En 1968 se publica la novela de Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? En 1982, poco después de la muerte del escritor, se estrena la película de Ridley Scott, Blade runner, inspirada en la novela, aunque paradójicamente el título hace referencia a otra novela y un tratado de cine de William S. Burroughs. Todo ello porque el título de Dick les pareció poco comercial.
Pero, siendo las dos obras maestras en su género, no sólo el título las diferencia. En la muy popular wikipedia puede cualquier cibernauta ver algunas de las diferencias que el autor del artículo señala entre ambas producciones. De todas maneras me gustaría profundizar en la esencia de esas diferencias que creo, con toda modestia, no están suficientemente indicadas.
Efectivamente, una de las diferencias es el año en que se sitúa la
acción. Diferencia insustancial. Para ambos es un futuro no muy lejano.
Con eso nos podemos quedar.
Una coincidencia es el paisaje en que se desarrollan ambas: novela y película. El ambiente es opresivo, oscuro, decadente. Es cierto que en la película es un ambiente permanentemente lluvioso, oscuro, salvo por los anuncios luminosos y con una aparente superpoblación de raza asiática, mientras que en la novela es polvoriento (radioactivo) y tan hostil que la población es muy escasa. Tampoco es una gran diferencia. Digamos que el entorno es hostil y sin un sol brillando.
Una coincidencia es el paisaje en que se desarrollan ambas: novela y película. El ambiente es opresivo, oscuro, decadente. Es cierto que en la película es un ambiente permanentemente lluvioso, oscuro, salvo por los anuncios luminosos y con una aparente superpoblación de raza asiática, mientras que en la novela es polvoriento (radioactivo) y tan hostil que la población es muy escasa. Tampoco es una gran diferencia. Digamos que el entorno es hostil y sin un sol brillando.
Otra diferencia insustancial es que en la novela es San Francisco la ciudad en que transcurre todo y en la película es Los Ángeles. No importa demasiado.
El protagonista Rick Deckard tiene unas diferencias importantes entre novela y película. En la novela es un hombre casado, preocupado por las apariencias, por su matrimonio (claramente en crisis) y no demasiado preocupado por las implicaciones morales de su trabajo, aunque se adivina cierta depresión en su ánimo. De todas maneras, la perspectiva de ganar dinero “retirando” androides le agrada por la compensación económica.
En el film, Deckard es un hombre solitario, claramente deprimido, que no quiere seguir trabajando como cazador de recompensas matando androides y que es solicitado como única solución ante la crisis de los Nexus- 6 escapados de Marte, pues es el mejor en su trabajo, cosa que no ocurre en la obra de Dick. Ello le permite tener una relación amorosa con la androide Rachael mucho más intensa que el Deckard literario.
Pero aquí nace una de las grandes diferencias entre las dos producciones. El protagonista del libro es un ser humano muy preocupado por todo lo que nos hace humanos: la empatía, las relaciones con sus familiares, sus vecinos, las apariencias, el dinero,…Sin embargo, salvo algún remordimiento cuando “retira” a la cantante de ópera, pero no por su inteligencia, sino por su talento en el canto, no siente grandes problemas en eliminar androides y el mensaje que transmite Dick es que todo lo que nos hace humanos nos hace superiores.
Por el contrario, el personaje principal creado por Ridley Scott, es una persona constantemente dudosa de su papel como cazador de androides, que incluso duda de su pertenencia a la clase humana (de hecho el final hace pensar que es un androide), que se enamora de una androide, que es salvado por un androide de la muerte y que, por tanto, se pone mucho más del lado de los seres artificiales dotados de inteligencia que de parte de los humanos. Todo su trabajo parece hacerlo a desgana, cuando no contra su voluntad. Es decir, Scott, nos presenta unos androides “humanizados” y algunos humanos “deshumanizados”.
En el contexto que Dick presenta, en que todo lo vivo tiene una superioridad sobre lo no vivo, se encuadra la gran importancia que se le da en la novela a los animales supervivientes de la Guerra Mundial Terminal y su radiación posterior, y en que esos animales sean reales y no eléctricos. Realmente gran parte del libro gira en torno a los animales. En la película son elementos casi inexistentes, salvo en alguna escena que tiene poco sentido en el argumento general del film.
Tanto la presencia del órgano de ánimos Penfield, la religión/filosofía del mercerismo y el showman televisivo-radiofónico “Amigo Buster”, son empleados por Dick como una forma de humanización aún mayor de los seres humanos frente a los androides. El órgano de ánimos es necesario para un ser humano desmotivado, depresivo por no haber emigrado de una Tierra en malas condiciones y descontento de su fortuna presente y futura. Se encarga de dar el ánimo siempre exacto y necesario para seguir viviendo en un mundo que no es todo lo agradable que quisiéramos. Otra motivación indispensable a lo largo de los siglos para el ser humano es la religión y Dick se inventa el mercerismo, religión que potencia la autosuperación, la empatía colectiva, el aguantar los golpes que la vida nos depara, para seguir siempre hacia adelante. Estos elementos son ajenos a los androides, carentes de empatía, de procesos depresivos, de afán de superación y que tienen al “Amigo Buster” como infiltrado para destruir todas esas esperanzas del ser humano. Sin embargo, en la película son suprimidos todos estos elementos, simplemente porque estorban la idea general del director y guionistas, que es toda la contraria: mostrar a los androides como mucho más humanos que los propios humanos biológicos, con empatía, con afán de superación, con deseos de vivir más tiempo que los efímeros cuatro años, con sentimientos de amistad y amor entre ellos y con algunos seres humanos “buenos”,…En la misma película se muestra un creador de Nexus-6 despiadado, sin ningún afecto por sus seres creados.
La novela tiene otro protagonista, Isidore, un retrasado mental, un “cabeza de chorlito”, como lo llaman en el propio escrito, que empatiza grandemente con los androides, puesto que es un rechazado social en la Tierra, por no poder pasar las pruebas para la emigración a Marte. Pero, en la línea general de Dick, acaba dándose cuenta de que los que consideraba como sus amigos androides y a los que ha ayudado desinteresadamente, no tienen ningún tipo de escrúpulo en sacrificar una araña y cambia totalmente su concepción a raíz de este episodio pues, a pesar de su retraso mental. es capaz de comprender que la inteligencia artificial carece de sentimientos mientras que él, que en algún momento se consideró inferior a ellos por su inferior coeficiente intelectual, es superior en amor por todo lo vivo. El deslumbrado Isidore por una inteligencia de la que él carece es a la su vez iluminado por la certeza de que carecen de lo más importante: la bondad y la empatía por la vida.
Este personaje se ve sustituido en la película por un anodino personaje llamado Sebastián, un diseñador de inteligencias artificiales, que sólo sirve a los androides para llegar al despiadado creador de los Nexus-6, Tyrell.
Por último, señalar a la androide Rachael, desconocedora en ambas producciones de su identidad artificial, pero que reacciona de muy diferente forma en cada una de ellas. En la novela es despiadada, llegando, como venganza, a matar a la cabra nubia de Rick. En la película acaba huyendo con el propio Rick para vivir juntos el poco tiempo que les quede cómo androides. Otra vez el aspecto inhumano y el aspecto humano confrontados.
Podríamos resumir nuestro análisis de diferencias particular en una premisa indispensable: para Dick los humanos son superiores y los androides muy poco simpáticos, mientras que para Scott los androides son los verdaderos héroes buenos, incomprendidos por los orgánicos humanos.
De todas maneras, merece la pena tanto leer la novela como ver la película. Ánimo y a ello, quienes todavía no lo hayáis hecho.
Hola! Yo he hecho ambas cosas, ver la película y leer el libro (lamentablemente en ese orden). Debo decir que la película me parece harto superior en todos los sentidos, cosa que raramente me pasa cuando comparo obras de esta naturaleza. La verdad es que tu artículo me ha sorprendido mucho, enfocaste las cosas de un modo sorprendente. Supongo que lo leeré otra vez.Te agradezco mucho tus artículos, nos haces pensar.
ResponderEliminarMuchas gracias y sigue así!!!
Muchas gracias.
ResponderEliminarLa película se encuentra entre mis favoritas. Y por eso mismo no he leído el libro - me gusta tanto la ambientación del film que, de algún modo, me da miedo "desmontarla".
De la película me gusta mucho también la música. Y la descripción de esa América futura dominada por la cultura japonesa, que luego no ha resultado así: habeis visto las referencias a la luego quebrada Atari? En aquel momento, se pensaba que iba a ser la empresa que iba a dominar el mundo...
Gracias de nuevo por la crónica