencia judía, Zweig se suicidó en el exilio en Brasil junto a su mujer en 1942, desolado, como dejó escrito, ante la destrucción de su patria, Europa.

Afortunadamente, la obra literaria de Stefan Zweig sí está siendo reeditada en los últimos años en nuestro país. Esto queda reflejado en Google: 86.500 sitios web en español frente a los 84.900 en lituano. El resultado es más positivo pero, teniendo en cuenta los idiomas que estamos comparando, no se puede calificar de boyante. También la editorial Minúscula ha publicado este mismo año la novela Fabian de Erich Kästner, una sátira de la sociedad berlinesa de los años veinte publicada originalmente en 1931.

Esperemos que este sea el comienzo de una segura recuperación de la literatura de estos autores, reflejo de una época pasada pero capaz de brillar aún con el esplendor de los grandes clásicos.


Bibliografía:

- Der Orden der Erfolglosen, Tilman Westphalen, epílogo a la novela Drei Kameraden, Erich Maria Remarque. Köln: Kiepenheuer & Witsch, 2001.
- Remarque. Sein Leben und Werk, Alfred Antkowiak. Westberlin: Verlag Das Europäische Buch, 1983.
- http://de.wikipedia.org/wiki/B%C3%BCcherverbrennung_1933_in_Deutschland#Erich_K.C3.A4stner
- http://www.remarque.uos.de/

5 comentarios:

  1. Cada vez que leo algo de esas quema de libros de los nazis me entra una rabia inmensa. :(
    Hay que recuperar esas joyas de la literatura, leer a esos autores que tanto tienen que contarnos de un periodo histórico tan decisivo. Ya sabes que Remarque está entre mis "pendientes inminentes". XD
    Por cierto, lo que cuentas de lo heterogeneo de la popularidad, ya no solo en distintos momentos históricos, sino también en una misma época, me parece un tema interesantísimo.
    Un besazo.

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  2. No deja de llamar la atención que un autor como este haya caído en el olvido, porque reúne muchos de los requisitos para haber tenido mucha más consideración de la que hoy tiene. Quizás Remarque fuera un personaje un tanto incómodo: un ex-combatiente alemán crítico con su país. Quizás fuera alguien sospechoso para todos.

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  3. Uy, si ni siquiera me había dado cuenta de que ya estaba colgado!
    Me alegro de que os haya gustado :).

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  4. Soy un profundo admirador de la obra de Remarque.
    Me da mucha lástima que no tenga más popularidad. Nadie la merece más.
    Ameno, profundo, pacifista, exacto...
    Un grande de la literatura.
    De sus obras me gustaron mucho:
    - Sin novedad en el frente
    - De regreso
    - Tres camaradas
    - El obelisco negro
    - Arco de triunfo
    - Naufragos

    Es realmente un oasis en el desierto de la indiferencia.

    Saludos y gracias por la nota!

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  5. Interesante artículo de un autor sobre el que pensé reseñar (de hecho lo menciono en el que al final escribí) porque en mi opinión su libro Sin novedad en el frente es una obra maestra que todo el mundo debería leer. Si no lo hice fue porque pensé que era una obra harto conocida, y aunque esté claro que es su obra más importante leyendo el análisis quizá no sea tanto el nivel de fama que me esperaba. Lo que me ha quedado claro es que en Lituania , para ser un país con menos de 3 millones de habitantes hay más cultura que aquí, algo triste en mi opinión. Habrá que leer más a Remarque, Gracias Murke.

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