Entrevistas Express: Rosa Ribas.




"Nací en El Prat de Llobregat en 1963. Es una pequeña ciudad industrial que la mayoría conoce porque en su término municipal se encuentra el aeropuerto de Barcelona. La cercanía del aeropuerto, vivir a sólo una calle de las vías del tren con el ruido –y el olor– de fondo de una fábrica de papel, actualmente demolida, en lugar de llevarme a anhelar una vida de silencio y aire puro en algún lugar en el campo, me han hecho adicta a la ciudad y a un mínimo nivel de sonido sin el cual no me puedo concentrar."

Rosa Ribas  es una de nuestras escritoras más queridas.   No  se puede encuadrar  su literatura en ningún género,  no solo porque los trasciende, también porque no se ciñe a ninguno  y  nos da mucho más que una novela policíaca o histórica o costumbrista, todos ellos son algo más en sus manos. Detrás de su literatura hay una sólida formación  intelectual  y docente. Nos sentimos muy cercanos a su literatura por su calidad, por su humanidad,  y por sus temas. 


¿Existen fronteras entre literatura de género y "Literatura"? 
 Sí, pero no creo que se encuentre en las líneas que se suelen trazar, en los temas, sino en la forma que se les da, en el uso de la lengua, de los recursos narrativos, del estilo...

¿Qué consideras más importante, la experiencia vivida o la imaginación? 
Ambas. Pero sobre todo valoro la capacidad de convertirlas en ficción, sin la cual no podría crear novelas.

¿A cuál de tus libros le tienes más cariño y por qué?
Al último, Pensión Leonardo, porque es el más personal. Y siempre al Pintor de Flandes por ser el primero, algo que no cambiará nunca, aunque sea una obviedad decirlo.

¿Sufres más escribiendo o leyendo?
Son dos actividades gozosas, así que sufro más bien poco. Menos todavía desde que he aprendido a no empeñarme en leer todos los libros que empiezo hasta el final.

¿El primer libro que recuerdas de tu infancia? 
El corsario negro de Emilio Salgari. O quizás fuera uno de los Cinco de Enid Blyton, pero no recuerdo cuál.

¿Qué libros contemporáneo y clásico recomiendas sin reservas?
¡Qué difícil! Pero bueno, hay que decidirse. He recomendado a varios amigos esa delicia que es La princesa prometida, de William Goldman. Y, entre los clásicos casi contemporáneos, una de mis novelas favoritas, Yo, que he servido al rey de Inglaterra de Bohumil Hrabal.

¿El libro que tienes ahora mismo en tu mesilla?
Tengo dos: El balcón en invierno de Luis Landero y Marley estaba muerto de Carlos Zanón.

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