Las epidemias han sido una constante desde que el hombre es hombre y en el fondo las formas de combatirlas han cambiado poco: evitar el contacto humano y dejar a los sabios trabajar. Las reacciones son también las mismas: negar lo evidente, aprovechar el tiempo con una actitud de “gocemos lo que nos queda de tiempo” y el miedo que subyace a la pérdida de seres queridos y a la muerte misma, a la soledad y al aislamiento.
Y en tiempos similares la literatura que se ocupa de hechos similares. Repasamos en este número alguno de los clásicos de la historia de la literatura sobre epidemias. Que nos sirvan de consuelo y de aviso para navegantes.
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