De qué hablamos cuando hablamos de Harry Potter - Carmen Daza Márquez (Carmen Neke)

Retrato de J.K. Rowling por Jordi Berenguer Barrera

Las películas, las contrucciones de Lego, los juegos de ordenador y de mesa, las figuritas del Happy Meal… pero en primer lugar y ante todo, Harry Potter es la serie de libros más leída de la historia de la literatura. Su autora, de quien se ha llegado a decir que es más rica que la reina de Inglaterra, era en el momento de la publicación una completa desconocida que planeó y empezó a escribir la saga en los ratos libres que le dejaba su vida como madre soltera en Edimburgo, viéndose obligada a publicar bajo la iniciales J.K. ya que su nombre Joanna por lo visto sonaba demasiado femenino y podía espantar a los lectores potenciales de su obra.

Estos lectores, sin embargo, fueron los responsables directos del éxito de una saga publicada en un principio como una serie de novelas juveniles pero de la que después aparecerían ediciones “adultas” para que los padres no tuvieran que seguir leyendo a escondidas los libros de sus hijos. Porque esta autora desconocida se reveló como una contadora de historias nata capaz de cautivar con sus narraciones a niños y adultos. Sus novelas hicieron redescubrir al público el placer de la lectura, esa experiencia inigualable de abrir un libro y olvidarse del mundo durante horas. En medio de declaraciones agoreras sobre la muerte del libro a manos de la tecnología, una oscura autora británica fue capaz de algo que el mundo literario establecido todavía no ha sido capaz de perdonarle: que gente de toda edad y condición dejara a un lado la televisión, los ordenadores y las consolas de juego para sumergirse en las vivencias de unos niños en una escuela de magos a lo largo de siete cursos.

Cabe preguntarse a qué se debe la atracción irresistible de esta saga. La primera escena de la serie es tradicional: la entrega del niño superviviente a sus nuevos padres adoptivos por parte de los poderosos magos protectores de la criatura. Pero esta entrega tiene lugar en las calles de un suburbio británico, en la casa de una familia de clase media que lo último que quiere es tener a un niño mago en su seno. El propio Harry Potter resultará ser bastante mediocre como mago, a pesar de su reputación como el vencedor del gran enemigo al que nadie se atreve ni a nombrar. Y tampoco llegará a ser un héroe ni destacará por su carisma o atractivo, en el fondo no es más que un chaval que perdió a su familia y que en la escuela de magia Hogwart encuentra un hogar, buenos amigos y un deporte que le apasiona. 

Que el lector siga fiel a su historia durante siete volúmenes tiene que ver sobre todo con el talento de J.K. Rowling a la hora de crear mundos, ambientes y situaciones. El entorno de magia y fantasía situado en nuestra propia realidad le sirve a la autora para nombrar lo innombrable sin caer en la crudeza del realismo social y al mismo tiempo hace que este mundo resulte reconocible para los lectores de todas las edades. Los alumnos de Hogwarts viajan en tren a la escuela desde un andén oculto en la estación londinense de King’s Cross, las compras las hacen en un callejón secreto del centro comercial y el funcionamiento del Ministerio de la Magia no se diferencia en nada de la burocracia de los ‘muggles’ (los no magos). Las realidades paralelas de los magos y de los no magos están entremezcladas pero ambos prefieren ignorar su mutua presencia debido a una mezcla de incredulidad, desinterés, superioridad y recelo. Solamente cuando la situación se haga insostenible y estalle la guerra, provocando matanzas en nombre de la pureza de sangre de los magos y represalias en contra de ellos, llegarán a comprender ambas partes que no es posible vivir juntos sin conocerse ni entenderse y que la supervivencia tendrá que venir de la mano de nuevas y mejores formas de convivencia. 

Las novelas de Harry Potter se desarrollan en un mundo confuso, de valores mezclados, en el que la bondad y la maldad no son patrimonio exclusivo de nadie, los héroes legendarios decepcionan cuando se miran de cerca y hasta los mejores amigos te pueden dejar en la estacada. Y este mundo está poblado por seres defectuosos sin respuesta ni recursos ante los dilemas que se les plantean, los buenos están llenos de defectos y los malos pueden despertar la simpatía o al menos la comprensión del lector. No hay finales felices, no todos los protagonistas sobreviven los siete volúmenes ni todos los personajes van a estar a la altura de las circunstancias. La saga de Harry Potter nos atrae porque, como las grajeas Bertie Bott, sus sabores son variados, complejos y a veces incluso desagradables pero justo por eso tanto más adictivos. 

El éxito de la serie ha sido además un proceso de ida y vuelta. El público meta de los libros fue creciendo junto con sus protagonistas, que van pasando de la niñez en La piedra filosofal a la adolescencia en El cáliz de fuego en un mundo donde las amenazas latentes se van haciendo progresivamente realidad hasta terminar en la guerra que ocupa todo el último volumen Las reliquias de la muerte, una entrega tan negra como su propio nombre hace temer. A medida que la autora iba publicando las novelas, el éxito crecía y con él las expectativas de un público cada vez más numeroso y exigente. Pero a pesar de las enormes presiones del público y las sin duda muy tentadoras ofertas recibidas de las editoriales, J.K. Rowling ha sabido mantenerse firme en su propósito de no publicar ninguna continuación más de las aventuras de Harry Potter. Este ciclo de novelas está cerrado y la autora no parece dispuesta a seguir los pasos de otros ilustres antecesores como Alejandro Dumas o Arthur Conan Doyle (incluso Cervantes, en cierta medida) que acabaron dando continuación a obras que ya consideraban terminadas ante la presión del público. Por mucho que les pese a sus críticos y detractores, Joanna Rowling ha demostrado ser una gran dama de las letras tanto con lo que ha realizado como con lo se ha negado a hacer.

3 comentarios:

  1. Que buen artículo, Carmen. Dan ganas de leerse otra vez la serie :D

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  2. Pues sì, dan ganas de leerselo, en mi caso por primera vez. Excelente trabajo, Carmen.

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  3. Me ha encantado tu artículo Carmen. Happykent

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