La literatura de humor, como bien se dice en el editorial, siempre ha sido considerada un género menor en la literatura, sin embargo nos ha dado grandes personajes, que quizás, algunos de ellos, para evitar su calificación de humorísticos se han incluido en géneros con mucha más entidad, que lucen más.
Ejemplo de estos personajes cómicos incluidos en géneros de entidad propia tenemos dentro de la novela picaresca a dos grandes, nuestro compatriota Lazarillo de Tormes y sus andanzas y al germano aventurero Simplicíssimus del autor Hans Jakob Christoffel von Grimmelshausen. No tengo claro si en su día estos autores cuando estaban escribiendo sus obras pensaban en literatura de humor o en literatura picaresca. En cualquier caso, ambas obras me han hecho reír, y mucho.
Siguiendo con personajes cómicos, tenemos otro grande y digno sucesor de estos pícaros: el soldado Svejk (El buen soldado Švejk de Jaroslav Hašek), aquí hemos dado un paso adelante desde la picaresca a la sátira utilizada como alegato antibelicista.
Adentrándonos en el siglo XX nos damos de bruces con personajes absurdos pero hilarantes como son el Gurb de Eduardo Mendoza (Sin noticias de Gurb) o el egocéntrico, inadaptado e hipocondríaco Ignatius J. Reilly protagonista de La conjura de los necios de John Kennedy Toole.
Y ya instalados en el absurdo nos encontramos con Wilt, creación de Tom Sharpe. ¿Quién es este pobre hombre? Un profesor frustrado tanto laboralmente como matrimonialmente. Se podría decir que es un sin sangre que se deja llevar por la vida.
Tom Sharpe nos muestra en Wilt (1976) una comedia coral llena de enredos, en la que destaca por encima de todos el protagonista que da nombre al libro y a la saga, con situaciones absurdas, surrealistas, pero sobre todo, cómicas y en algún momento, a mi modo de ver, hilarantes.
Pero bajo esta simpática obra descubrimos la crítica a diferentes estamentos y movimientos sociales. Crítica a la institución de enseñanza en la que trabaja Wilt, a la iglesia anglicana bajo el sacerdote borrachín, al movimiento de liberación sexual que representan la pareja de americanos y a la policía representada por ese fantasioso inspector de policía.
Aquellos de vosotros que ya conocéis a Wilt seguro que guardáis un buen recuerdo de él y aquellos que aún no, creo que merece la pena que dediquéis unas horas de vuestro tiempo lector en conocerle. No os defraudará.
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