Vida y hechos de Alexis Zorba - Nikos Kazantzakis - Cuscurro






"Luchamos porque nos gusta; cantamos aunque no exista oído que nos escuche; trabajamos aunque no haya un patrón que al atardecer nos pague un salario... La esencia de nuestro dios es el combate."
Nikos Kazantzakis


Antes de adentrarme en la lectura de esta obra, Alexis Zorba era para mi un personaje cinematográfico interpretado por Anthony Quinn en una película que no he visto llamada "Zorba, el griego". ¿Y quien era Nikos Kazantzakis? Nadie: no conocía su existencia.

La ignorancia es un océano dentro del cual hay pequeñas y dispersas islas de conocimiento. En mi océano particular, una nueva isla volcánica llamada Kazantzakis ha emergido, es pequeña aún, pero irá creciendo y para ello, lo primero que he hecho ha sido informarme sobre el autor:

Nikos Kazantzakis (Candía 1885 - Fribugo 1957) fue un escritor: autor de poemas, novelas, ensayos, obras de teatro y libros de viaje, filósofo y político griego de izquierdas llegando a ser ministro en varias ocasiones simpatizando con el comunismo. El desencanto sufrido al ver la implantación de esta doctrina en tierras soviéticas le llevó a renunciar a él. Su ideología mezcla influencias del cristianismo, del comunismo y del budismo.


Vida y hechos de Alexis Zorba, escrita en Creta en 1946, es una obra que inmediatamente nos hace sentirnos partícipes de la historia al estar escrita en primera persona: el narrador es uno de los protagonistas y nos va contando sus vivencias o bien a través de reflexiones o bien a través de diálogos muy fluidos con el gran protagonista: Zorba. Estos diálogos se ven complementados con el resto de personajes que van transitando. Todo esto hace que nos sintamos un espectador de primera fila.

¿Pero quien es este narrador? Tenemos pocas referencias personales suyas: ni siquiera se nos dice su nombre, a lo largo de la obra es llamado simplemente patrón. Descubrimos que es un estudioso, algo así como un ratón de biblioteca, un papiróvaro como es llamado en algún momento por un discípulo suyo. Básicamente es un hombre letrado pero poco vivido que decide marchar a Creta para gestionar una mina de su propiedad y solventar de esta forma parte de la falta de práctica en la vida que existe al margen de los libros.

Estando el patrón en el puerto a la espera de iniciar viaje a Creta, conoce a Zorba, mucho mayor que él, quien se ofrece a partir junto a él y hacerse cargo de la gestión de los trabajos mineros. Este es el momento que marcará un antes y un después en la vida del patrón: el joven maestro lentamente se convierte en discípulo.

Este encuentro provoca el enfrentamiento entre dos formas de vida completamente opuestas: Zorba es visceral, sexual, mujeriego, alegre, sabio terrenal podríamos decir, como esos hombres de campo cuya cultura pegada a la tierra y basada en la experiencia, tantas veces nos ha sorprendido; capaz de enfrentarse al mundo con la mirada limpia de aquel que ve la cosas por primera vez y con una filosofía resumida en la frase carpe diem: vivir plenamente la vida como si el mañana no existiera y solo contara el hoy. Hay una frase que puede definir la forma de vivir suya:

"El universo era para Zorba, como para los hombres primitivos, una visión pesada y compacta; las estrellas se deslizaban sobre él, el mar rompía contra sus sienes; vivía, sin la mediación de la razón, la tierra, el agua, los animales, Dios."


Por otro lado, el patrón es lo opuesto: es reposado, racional, espiritual, su forma de vida es el estudio y antepone su desarrollo intelectual a su vida en el mundo.

Es la lucha eterna entre espíritu y la carne. Como el mismo autor dijo:

"Todo hombre es un hombre Dios, carne y espíritu. He aquí por qué el misterio de Cristo no es solamente el misterio de un culto particular, sino que alcanza a todos los hombres."

Mientras se avanza en la lectura vamos descubriendo que toda la obra está salpicada de filosofía trufada de religiosidad. Sin embargo, si hacemos un ejercicio de abstracción y pasamos por alto los conceptos religiosos que salpican la narración, podemos estar de acuerdo que esta filosofía puede ser válida para cualquier persona independientemente de sus creencias, agnosticismo o ateísmo.

Pero no pensemos que por ser un libro profundo es un libro aburrido, de difícil lectura y denso: todo lo contrario, es un libro divertido y de muy fácil lectura pero que requiere una reflexión de la misma según vamos deslizándonos sobre sus páginas.

Finalmente, el patrón aprende a vivir tras darse cuenta de que no todo está en los libros, descubriendo gracias a Zorba que lo más importante es vivir la vida al máximo y contemplar cada cosa que nos encontramos como si la viéramos por primera vez aunque las conozcamos. Realmente el libro es un canto a la vida, a exprimir la vida y sacar de ella hasta la última gota de su jugo.

Kazantzakis nos va narrando las vivencias de estos dos personajes una vez llegados a la isla mostrándonos lentamente la conversión que sufre poco a poco el joven jefe a la filosofía zorbaniana: Zorba a través de sus forma de proceder y las historias que va narrando a su patrón hace que éste descubra que la verdadera vida se encuentra fuera y debe ser vivida no leída. Zorba nos hace ver que muchas veces, quizás en la mayoría de ellas, lo más simple puede ser lo mejor de la vida.


Esta novela, plagada de filosofía, religión, vida, es autobiográfica ya que Kazantzakis conoció realmente a Zorba, llamado Giorgos Zorba, allá por el 1917, al sur del Peloponeso cuando trabajaba en una mina de lignito y dedicaban las noches a mantener tertulias que en gran medida son las que están reflejadas en el libro. La impresión que este personaje dejó sobre el escritor fue muy profunda y como muestra aquí lo dice el mismo:

“Si yo quisiera distinguir a los hombres que han dejado una huella más profunda en mi alma, quizás me decidiera por Homero, Buda, Bergson, Nietzsche, y Zorba... Él me ha enseñado a amar la vida y a no temer a la muerte.”


Pero creo que la mejor frase para definir a Zorba es la que reza en el epitafio del autor:

"No espero nada. No temo nada. Soy libre."

1 comentario:

  1. ¡Qué pedazo de personaje, Zorba! Es inmenso, se sale del libro, te zarandea y te dice: "La vida es problemas, sólo la muerte no lo es. Vivir es liarse la manta a la cabeza y buscarse problemas".
    Es un poco el carpe diem que tú comentas, cuscurro. Esa manera de vivir tan terrenal y tan sensitiva de Zorba. Del gran Zorba.
    P.D. La peli no tiene desperdicio, Anthony Queen está estupendo en su interpretación.

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