A estas alturas casi todo los telespectadores en alguna ocasión se han topado con alguna escena de la serie japonesa de dibujos animados Shin-chan, protagonizada por un irrespetuoso y algo libidinoso niño de cinco años con cabeza de patata. Esta serie en nuestro país ha sido algo criticada por las asociaciones de padres, pero siempre partiendo de un punto de vista erróneo, ya que en España se ha emitido en horario infantil y con ese criterio se ha evaluado cuando el público al que está dirigido es el adulto. A pesar de las críticas y gracias a las reposiciones, tan habituales en nuestras cadenas de televisión, lleva varios años emitiéndose.
La serie animada es la adaptación de un tebeo japonés titulado Crayon Shin-chan (クレヨンしんちゃん) que vió la luz en 1990 en la revista semanal Weekly Manga Action de la editorial Futabasha. El autor de este tebeo es Yoshito Usui, fallecido en un accidente en la montaña en septiembre de 2009, lo que dejó la obra inacabada pues en el momento de su muerte el tebeo seguía publicándose semanalmente. En España el tebeo se ha empezado a editar en varias ocasiones en castellano y catalán pero no con demasiado éxito en ninguno de los dos idiomas. Sin embargo el éxito en su país de origen ha sido muy distinto, estuvo 19 años publicándose, y según noticias recientes se seguirá publicando gracias a material inédito encontrado y al acuerdo al que han llegado la familia y los ayudantes del autor.
Las causas de la diferencia de éxito del tebeo en su país de origen y el nuestro son amplias y variadas. Una causa general de la menor aceptación aquí del tebeo es el distinto tratamiento que reciben los tebeos en Japón, allí son un producto socialmente bien considerado, mayoritario y con gran cantidad de obras para un gran abanico de público, y para cada público hay un producto específico. Hay divisiones por género y por edad, hay tebeos dirigidos a niñas de primaria y otros a niños de primaria, también obras para chicos de secundaria y otras distintas para las chicas de secundaria, obras para universitarios y obras para universitarias, para amas de casa, para oficinistas… y un largo etcétera de subdivisones con sus correspondientes revistas. En España el público principal de los tebeos son los niños y los jóvenes, aunque el encarecimiento que ha sufrido el precio de los tebeos en los últimos años ha ido reduciendo las ventas y el consumo de este producto que en un periodo de treinta años ha ido desapareciendo progresivamente de los kioskos para centralizarse en tiendas especializadas a precios no asequibles para todos los públicos. Aunque en contrapartida cada vez se consumen más tebeos en la edad adulta. Y como se ha dicho anteriormente, en España se ha intentado enfocar Shin-chan hacia el público infantil, y es un error intentar cambiar el público al que está destinado un producto. Otra causa particular de la distinta trayectoria de Shin-chan en nuestro país es la obra en sí. Shin-chan es una comedia costumbrista, y la mayoría de las bromas y chistes requieren un conocimiento de la cultura y sociedad japonesa contemporánea, ya que se sobreentiende este conocimiento para entender la historia o la gracia del capítulo. También hay una gran cantidad de juegos de palabras y frases hechas que el niño equivoca usando unas palabras por otras parecidas que le dan un tono picante o divertido a sus comentarios, y todo esto requiere de gran habilidad y trabajo de los traductores para que mantengan la gracia para el lector hispano. Además de éstas hay muchas otras bromas universales, bromas físicas y escatológicas, como el famoso baile del culito o de la trompa, o las faltas de respeto hacia su madre, que son las que llaman más la atención y se llevan la mayoría de las críticas, pero críticas erróneas como hemos dicho anteriormente porque no son reprensibles si no perdemos de vista que el lector que se supone las disfruta es un adulto con las ideas y valores establecidos y no un niño al que se está educando.
A pesar de lo dicho anteriormente sobre los conocimientos sobre la cultura y la sociedad japonesa, con un poco de observación y la famosa globalización no nos quedan tan lejos ni nos son tan extrañas, además que el tebeo y la serie son una excepcional escuela para conocer sus costumbres. Shin-chan es una maravillosa comedia costumbrista que con tono crítico aborda las relaciones familiares, la juventud, la educación de los hijos, las relaciones amorosas, la amistad a todas las edades, las relaciones laborales, la vida en el barrio, las labores de un ama de casa, los caprichos, los ahorros secretos, el carnet de conducir, las vacaciones familiares, el ahorro familiar, el despifarro familiar, los fans secretos de los dibujos animados, los vendedores ambulantes, … y muchísimos temas más, siempre con tono crítico y jocoso, pero siempre simpático, ya que no es una comedia cínica sino una comedia muy divertida y brillante que es capaz de ponerte una sonrisa en la cara por muy duro que haya sido el día. Tiene muchísimas tramas además de la del niño protagonista, como la vida amorosa de sus maestras, las crisis matrimoniales de sus vecinos, las visicitudes de un cateador, una banda de adolescentes, la rivalidad entre los abuelos maternos y los paternos, las desventuras laborales de una de las tías de Shin-chan, un extrafalario dibujante de tebeos que siempre entrega el trabajo a última hora… y cada una de ellas más absorvente que la anterior. Habría mucho sobre lo que hablar, pero es mejor que cada uno, si tiene oportunidad, lo descubra por sí mismo y vea cuantísimo ofrece Shin-chan además del baile del culito.
Bibliografía: Shin-chan de Yoshito Usui editados por Planeta DeAgostini y serie de televisión Shin-chan emitida por A3televisión
Qué bien enfocado, valiente Azucena... Y qué punto la frase final: efectivamente, ofrece algo más que el baile del culito o lo de la trompa, añado yo. Jajajaa! ^_^
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