Stieg Larsson nació en 1954 y falleció a los 50 años víctima de un fulminante ataque al corazón, justo cuando había entregado a su editor la tercera parte de su trilogía y poco después de que se publicase la primera entrega. Era un periodista muy comprometido con diversas causas, feminista convencido, luchó activamente contra el racismo y la extrema derecha. Fundó la revista Expo donde se dedicó principalmente a investigar a grupos neonazis suecos y las relaciones entre la extrema derecha y los grandes grupos financieros y económicos.
En el año 2008 se publicó en España la primera entrega de la Trilogía Millenium, Los hombres que no amaban a las mujeres, (en el original, Hombres que odian a las mujeres) que venía precedida de gran publicidad tras su publicación en Suecia y otros países europeos donde el éxito de ventas y critica fue tal que en pocas semanas llegó a encabezar las listas de los libros más vendidos. Venía además avalada por premios concedidos en Suecia, donde dos de las tres entregas de la trilogía fueron galardonadas con el premio Llave de Vidrio que se otorga anualmente a una novela policiaca de los países nórdicos. La trilogía Millenium se alzó con este premio en los años 2006 y 2008 con la primera y última entrega de la serie. El éxito de ventas fue tan espectacular que la editorial española publicó la segunda entrega, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (título sueco, La chica que jugó con fuego) en noviembre del mismo año y en junio de 2009 la tercera entrega, La reina en el palacio de las corrientes de aire, (en sueco, El castillo de aire que estalló).
La trilogía Millenium tiene dos partes diferenciadas, la primera novela se puede leer de forma independiente, no así las dos siguientes que se enlazan y son una continuación hasta llegar a un final más o menos cerrado. Hay que recordar que el autor, según sus más allegados, tenía en mente escribir, con los dos protagonistas principales, una serie de siete entregas.
Los protagonistas indiscutibles de la serie son el periodista Mikael Blomkvist y la investigadora Lisbeth Salander. Los dos personajes tienen connotaciones con la obra de la escritora sueca Astrid Lindgren, Blomkvist sería el niño detective Kalle Blomkvist y Salander sería una Pipi Calzaslargas en la actualidad. Aunque este personaje tiene muchas aristas y es, quizá, el más atractivo de la serie. Una joven muy inteligente, con una memoria fotográfica impresionante, un genio en el tema de la informática que casi podría definirse como hacker, una mente extremadamente intuitiva y una gran capacidad para relacionar hechos que a los demás se le pasan por alto, una sensibilidad extrema a todo lo que piensa que le afecta, autodidacta y estéticamente todo lo contrario a la sociedad conservadora, tatuajes, piercings, y una imagen que se puede definir como gótica, y en el plano emotivo múltiples carencias afectivas, problemas para relacionarse con los que la rodean, solo mantiene una relación de confianza con su jefe directo en la empresa donde trabaja; un extraño pirata informático que le ayuda en sus investigaciones; un vínculo familiar esporádico con su madre y una fascinación por Mikael Blomkvist cuando sus caminos se cruzan. Una joven encerrada en sí misma, silenciosa, atenta y con un pasado que a lo largo de la trilogía se va desvelando y nos hace entender mejor a esta joven zarandeada por la vida, sin ayuda ni apoyos. En este personaje se concentran las críticas del autor contra el estado de bienestar sueco, personas que tienen problemas de adaptación, que han sufrido malos tratos o que han vivido en hogares desestructurados y que el Estado se limita a ingresar en instituciones mentales sin seguimiento o que al llegar a la mayoría de edad son vigiladas por tutores sin escrúpulos, que se aprovechan del miedo, del terror del enfermo para satisfacer sus necesidades sean del tipo que sean.
En Los hombres que no amaban a las mujeres Larsson lanza un alegato contra los malos tratos, la violencia que sufre la mujer y las agresiones en el ámbito familiar que quedan en silencio por miedo o vergüenza. Así en todas y cada una de las partes en que se divide la novela las inicia con datos documentados y escalofriantes. El 18% de las mujeres de Suecia han sido amenazadas en alguna ocasión por un hombre. En Suecia el 46% de las mujeres han sufrido violencia por parte de algún hombre. En Suecia el 13% de las mujeres han sido víctimas de una violencia sexual extrema fuera del ámbito de sus relaciones sexuales. En Suecia el 92% de las mujeres que han sufrido abusos sexuales en la última agresión no lo han denunciado a la policía.
La historia comienza con un Mikael Blomkvist en sus momentos más bajos profesionalmente, ha sido juzgado y condenado por difamación, se ha enfrentado a uno de los hombres más poderosos de Suecia y ha fallado estrepitosamente: su artículo está plagado de lagunas, informaciones sin contrastar y fallos de principiante. Decide alejarse del foco informativo hasta que pase el momento álgido y, antes de poder iniciar su retiro, recibe una oferta por parte de un magnate sueco que no podrá rechazar, no solo en el aspecto económico y por el anzuelo que le tiende de darle en bandeja al hombre que ha destruido su carrera periodística, sino por la intriga que lleva consigo el caso que se le plantea: buscar al asesino de la sobrina más querida del industrial y descubrir quien está intentando, en palabras del mismo industrial: volverle loco durante los últimos cuarenta años.
Mikael Blomkvist se instala en una pequeña casa cercana a la mansión e inicia la investigación, repasando toda la información que ha sido recogida durante todos estos últimos años por el tío de la adolescente desaparecida/asesinada. Poco después se presenta Lisbeth Salander y se convierte en su mejor ayudante investigadora, paulitanamente van atando cabos, descubriendo oscuros secretos familiares, malos tratos, agresiones, trata de blancas, alcoholismo, adeptos incondicionales al nazismo. Todos y cada uno de los integrantes investigados y pertenecientes a la familia más cercana de la adolescente tienen oscuros secretos guardados y bien escondidos en su pasado.
Esta primera entrega de la trilogía se presenta como una novela de intriga, misterio, thriller, pero profundizando un poco en lo que narra: es una denuncia en toda regla contra el famoso estado de bienestar sueco, un estado que intenta refrenar el alcoholismo e impide la libre venta del alcohol mediante tiendas controladas por el mismo estado, las Systembolaget, un sistema que en los casos de malos tratos, vejaciones, abusos sexuales o violaciones, archiva denuncias, da charlas supuestamente educativas, enjuicia y encarcela a los responsables pero sin un verdadero programa de inserción, un estado que en casos de enfermedad mental o desarreglos en las relaciones, tanto familiares como personales, se limita a internar en dudosas clínicas donde los experimentos con los supuestos enfermos no están vigilados, en que los enfermos, una vez cumplida la mayoría de edad legal, son lanzados a un mundo hostil bajo la tutela de abusadores y controladores del enfermo, sus finanzas, sus trabajos, si son capaces de conseguirlos, sus relaciones privadas son controladas por el tutor sin que el estado, los responsables de asuntos sociales, médicos o psicólogos vigilen ni al enfermo ni al tutor designado.
La historia finaliza con la resolución del misterio, se destapan oscuras tramas de violencia, agresiones, violaciones y sus protagonistas tendrán un final adecuado a sus hechos. Mikael Blomkvist será rehabilitado profesionalmente y Lisbeth Salander inicia una nueva vida que será la base de las dos siguientes historias.
La chica que soñaba con una cerilla y
un bidón de gasolina, La reina en el palacio de las corrientes de aire
Han pasado dos años desde la resolución del caso que llevó a Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander a tener una relación laboral y de amistad profunda. Pero sus caminos se han hecho paralelos, mientras él continua su trabajo de periodista en la revista, Lisbeth desaparece de Suecia y la vida continua.
En estas dos entregas se narran, de forma convergente la vida anterior de Lisbeth, sus traumas, los malos tratos sufridos en el ámbito familiar, la violencia que sufrió su madre a manos de su padre y que el título de la novela va dando pistas. Lisbeth es encerrada en un centro de rehabilitación mental donde sufrió vejaciones por parte del psiquiatra que la atiende, en estado catatónico y generalmente sedada y en condiciones miserables permaneció durante varios años sin que el Estado y los Asuntos Sociales interviniesen o hiciesen un seguimiento, solo con la mayoría de edad legal pasará a ser libre, a poder llevar una vida más o menos normal, pero bajo la vigilancia de un tutor designado por el tribunal que le concede la libertad vigilada.
Mikael, por su parte, se embarca en una historia de trata de blancas, de transporte de mujeres desde los países del este europeo hacia la prostitución, las drogas y las mafias que controlan este brutal mercado para satisfacer la demanda y aprovechándose de las penurias, un mercado laboral inexistente, poner a jóvenes por medio de burdas mentiras y falsas promesas, en una situación de indefensión total. Se acerca tanto a la verdad y a las fuentes que proporcionan las mujeres que la prensa sueca se escandaliza y busca a los responsables, pero la red es tan intrincada, tan opaca, tiene tantas ramificaciones hasta en las más altas instituciones del estado que hace imposible una solución.
Al mismo tiempo Lisbeth es investigada por su tutor legal que planea una terrible venganza contra ella y se pone en contacto con grupos marginales que le llevaran a descubrir la terrible verdad que se esconde en la niñez y adolescencia de Lisbeth, lo que ella misma denomina Todo Lo Malo.
Posteriormente las dos investigaciones convergen y sale a la luz la tremenda historia de horrores, vejaciones, malos tratos y abusos que comete un personaje cercano al entorno familiar de Lisbeth, lo que hace que ella tenga que intervenir para poder mantenerse, al menos, cuerda y a salvo.
Las dos entregas tienen un ritmo frenético: desapariciones, asesinatos, intentos de homicidio, brutalidad llevada a sus últimos extremos y que finalizan con un juicio contra Lisbeth donde la abogada defensora lanza espeluznantes acusaciones contra las instituciones, policía, servicios secretos, gobierno…y que pueden y son demostradas.
El fondo de estas dos últimas entregas escritas siguen siendo la denuncia, el exponer a la opinión publica los desmanes que padecen las mujeres que son brutalmente explotadas como prostitutas, las vejaciones en el ámbito familiar, la desidia de la administración en tomar en cuenta e investigar a fondo las denuncias familiares, las agresiones que llegan a los hospitales, el encubrir a ciertos personajes por tener un papel importante dentro de los servicios secretos de país y que lo que supondría, de desvelarse,echar abajo los cimientos de la tan ponderada y alabada sociedad de bienestar sueco, el criticable papel de la justicia que se limita a ingresar en centros de acogida o especializados a las personas maltratadas sin seguimientos o dando por buenos los informes que presentan las personas responsables, sin investigar o hablar con la parte maltratada y se limitan a cumplir al pie de la letra la ley, sin tener en cuenta las razones que pueden llevar a una persona a perder la cabeza, envolverse en un mutismo absoluto ya que la experiencia le dice que cualquier intento de pedir ayuda terminará con la poca libertad que ha conseguido lograr.
Se considera a Larsson como el impulsor de la novela negra nórdica, dando un giro a las historias que cuenta con un toque más social, de denuncia, de crítica a la sociedad sueca, pero no podemos olvidar que muchos años antes, allá por mediados los años 60 del siglo pasado hubo dos autores, Maj Sjöwall y Per Wahlöö, que con su serie protagonizada por el policía Martin Beck, ya empezaron a lanzar críticas a las instituciones suecas y a la policía, alertando sobre los malos tratos en el seno de la familia y el problema del alcoholismo. Poco después y siguiendo estos parámetros, otros autores de la talla de Henning Mankell ya, abiertamente, lazaban críticas contra el estado de bienestar sueco, sus deficiencias con la política de puertas abiertas hacia los emigrantes que eran acogidos sin apenas tramites, pero dejándolos a su suerte una vez traspasaban las fronteras, el número tan grande de suicidios que hace de este país uno de los que van en cabeza, una sociedad fragmentada con grandes diferencias sociales, económicas y educativas. Larsson sigue la estela de estos grandes escritores y gracias a una publicidad que traspasa los límites del país hace de la nueva novela negra nórdica un fenómeno imparable.
La Trilogía Millenium tiene deficiencias, no es una gran historia, pero ha servido como recordatorio de que no tenemos que bajar la guardia con los problemas que nos rodean, que todavía el camino es largo por recorrer en muchos aspectos en los que pensamos que estamos viviendo de acuerdo con los principios más avanzados de solidaridad, que la Justicia tiene un papel importante y, sobre todo que es imparcial, que la Administración tiene todas las soluciones a los problemas que se presentan en el ámbito de las agresiones, de la violencia de género y todo esto no es así, hay que evolucionar y estar al tanto para ir por delante de los problemas que se presentan.
La Trilogía Millenium se ha convertido en un best seller, un superventas en todos los países donde se ha publicado, ha tenido criticas demoledoras y encendidas defensas.Las críticas giran en torno a su redacción pobre, su exageración en el relato de escenas que pueden parecer parodias, la violencia, las agresiones llevadas a su máxima expresión pero que, a la vez, son la base de los elogios que recibe la historia.No hay mejor manera de llamar la atención que exagerando. Siempre quedan en la memoria del lector las escenas más crueles y violentas y son las que sirven para concienciar a la sociedad que algo va mal si esto sucede.
La mejor manera de poder posicionarse ante esta Trilogía y tener base para discutir sus bondades o su maldad, es leerla y poder juzgar con causa y argumentar las opiniones.
La serie Millenium ha sido llevada al cine en 2009, las tres novelas fueron adaptadas para la gran pantalla con director y actores suecos, cosechando un gran éxito de público y crítica. Posteriormente, los derechos de la primera novela fueron comprados por Hollywood y en 2011 se estrenó una nueva versión de esta entrega que tuvo varias nominaciones a los Oscar, llevándose el Oscar al mejor montaje.
No hay que negarle a Larsson cierto poder de enganche, aunque para mi gusto sea bastante inferior a Mankell, por ejemplo. Larsson es más estereotipado, pero a la vez más moderno en los gustos de los lectores y quizá eso es lo que lo llevó a ser todo un best-seller. Lástima que no haya podido disfrutarlo.
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