Mas allá del papel - Julia Duce


El futuro del libro
¿Que es lo importante en un libro? Creo que lo que cuenta. Durante cientos o tal vez miles de años, lo soportes eran frágiles tablillas de barro, o madera, o metal. Después una piel curtida, la fibra vegetal, y mucho mas tarde el papel. Soportes efímeros y limitados accesible solo a una minoría, fieles notarios de la memoria. Su elaboración, la creación de cada una de esas pequeñas joyas que contenían mundos y universos, era costoso en tiempo y dedicación. Cada, uno un objeto único, escrito a mano con la colaboración del artista creador, la meticulosidad del copista y la dedicación de horas infinitas.
De repente un invento revoluciono la cultura: la imprenta y ya nada fue lo mismo. Ahora las masas tuvieron acceso a algo que antes solo unos pocos podían permitirse de forma más o menos limitada. Tras el papel y aquella imprenta de tipos manuales, la tecnología vino a ampliar horizontes después de muchos siglos. Pero la esencia, lo importante de un libro no es su soporte, es su historia, sus contenidos. Como siempre lo fue.
Alguien dirá que la textura del papel, la calidez de su tacto, el aroma de la tinta, no puede jamás ser sustituido, pero también es cierto que es una limitación que acaba, por decir algo, de ser superada.
¡¡¡Han llegado una nueva revolución!!!!: los soportes electrónicos.
El primer contacto que tuvimos fue a través de las pantallas del ordenador. Nada extraño si desde hace un par de décadas, tirando a ser tacaños con el tiempo, la información circula entre ordenadores: los libros ya no se escriben con pluma o máquina de escribir, el ordenador y los procesadores de texto, hacen ese trabajo mucho más fácil técnicamente. Entonces, ¿por qué desaprovechar el medio y no ampliar su uso? De ahí fue natural que pasaran a vehículos más cómodos, no solo los ordenadores, también el teléfono Mobil empezó a tener las opción de guardar y llevar textos de capacidad limitada, y esas pequeñas agendas de bolsillo, las PDA, hasta las maquinitas en principio pensadas para jugar como las Nintendo Ds contemplan ya esa opción, de ahí a los aparatos electrónicos específicos para la lectura solo hay un paso insignificante.
Las opciones del lectura y formatos del libro digital son muy amplias: desde la lectura on line, la descarga de los ebook para guardarlos en discos duros o dispositivos externos, a la impresión en papel.
Las ventajas son evidentes. Por un lado se tiene acceso inmediato al libro que se quiere en cualquier momento, ya no hay ya miedo de que el libro se agote o nuestro librero no lo tenga. Algún pequeño inconveniente de lectura en medios que provocan cansancio en los ojos, todos somos conscientes de la incomodidad de leer en un ordenador y soportes similares, pero esa incomodidad esta ya superada por la técnica: los nuevos aparatos tienen un sistema de tinta electrónica, que los equipara en nitidez y textura visual con el papel. Se sigue investigando en ese camino, para conseguir que láminas similares al papel sirvan a nuestros intereses.
Y es que el invento es atractivo y seductor: la posibilidad de almacenar miles de maravillosas historias en una pequeña tarjeta SD o en un pendrive, eliminando metros y metros de estanterías y acceder a libros que a ningún editor con visión de negocio rentable le interesa editar. Porque también ahí se ha puesto a trabajar la imaginación y la inicativa. La posibilidad de localizar autores y obras clásicas empieza a ser más fácil en Internet que en las librerías.
Google anuncio en el 2005 su proyecto de colgar en la red una biblioteca virtual de 50 millones de libros digitalizados, es la Google Library. Tiene ya convenios para colgar las los fondos de las universidades norteamericanas de Michigan, Texas y Harvard, de la biblioteca britanica de Bodldeian, de Oxford, de la Biblioteca pública de Nueva York. Hay ya acuerdo para añadir también la Biblioteca de Catalunya y la del monasterio de Monserrat.
Los proyectos se multiplican, también Yahoo ha firmado un acuerdo con la Biblioteca Británica y su proyecto tiene la colaboración de empresas como Microsoft o Adobe. El proyecto Gutenberg lleva en marcha desde 1971 y también la digitalización parcial de la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. En Europa a instancias de Francia y ante la avalancha de contenidos del mundo anglosajón se han firmado acuerdos entre las bibliotecas nacionales de: Alemania, España, Francia, Italia, Austria, Bélgica, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Holanda, Polonia, Grecia, Hungría, Irlanda, Lituania, Luxemburgo, Republica Checa, Eslovenia, Eslovaquia y Suecia. En España destaca el proyecto de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, vinculado a la Universidad de Alicante. El proceso es, pese a las dificultades imparable. Hay muchos escollos, incluso demandas multimillonarias por los temas de derechos de autor, pero a la larga es imposible frenar la tendencia.
Los libros editados en ebook directamente son también mucho mas baratos, en algunas Web, Amazon Updates, que facilitan la compra por Internet contemplan la posibilidad de tener acceso on line la obra siempre que se quiera. Las editoriales on line, las que editan a demanda por Internet, ofrecen la posibilidad de proporcionar el libro en papel o en ebook en descarga directa previo pago.
Los programas para dar forma a los libros y adaptarlos a los diferentes "aparatos" son fácilmente manejables y facilitan la adecuación a los diferentes soportes utilizados.
De la misma manera que los móviles son ahora lectores de música, se han convertido en pequeños miniordenadores con acceso a Internet y posibilidad de ser usados para leer en ellos.
El tema de los móviles merece ser tratado aparte. Especialmente adaptado a la cultura juvenil ha sido objeto de un fenómeno curioso: Se han empezado a crear libros específicos para se leídos en ellos.
Esta tendencia surgió hace ya unos diez ocho años en Japón, en una sociedad altamente tecnificada que hace uso del teléfono móvil con una versatilidad enorme, desde la descarga de series TV y la utilización de lector de ebook a la creación de historias para el medio, utilizando el lenguaje propio de los Sms, había un paso.
El fenómeno es realmente curioso: en principio son historias románticas, de estructura, lenguaje y personajes simples que se llegan incluso a escribir en grupo. Historias con argumentos típicos de culebrones escritos sobre todo por mujeres jóvenes y narrador en primera persona, a modo de diario.
Pero lo realmente llamativo es que estas historias, se pasan a un formato convencional de libro de papel y llegan a copar en las listas de libros más vendidos los cinco primeros puestos entre los diez primeros. Se ha llegado a llevar alguna estas historias al cine y a convertirlas en series de Televisión.
En la última QUE LEER, hay una reseña que recoge un último estudio sobre el tema: el 86 por ciento de las estudiantes japonesas de secundaria y el 75 de las de educación primaria, son lectoras de estos nuevos culebrones.
La novela más popular de este género, Koizora tiene un argumento que se ha convertido en la nueva fantasía romántica para las adolescentes: ser violada por un delincuente juvenil, que luego se enamora de ellas.
Y la tendencia se extiende como una marea. Mediante la suscripción a canales que proporcionan contenidos a los móviles se puede acceder mediante mensajes sms a novelas escritas para ellos mediante descargas diarias previo pago del mensaje, como si de un juego o una melodía se tratara.
Autores como Suso de Toro, y novelas de nuevos nombres, como los escritores Javier Lorente, Iñigo Medina y David de Ugarte se han visto seducidos por un medio innovador y orientado a un lector diferente.
¿Pero qué pasa con el libro tradicional? El mundo ya no es el mismo, pero si las necesidades elementales: el salario del artista, y es beneficio del editor. Porque el lector si lleva todas las de ganar.
Se encontraran formas para satisfacer las exigencias y los derechos de los autores, se encontraran por parte de los editores formulas para continuar en el negocio y lo ocurrido con los libros para móviles en Japón demuestra que al final la coexistencia entre el libro real y el virtual. Será tan posible como lo fue la de la fotografía y la pintura.

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