Una arruga en el tiempo, Madeleine L'Engle - KindOfMagic


Madeleine L'Engle (1918 – 2007) fue una escritora estadounidense, conocida fundamentalmente por sus libros infantiles y juveniles, aunque también escribió poesía y narrativa para adultos. En 1997 recibió el premio World Fantasy en reconocimiento a toda su carrera. Su obra más conocida es Una arruga en el tiempo (A Wrinkle in Time), que inicia la conocida como Serie de Kairos, de la que lamentablemente solamente se ha traducido a nuestro idioma esta primera novela. Esta serie se divide tradicionalmente en dos partes, por un lado, el Quinteto del tiempo o primera generación, protagonizada por Meg Murry y su familia, y por otro, la serie de los O'Keefe o segunda generación, en la que seguimos las aventuras de los hijos de Meg. A pesar de que hay un nexo común, las historias son más o menos independientes y no tendremos problema para disfrutar de este primer libro en solitario. 

En Una arruga en el tiempo, publicada en 1962 y ganadora de la Medalla Newbery, uno de los galardones más prestigiosos dentro de la literatura infantil, conoceremos a Meg Murry, una heroína de 13 años que está harta de ser diferente, de sentirse sola, de su aspecto físico y del colegio. Siente que no encaja, sus compañeros se ríen de su hermano Charles Wallace, un niño muy especial al que pocos comprenden y, por si todo esto fuera poco, los Murry llevan más de un año sin tener noticias de su padre, un científico desaparecido mientras participaba en un proyecto secreto del Gobierno.

Pero una noche oscura y tormentosa su vida dará un giro cuando en su cocina aparezca la misteriosa señora Qué, haciendo mención a extraños conceptos físicos que sobresaltan a su madre, también científica. Al día siguiente, Meg, su nuevo amigo Calvin O'Keefe y el pequeño Charles Wallace, ayudados por la señoras Cuál, Qué y Quién (que suple su incapacidad para comunicarse en nuestro mundo citando frases célebres de Séneca, Dante, Eurípides o Cervantes), emprenden un viaje en busca del señor Murry.

A partir de este momento, mediante la tecnología del teseracto, formando arrugas en el tiempo y a través de la quinta dimensión, conceptos propios de la física cuántica, nos embarcaremos en una aventura a través del tiempo y el espacio, en una apasionante lucha entre el bien y el mal. De hecho, fue en 1959, mientras leía textos de Albert Einstein o Max Planck, cuando a la autora le asaltó la idea del mundo retratado en la novela.

Por este medio visitaremos el maravilloso mundo de Uriel, pararemos en el cinturón de Orión y nos enfrentaremos a la oscuridad en un mundo terrorífico y muy similar al nuestro: Camazotz, un planeta vencido, dominado por ELLO, una inteligencia incorpórea que ha establecido una sombra sobre el universo para que todos se comporten y crean en lo mismo. Publicado en plena Guerra Fría, muchos críticos consideraron que estos capítulos distópicos son una alegoría del comunismo, de la antigua URSS, pero unas páginas publicadas recientemente por The Wall Street Journal y que L'Engle eliminó para que el libro no fuese tan obviamente político nos muestran que la idea que subyace es mucho más universal: el miedo a la libertad, los peligros del conformismo, los riesgos de aferrarnos a una excesiva seguridad que puede hacernos perder nuestra libertad individual.


A pesar del enorme éxito cosechado y de haberse convertido casi inmediatamente después de su publicación en un auténtico clásico de la literatura juvenil, con decenas de ediciones y más de 14 millones de copias vendidas hasta la fecha, pasó mucho tiempo hasta que L'Engle pudo ver su novela publicada, llegando a recibir 26 cartas de rechazo. Al libro se le ha achacado ser demasiado diferente, tener un personaje central femenino en un libro de ciencia ficción, ser demasiado filosófico o una extraña mezcla de géneros, ser una novela claramente infantil que solo un adulto podría llegar a entender... y es que muchas veces subestimamos a los niños, a pesar de que como la propia autora expresó una vez, a menudo estos comprenden conceptos científicos que desconciertan a los adultos, porque ellos no han perdido la capacidad de imaginar. El universo imaginado por la mayoría de los niños es inmenso, y es en el que viven su día a día.

Tampoco después de su publicación el libro estuvo exento de polémica, pues fue tachado de excesivamente religioso por unos, llegando a tildarlo de blasfemo, incluso satánico, los sectores más conservadores. L'Engle no ocultaba sus profundas creencias religiosas, que no estaban reñidas con su enorme interés por la ciencia moderna.

Así, nos encontramos ante una novela original y estimulante, que crea un mundo que cautiva y hace pensar, que supone un reto a la imaginación del lector. Como una vez dijo Madeleine L'Engle: Tienes que escribir el libro que quiere ser escrito. Y si ese libro es demasiado difícil para los adultos, entonces escríbelo para los niños.

4 comentarios:

  1. ¡Oh! Uno de mis eternos pendientes. Llegué a él leyendo Cuando me alcances de Rebecca Stead. Qué bien que lo recuperas. :-)

    ResponderEliminar
  2. Gracias por el comentario, ima. No conocía el libro que comentas, pero acabo de echarle un vistazo al hilo y apuntado queda, a ver si me lo leo pronto.
    Espero que te guste cuando lo leas. :)

    ResponderEliminar
  3. Muy buen artículo. Y muy de acuerdo en que subestimamos a los niños. Muchos de los libros que triunfan en la literatura infantil son mucho más profundos de lo que uno pueda pensar. Lo que ocurre es que, cuando nos hacemos adultos, muchos de nosotros dejamos este tipo de género pensando que no nos aportara nada. Me apunto el libro para leerlo. Gracias por hablarme de él.

    ResponderEliminar
  4. Hala, otro para la lista. Y si hago caso a Ima serán dos, como si lo viera :D

    ResponderEliminar

No hay comentarios