¿Merece
el Poema de Gilgamesh ser incluido en un compendio de artículos
sobre literatura de temática homosexual?
Ésta
es la pregunta a la que vamos a intentar dar respuesta juntos, usted
y yo, querido lector, en este texto que ahora tiene entre sus manos
(o, más probablemente, en su pantalla).
-
Y esto de Gilgamesh, ¿qué es? Yo nunca he oído hablar de este Poema.
En
efecto, querido lector. Ni usted ni muchos.
Desgraciadamente,
el mundo de la antigua Mesopotamia (Sumeria, Babilonia, Acadia,
Asiria) es mucho menos conocido de lo que su riqueza e interés
justificarían. Su panteón religioso no tiene nada que envidiar al
greco-latino aunque, eso sí, posee una estructura un poco más
igualitaria que la androcéntrica familia de Zeus/Júpiter. Los
dioses sumerios intervienen en los asuntos humanos no menos que sus
equivalentes del Olimpo: enredos, intrigas, caprichos y castigos
están a la orden del día. Y el deseo sexual no es una excepción,
como veremos en el Poema de Gilgamesh.
Pero
respondiendo a su pregunta: Gilgamesh es nombre de persona. Se cree
que Gilgamesh vivió en el siglo XXVII antes de Cristo en Uruk, una
ciudad-Estado sumeria, de la que era rey. Uruk caía en esta zona del
mundo:
Uruk era, en aquella época, la ciudad más grande de la tierra. Se estima que en su período de máximo esplendor alcanzó una población de 80.000 habitantes, siendo particularmente conocida por sus imponentes murallas y su templo-zigurat. Edificaciones que, según nos dice el mito, construyó nuestro héroe, Gilgamesh. Porque Gilgamesh es el héroe del Poema que lleva su nombre.
Fuente:
http://commons.wikimedia.org
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Uruk era, en aquella época, la ciudad más grande de la tierra. Se estima que en su período de máximo esplendor alcanzó una población de 80.000 habitantes, siendo particularmente conocida por sus imponentes murallas y su templo-zigurat. Edificaciones que, según nos dice el mito, construyó nuestro héroe, Gilgamesh. Porque Gilgamesh es el héroe del Poema que lleva su nombre.
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Pues sí, eso ya me lo podía imaginar yo, por el título.
Tiene
usted razón, disculpe la obviedad.
Enseguida
le cuento más cosas de Gilgamesh. Pero para apreciar mejor el valor
del Poema, me gustaría que le echara un vistazo a la ciudad de Uruk,
tal y como creen los arqueólogos que era en su época de esplendor.
Aunque
la verdad es que hoy en día poco queda de ella:
By
Carmen Asensio - http://www.ezida.com/photo2/urukzigginanna.jpg, FAL,
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=10557569
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Es
lo que tiene el adobe: salvo el amontonamiento del zigurat (y,
felizmente, las tablillas cocidas), no te aguanta 4000 años.
-
Me parece muy bien todo esto, pero yo sigo queriendo saber más cosas de Gilgamesh. ¿Vivió de verdad? ¿Cómo era?
Guilgamesh;
si queremos pronunciar bien, pronunciemos Guilgamesh.
Pues
parece que sí; que, además de mito, existió el hombre1.
Lo
que el Poema nos dice sobre Gilgamesh es que era “dos
tercios divino, un tercio humano”
y que modeló su cuerpo la mismísima diosa-madre. Era hermoso e
imponente.
Sin
embargo, al principio del Poema, Gilgamesh es un “tirano”,
“prepotente,
altivo, arrogante”.
Posee un vigor sexual avasallador, hasta el punto que “no
deja Gilgamesh doncella a su madre”.
Además, ejerce el derecho de pernada con las recién casadas.
En
fin, un tipo de cuidado.
Eso
sí, insiste el Poema, era famoso por su belleza y atractivo. Para
que se haga usted una idea, he aquí como se le representaba, varios
siglos después, en el palacio del rey asirio Sargón II (advierto
que los cánones de belleza pueden cambiar de milenio a milenio):
Lo que queda menos claro -y aquí empezamos con el juego de las interpretaciones- es si su afamado vigor sexual lo empleaba también con personas de su mismo sexo. El Poema nos cuenta que “Y aún en sus moradas, los hombres de Uruk viven aterrados. ¡no deja Gilgamesh hijo a su padre!”. La similitud con la expresión referida a las doncellas es llamativa. Pero también es cierto que la mayoría de los exégetas consideran que en este punto, el Poema simplemente refiere que Gilgamesh requisicionaba sin descanso a los muchachos de Uruk para su ejército y ejercicios militares, por medio de un “pukku” (a veces traducido como tambor, pero para otros una especie de palo utilizado en las bodas y con connotaciones de fertilidad). Volveremos sobre el tema de las distintas interpretaciones.
Lo que queda menos claro -y aquí empezamos con el juego de las interpretaciones- es si su afamado vigor sexual lo empleaba también con personas de su mismo sexo. El Poema nos cuenta que “Y aún en sus moradas, los hombres de Uruk viven aterrados. ¡no deja Gilgamesh hijo a su padre!”. La similitud con la expresión referida a las doncellas es llamativa. Pero también es cierto que la mayoría de los exégetas consideran que en este punto, el Poema simplemente refiere que Gilgamesh requisicionaba sin descanso a los muchachos de Uruk para su ejército y ejercicios militares, por medio de un “pukku” (a veces traducido como tambor, pero para otros una especie de palo utilizado en las bodas y con connotaciones de fertilidad). Volveremos sobre el tema de las distintas interpretaciones.
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Bueno, yo ya empiezo a entender por donde van los tiros. Claro, la homosexualidad era moneda corriente en el mundo antiguo.
Sí
y no. O por lo menos, no del mismo modo en el que se entendería hoy
en día. Es imposible capturar en un par de frases las tremendas
variaciones de la aceptación y estima social de la homosexualidad en
las incontables culturas antiguas, separadas unas de otras por
distancias insalvables y muchos siglos. Pero permítame citar un
párrafo de La historia de la homosexualidad, de Colin Spencer,
que nos da una primera aproximación al asunto:
“Sabemos
que la homosexualidad era moneda corriente. Sin embargo, en las
sociedades arcaicas y en el mundo antiguo, se trata simplemente de
sexualidad. La sola vergüenza que pueda acarrear un acto sexual
concierne el tipo de acto y el estatuto social del otro sujeto, y no
su sexo”.
Con
otras palabras: en muchas sociedades antiguas, en una relación
sexual el problema no era tanto el género de los participantes como
la clase social y el rol adoptado por cada uno de ellos. Además,
aunque el amor entre personas del mismo sexo tuviera carta de
naturaleza en muchas culturas antiguas, ello no eximía a los
partícipes ni del matrimonio ni de la procreación.
En
todo caso, sí sabemos que el templo principal de Uruk estaba
dedicado a la diosa del amor: Inanna en Sumer (llamada Ishtar en
Babilonia, Astarté en Fenicia, y Afrodita-Venus en Grecia-Roma).
Esto ya le proporciona, querido lector, una idea sobre el papel que
desempeñaba el amor físico en la religión sumeria-babilónica.
Completemos el panorama añadiendo que la figura central del templo
era una sacerdotisa, por lo demás hieródula (prostituta sagrada).
En el templo había otras hieródulas y también hieródulos, al
servicio de hombres y mujeres. Con toda esta información, ya se hace
usted su composición de lugar al respecto de los mores mesopotámicos
en estas materias.
-
Sí, sí, ya veo. Otro mundo, muy distinto. De acuerdo que no podemos mirar el pasado con los ojos del presente, o, por lo menos, no sólo con estos. Pero en el Poema de Gilgamesh, ¿hay o no una historia de amor entre dos hombres?
En
mi opinión, sí. Si no lo pensara, no estaría escribiendo sobre el
Poema de Gilgamesh en una compilación de artículos sobre literatura
LGTB.
Pero
también le diré que es importante que lea usted la historia para
que pueda hacerse su propia opinión al respecto.
-
Pero es que es un poema épico, ¿no? Debe ser muy difícil de leer, muy antiguo.
No.
Con
el Poema de Gilgamesh, puede usted dejar de lado todas las ideas
preconcebidas en torno a la épica. El Poema no es ni farragoso, ni
excesivamente largo, ni está lleno de palabras rimbombantes y
ampulosas, ni se parece al ciclo wagneriano. Entiéndaseme bien:
tampoco es un cómic. Pero no hay que tenerle ningún miedo.
Además,
engancha. Y no menos porque es un placer leer casi de corrido una
historia escrita hace tantos miles de años, y que nos ha llegado
así, en forma de tablillas:
Once
de ellas concretamente. El Poema tomó la forma que conocemos en el
mundo babilónico, cuando los pueblos acadios (que hablaban una
lengua semítica) recopilaron las diversas tradiciones sumerias
(escritas en lengua sumeria, no emparentada) en un único texto2.
Por
Osama Shukir Muhammed Amin FRCP(Glasg) - Own work, CC BY-SA 4.0,
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=51586138
|
-
Vale, vale, basta de datos técnicos. Vaya al grano: ¿quién es la presunta pareja de Gilgamesh?
Enkidú.
Ante
las quejas de los habitantes de Uruk oprimidos por Gilgamesh, el
dios-padre Anu y el resto de los dioses deciden crear una criatura
que le haga frente. Pero, y esto es importante, no crean un enemigo
para que lo derrote, sino un “émulo”3
que le aparte de los modos tiránicos.
Enkidú
tiene aspecto de salvaje. Hirsuto, con el pelo largo, vive desnudo en
la estepa, con los animales. No se mezcla con los humanos. Un cazador
de la región, asustado ante la fuerza del recién llegado, se dirige
a Uruk a pedir ayuda a Gilgamesh.
¿Decisión
del rey? Enviar a la hieródula suprema, Shámhat, a que aparte a
Enkidú del reino de las bestias (según la mayoría de los
comentaristas, para humanizarlo). ¿Y cómo se propone Gilgamesh que
Shámhat lo logre? El Poema es explícito en este punto: “que
le muestre sus formas”,
“ofrécele
tu sexo”
y …
-
¿Y?
Pues
eso. 7 días y 7 noches estuvieron juntos Shámhat y Enkidú.
-
Entonces, esto no es una historia gay.
No
nos precipitemos. Ya hemos dicho que no podemos contemplar el mundo
antiguo sólo con los ojos del presente. Un poco de paciencia; aún
queda mucha historia por delante.
-
¿Y cómo sigue?
Pues
con uno de los puntos clave del relato que nos permite incluir al
Poema de Gilgamesh en un número de una revista literaria dedicada a
la literatura LGTB. Se trata de dos sueños premonitorios de
Gilgamesh, que éste le ha contado a su madre, la diosa Ninsún,
pidiéndole los interprete para él.
El
Poema presenta estos sueños con una técnica literaria muy
interesante. Es Shámhat quien los cuenta a Enkidú, antes de
llevarlo a Uruk a encontrarse con Gilgamesh. En la escena, Shámhat
presenta a Enkidú las virtudes de Gilgamesh, con expresiones tales
como “de
aspecto varonil, pletórico de vida. ¡Rebosa seducción su cuerpo
todo!”.
Shámhat también le aclara que los sueños de Gilgamesh se refieren
a él, a Enkidú. Y, en el momento en que el Poema pasa a relatar los
sueños, cambia el modo de persona en el que está escrito y da la
palabra a Gilgamesh y a su madre:
Gilgamesh
dice así:
“Caía
sobre mí un trozo de cielo [Nota: en otras traducciones se utiliza el
término meteorito, bola, piedra]
….
Yo
mismo como a una esposa lo acariciaba.
Lo
echaba a tus pies [Nota: de su madre]
Y
tú lo tratabas como a mí mismo”
Y
su madre, la diosa Ninsún, interpreta el significado del sueño como
sigue:
Vendrá
para ti un poderoso compañero, protector del amigo,
….
Como
un trozo de cielo será grande su vigor
Como
a una esposa lo acariciarás.
Pues
él de ninguna manera te abandonará.
Similar
sueño tuvo Gilgamesh otra noche; esta vez no con un meteorito sino
un hacha. Su madre le da la misma interpretación, un punto más
explícita:
“Lo
amarás como a una esposa y como a tal la acariciarás”
-
Pues esto ya me está quedando bastante claro.
Hay
más. Si quiere usted profundizar en el asunto de los sueños, le
remitiría a un artículo de Bruce L. Gerig sobre el Poema de
Gilgamesh y sus paralelismos con la historia de David y Jonathan4.
Según
Gerig, los términos acadios que designan el “meteorito” y el
“hacha” son casi homófonos de los que designan a dos tipos de
personas de sexo masculino. “Kisru”
(meteorito) suena muy próximo a “kezru” (hombre con pelo largo
dedicado a la prostitución), y “hassinnu”
(hacha) es casi idéntico a “assinu”
(hieródulo del templo de Ishtar”). Nos encontraríamos pues ante
un deliberado juego de palabras que uniría las imágenes oníricas
(el meteorito, el hacha) con el objeto real de la premonición: un
compañero sentimental para Gilgamesh.
En
su artículo, Gerig nos presenta otros análisis lingüísticos
similares. En una disquisición ciertamente picante, habla de la
ambigüedad del mentado "pukku".
También explica que el término acadio “acariciar” se utiliza
varias veces en el texto con un sentido más amplio (por decirlo de
manera diplomática) que el de la palabra castellana. Por último, en
el plano de los sentimientos, los términos “amor” y “amar”
describirían indistintamente el afecto entre Enkidú y Gilgamesh y
el que la diosa Ishtar pretendía disfrutar con este último.
-
Me pierdo. Demasiado técnico.
Sí,
yo también un poco, confieso. Y tampoco creo que sea necesario
entrar tan en detalle para justificar que el Poema nos presenta,
entre otros temas, una relación amorosa entre dos personas del mismo
sexo.
Dejemos
pues aquí la filología y la semántica, y pasemos a señalar otros
elementos del texto que nos indican que estamos ante una historia que
va más allá de la pura amistad o camaradería guerrera. Ahí van
algunos (lo siento por los spoilers):
-
Enkidú viaja a Uruk para impedir que Gilgamesh ejerza el derecho de pernada sobre una doncella recién casada. Enkidú llega en el último momento. Después de su encuentro con él, Gilgamesh se olvida de la doncella.
-
Y no sólo de ella. Más avanzada la historia, las propuestas –claramente deshonestas- de la mismísima diosa Ishtar no suscitarán sino el rechazo displicente de Gilgamesh. Lo que lo costará bien caro, ya que acabará pagándolo con la muerte de Enkidú en un castigo que se antoja, sobre todo, fruto de los celos de Ishtar.
-
En su expedición para matar al monstruo del Bosque de los Cedros, el temible Humbaba, Gilgamesh y Enkidú se toman de las manos para infundirse valor e incluso para embestirlo juntos.
-
En el lecho de su agonía, Enkidú maldice a la hieródula Shámhat. El dios Shamash, que escucha sus maldiciones, consigue que las retire diciéndole, entre otras cosas, que Shámhat “te consiguió por compañero al soberbio [hermoso, en otras traducciones] Gilgamesh”.
-
Las reacciones de Gilgamesh durante la enfermedad y tras la muerte de su amigo parecen las propias de alguien que ha perdido a su otra mitad. Gilgamesh llora "como plañidera”, lanza imprecaciones a diestro y siniestro, y permanece agarrado al cadáver de Enkidú, "al que tanto amé", durante 7 días, hasta que un gusano aparece por la nariz del finado ya en plena descomposición. Gilgamesh ordena luto al pueblo y a los dignatarios y la construcción de estatua de Enkidú. Se suelta su cabellera, y “como a una esposa cubrió el rostro de su amigo”.
Hay
un evidente paralelismo entre el duelo de Gilgamesh y el de otros
personajes de la Antigüedad cuyo amor hacia sus compañeros/amigos
ofrece poca o ninguna duda: el de Alejandro por Hefestión, el del
Emperador Adriano por el joven Antinoo, y el del bíblico David por
Jonathan. Ya sabe, David, el de “Angustia
tengo por ti, hermano mío Jonathan, que me fuiste muy dulce. Más
maravilloso me fue tu amor que el amor de las mujeres”
5
-
Pues con esto ya me queda claro. Pero… ¿hay algo más… explícito?
¿Qué
si hay tomate, quiere usted preguntar? Por entendernos.
-
Sí, bueno, ya sabe....
Pues
el consultado Gerig sostiene que la descripción del combate que
traban entre sí Enkidú y Gilgamesh nada más conocerse no es sino
la descripción apenas velada de un encuentro sexual. Argumentos no
le faltan, aunque no sé si son del todo convincentes. Pero, sea o no
el caso, no me parece una cuestión determinante. En realidad, y como
ya hemos visto, la obra tiene muchos otros elementos que nos permiten
incluirla dentro de la literatura LGTB.
-
¿Entonces, no le queda duda alguna de que el Poema nos describa una historia gay?
Mire,
nunca se puede descartar toda duda. Pero sí le diré que este Poema
es perfecto para aplicar la Navaja de Ockham.
-
¿Perdón? ¿Además del hacha, hay una navaja en la historia? ¿Quién es Ockham? No lo complique más.
Disculpe,
no era mi intención.
Me
explico: no, en el Poema no hay ni navajas ni aparece ningún Ockham.
Ockham fue un monje franciscano que vivió entre los siglos XIII y
XIV. Postuló un principio, utilizado a menudo en ciencia, que viene
a decir que "En
igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la
más probable.
Esto implica que, cuando dos teorías en igualdad de condiciones
tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene más
probabilidades de ser correcta que la compleja"6.
-
O sea, que lo de Ockham es, hablando claro, aquello de "blanco y en botella, leche".
Pues
esa podría ser la versión castiza de la famosa navaja (no me
pregunte por qué se le llama "navaja", por favor).
Como
principio, y aunque no nos procure absoluta certeza, parece bastante
razonable. Aplicado al Poema, y teniendo en cuenta lo que ya sabemos
sobre los mores vehiculados por la religión mesopotámica, el
principio de Ockham vendría a decir que lo más probable es que un
texto que nos cuenta que Gilgamesh se comportaba con Enkidú como lo
haría con una esposa esté describiendo una relación amorosa entre
dos hombres. La cual es una lectura más sencilla que interpretar que
las escenas que ya hemos descrito (y otras que usted descubrirá en
el Poema) describen una simple amistad. Lejos de mí la intención de
descartar que una persona pueda permanecer asida al cadáver de su
amigo durante días pero esto parece más propio de alguien
enamorado del difunto (incluso admitiendo que la épica es dada a la
hipérbole).
En
fin, en todo caso, insisto: nada como leer el Poema para formarse su
propia opinión. Además, la relación Gilgamesh-Enkidú no es el
único tema del que trata el Poema, hay otros que vale la pena
descubrir.
-
¿Qué otros?
Fundamentalmente,
la angustia ante la muerte. No quiero estropear la historia
contándole más detalles de las aventuras de Gilgamesh; así que
simplemente le diré que, tras la muerte de Enkidú, Gilgamesh toma
consciencia que también él deberá morir algún día7,
y sale en búsqueda de la inmortalidad.
Esta
parte del libro contiene algunos de los pasajes más emotivos del
Poema. Porque el texto, es importante saberlo, además de relatar las
hazañas de nuestros héroes, presenta con una sensibilidad extrema
emociones humanas tan básicas como la angustia, el miedo, el amor,
la desesperación y la cólera.
Y,
como guinda sobre el pastel, el Poema incluye una perla asombrosa: el
relato del Diluvio Universal. Quizás haya usted oído alguna vez que
ciertos relatos bíblicos parecen inspirados en historias de la
Antigua Mesopotámica. En el Poema, tiene la ocasión de constatarlo
por usted mismo, y conocer al equivalente sumerio de Noé.
-
Entonces, concluyendo: ¿recomienda la lectura del Poema para alguien interesado en literatura LGTB?
Sí.
Es
cierto que, para algunos, se tratará sólo de un canto a la
camaradería y amistad entre dos héroes, y pensarán que cualquier
otra lectura que vaya más allá no es sino una interpretación
forzada.
Otros
verán en el relato una sucesión de picantes ambigüedades, en un
contexto de promiscuidad desbordada.
Algunos
quedarán sumidos en la duda metódica: ¿si la homosexualidad en
Mesopotamia estaba tan aceptada, por qué se trata el tema en el
Poema de una forma algo velada? Aunque, por otro lado, si las
relaciones entre personas del mismo sexo eran algo público,
¿consideraría un lector/oyente de la época que hay alguna
veladura? ¿O entendería con claridad que el Poema presenta la
relación entre dos hombres porque utiliza los términos que en aquel
momento se usaban para referirse a tal tipo de relación?
El
que esto escribe piensa que la historia adquiere todo su significado
si se asume que Gilgamesh y Enkidú estaban unidos por una relación
amorosa más allá de la amistad. Creo que esta lectura se sostiene
en la literalidad del texto y su trama, así como en el principio de
Ockham. Además, esta interpretación explica mejor las distintas
escenas y acontecimientos que nos relata el texto (como, por ejemplo,
la fuerza del choque emocional que sufre Gilgamesh ante la muerte de
su amigo).
Sea
como fuere, léanlo. Es, cuanto menos, un canto bellísimo a la
amistad entre dos héroes y, sin duda alguna, una joya de la
literatura universal.
-
Muchas gracias
Ha
sido un placer.
Si
lo desea, aquí tiene usted más vistas y representaciones sobre el
mundo del Poema: http://imgur.com/gallery/EVGfA
Y
no deje de contarme qué le pareció el Poema después de haberlo
leído.
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1
"Gilgamesh. O la angustia por la muerte". Traducción
directa del acadio, Jorge Silva Castillo, Kairós, página 18.
2
Ibid, página 25
3
Verso 187, primera tablilla.
5
Segundo libro de Samuel, versículo 1:27, consultado en “Historias
de amor diferentes”, de Sebastián Fontana Soler y Agustín Huerta
Martínez, Didot, 2013.
Jaja, me ha encantado el genial formato del artículo, qué gran idea. De otra forma, confieso que jamás habría leído nada sobre el Poema de Gilgamesh. M. Corleone
ResponderEliminarMuchas gracias. ¡ Anímate a leerlo !
EliminarCoincido en lo acertado del formato. Hace del texto una lectura amena y divertida que sin darte cuenta te aporta información al tiempo que te hace reír. Me ha encantado y descubierto a Gilgamesh.
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegro que te haya gustado el formato.
EliminarComo siempre Pepe para quitarse el sombrero, una forma divertida y al mismo tiempo erudita, porque lo cortés no quita lo valiente, de presentar un libro que de otra forma quizás no hubiera atraído tanto leer un artículo sobre él.
ResponderEliminarMuchas gracias. Era un reto presentar un texto que, de primeras, podría parecer poco atractivo. Y tenía muchas ganas de dar a conocer esta joyita de la literatura LGTB.
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