El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde – Robert Louis Stevenson
Maider
Un clásico de terror, conocido por la mayoría de lectores y no lectores y que aún hoy en día sigue conservando la calidad y la frescura de su primera edición.
Publicada por primera vez en 1886 y titulado: The Strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde, la novela comienza con Mr. Hyde. Lo conocemos a través de otro personaje que nos lo describe como un ser repugnante y misterioso que con su sola presencia hace que el miedo se apodere de uno y sienta escalofríos de asco y terror. Ahí comienza el misterio, el suspense y el miedo ante este personaje que no sabemos quién es y por qué se comporta de esa manera.
Por otro lado, nos presentan al Dr. Jekill, un ser completamente distinto al que, sin embargo une, en apariencia, una extraña relación con Mr. Hyde. Utterson, abogado y amigo íntimo del Dr. Jekill y uno de los principales protagonistas del relato, comienza una investigación del porqué de tan extraña relación -para él y para la sociedad- que mantienen ambos personajes. Y aún más importante para Utterson: ¿por qué el Dr. Jekill en su testamento deja todo su patrimonio a Mr. Hyde?
El resto del argumento lo dejo en manos del lector, por si no lo sabe pueda sorprenderse y disfrutar más de la historia.
Pero este relato no se queda sólo en eso, en literatura. Es un relato que va un poquito más allá y plantea varias problemáticas de carácter psicológico y social.
Para empezar, ya sea por la literatura, el cine, o las veces que se han usado estos dos nombres para señalar que alguien tiene una personalidad extraña o cambiante, lo cierto es que solamente oír Jekill y Hyde provoca en nosotros un sensación rara, de desconfianza, nudo en el estomago o quizá, simplemente, eso que se llama miedo. Todos, o casi todos, hemos utilizado estos dos nombres para hablar de una tercera persona, los conocemos desde que somos pequeños, los usamos, los decimos, los tememos. No sé cuál sería el propósito de Stevenson cuando escribió este pequeño relato de poco más de cien páginas, pero una cosa está clara: esperara él lo que esperara, creo que multiplicó con creces el impacto social que tuvo y hoy tiene su obra.
Por sí solo, el relato tiene la suficiente fuerza narrativa para que sea un gusto leerlo: una historia misteriosa e interesante, una forma de narrar cautivadora, un número de páginas muy llevadero, una atmosfera muy acorde… En fin, que contiene todos los ingredientes para que cualquier lector, de ayer, de hoy, joven, no tan joven… pueda disfrutarlo. Y esa es una manera de leerlo, sin duda alguna, muy válida y la más divertida.
Pero es imposible hablar de este libro sin hacer referencia a las múltiples teorías que de él han sacado. Y esa puede ser una segunda lectura. Intentar ver aquellas cosas, de origen psicológico, que Stevenson incluyó en su obra.
Hay muchísimas teorías sobre el tema y mucho texto escrito intentado interpretar y darle otro sentido, o un sentido más amplio, al relato.
Para empezar se puede decir que el libro es una representación vívida de la psicopatología del desdoblamiento de la personalidad. Y de los dos extremos: el bien y el mal conviviendo en una sola persona. Diversas fuentes aseguran que el libro fue escrito bajo la influencia de la droga LSD. Se conoce que en aquel entonces Stevenson se sentía muy mal y recibía tratamiento con la droga psicodélica LSD. Precisamente, una de las interpretaciones de la obra es la lucha que mantiene la conciencia con las muchas tendencias que ella tiene, y se dice, que el origen se puede hallar precisamente en las experiencias que Stevenson tuvo con esa droga que le producían perdidas de control de sí mismo.
Por otro lado, también ha sido considerada como una descripción del período victoriano: respetabilidad externa y lujuria interna. Y su hipocresía social. Personalmente esta teoría me parece muy interesante, y creo que no anda nada lejos de la realidad. Después muchos aseguran que es muy extraño que nunca se haya destacado el parentesco entre el asunto central del relato y las posteriores doctrinas freudianas sobre el desdoblamiento del “ello” con sus pulsiones sexuales y agresivas, y el débil “yo” de estructura frágil ante el mismo. La asociación, para los conocedores del psicoanálisis, es inevitable. Así sería completamente deslumbrante si Stevenson se hubiera anticipado, a grandes rasgos, al psiquismo que Freud describiera veinte años después.
Sea como sea, y como he dicho ya, es un relato seductor, lleno de misterio, conflictos entre el bien y el mal, suspense, terror, atmósfera sobrecargada llena de niebla y pálidas luces, y sobre todo una historia muy amena e interesante, que no os podéis perder.
Hyde sería el arquetipo Sombra que describiera Carl Jung. Todo aquello que no nos gusta de nosotros y que guardamos en la sombra creando una personalidad totalmente opuesta; y que muchas veces surge en los momentos de crisis sin poder controlarla. Muy relacionada con nuestros instintos de supervivencia y reproducción de nuestro pasado animal.
ResponderEliminarLuke se enfrentó a su sombra en el Imperio Contraataca cortándole la cabeza. El Cisne Negro también trata el tema de la sombra. Las corridas de toros que dicen que no es cultura también tratan de esto: el torero con su traje de luces representa la luz y el toro con su capa negra la sombra. Y ambos se enfretan, el hombre contra la bestia, Apolo contra Dioniso. Sólo enfrentándose a la sombra se llega al arquetipo mándala, representado por el círculo, la plaza. Buda venció a Mara bajo el árbol de la sabiduría; Jesús al demonio en el desierto; ambos se enfrentaron a la bestia de nuestro pasado animal para alcanzar el sí-mismo.