Se acercan las Ferias del libro en todas la ciudades de España. Es uno de los momentos del año en el que las editoriales se apresuran a lanzar sus nuevos libros y autores, para ofrecerlos en el escaparate que supone esos días de primavera cultural en el mundo de los lectores, curiosos y ansiosos de novedades y contactos directos con sus autores favoritos, a quienes pedirán autógrafos y dedicatorias.
Tal vez sea el momento apropiado para lanzar una mirada y reflexionar sobre cómo está organizado el mundo editorial en nuestro país. Tomado por las grandes empresas, interesadas en productos de consumo rápido y novedoso (aunque no carentes de calidad) y por un contexto acosado por las nuevas tecnologías, es decir, los libros digitales (en el que no termina de encontrarse aún una fórmula que funcione con satisfacción plena para todos lo implicados), y en que cada lector parece llevar también camuflado un escritor; en el mundo editorial nos encontramos también con un fenómeno que está cobrando cada vez más relevancia: pequeñas editoriales con vocación, de excelentes elecciones en sus textos y traducciones, y en todo lo que hace que el libro adquiera un plus, esto es, el de objeto deseable y exquisito que los lectores sibaritas ansían poseer tanto por su contenido como por su avaricia de coleccionista ambicioso del objeto único. El placer del tacto del papel, el recreo en una tipografía, en una portada, en unas ilustraciones que añaden vida a las historias y sobre todo en unos textos poco dados a consumos masivos, atraen a este tipo de lectores.
Han aflorado en ese sentido editores que enfocan su vocación a géneros poco cuidados por la gran industria del sector, orientados a temas y literaturas concretos y a autores poco divulgados fuera de su contexto de origen.
Paralelamente a estas editoriales minoritarias, podemos analizar el entorno de las librerías en claves similares: las grandes superficies en las que el lector va a elegir por sí mismo, que busca entretenerse entre los volúmenes más clásicos y las ediciones de rabiosa actualidad con pretensiones de entretenimiento y diversión, con una única orientación comercial; y las pequeñas librerías que son un centro de dinamización cultural, con libreros vocacionales, fuente de sabiduría y de atención personalizada, que aconsejan y se implican con sus clientes, que intercambian experiencias lectores, con los que se descubren mutuamente nuevos horizontes. Lugares propicios para lectores pacientes.
Para la prisa, para ansiedades que aspiramos a satisfacer de forma inmediata, o para encontrar libros de acceso más complicado, tenemos también la opción de las compras online, que nos permiten búsquedas en enormes almacenes de libros y en librerías de segunda mano, que nos facilitan la posibilidad de conseguir textos descatalogados o ediciones antiguas. El mundo literario al alcance de la mano y de una tarjeta de crédito, que nos permite comprar allende los mares.
Son fórmulas compatibles, caminos que pueden coexistir y complementarse.
Hemos dedicado ya varias entradas a algunas de estas pequeñas editoriales, y queremos también hacerlo a esas librerías que nos encantan y que nos aportan tantos pluses a nuestras compras lectoras. Os invito a que, en este espacio, compartáis vuestras experiencias en este sentido.
Como editorial joven y con proyección, yo rompería una lanza por Ediciones Antígona, una editorial independiente que publica narrativa contemporánea, filosofía, estudios críticos, poesía joven...
ResponderEliminarTienen, además, una colección de teatro que es impagable (sobre todo ahora que cada vez hay menos ediciones de teatro).
Para el que quiera conocerlos, su web es www.edicionesantigona.com.
La editorial que encuentro más completa es cátedra. Tanto por los textos que eligen editar como los prólogos y notas. Además el precio es medio aceptable en esta época que parece que el mundo editorial se ha vuelto loco.
ResponderEliminarPues yo hay determinadas editoriales que me dan una garantía de que los libros van a ser buenos, por ser reedición o primera traducción de libros de autores ya consagrados y en cierta forma clásicos, o bien porque publican muy poco pero muy escogido.
ResponderEliminarEditoriales como Atalanta, Libros del asteroide, Nórdica, Valdemar, Acantilado. El problema muchas veces en estas editoriales es el precio, pero claro la calidad en muchas ocasiones lo vale.
son las lineas editoriales cada vez estan saliendo más, por otra parte creo que es la unica forma de competir con otros formatos el ofrecer contenidos diferentes y un plus en su calidad.
ResponderEliminarGracias CArlos, Me pasare a ver que cuentan.
ResponderEliminarEs interesante ver lo que se comenta en otros sitios,
Por su selección de títulos y lo cuidado de la edición y las portadas, me quedo con Salamandra. No me había dado cuenta pero últimamente es la editorial que más compro
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