¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano? Esta frase pronunciada por Caín a pregunta de Jehová es ampliamente conocida dentro del ámbito de la cultura occidental. Es la respuesta que Caín da para descargar su responsabilidad e intentar ocultar su crimen. Partiendo precisamente de este fratricidio Steinbeck construye esta monumental historia de la familia Trask.
John Steinbeck (Salinas, California, 27 de Febrero de 1902 - Nueva York, 20 de Diciembre de 1968) tras el escándalo despertado en su tierra natal y en toda California provocado por la publicación de, a mi modo de entender, su obra cumbre Las uvas de la ira vuelve a utilizar un paisaje que conoce muy bien: su Salinas natal. Curiosamente, en esta ocasión, de nuevo son emigrantes, otra vez, los que se trasladan al fértil valle de Salinas desde otros puntos nacionales o extranjeros. En esta ocasión, los emigrantes vienen para quedarse, llegan en mejores condiciones económicas, personales y ambientales, que aquellos desgraciados “okis” que sufrían, y mucho, en su peregrinaje hacia California. La respuesta de sus paisanos a la publicación de Al este del Edén es bien distinta, con esta nueva novela Steinbeck no volvía para abrir viejas heridas, más bien al contrario: describe ahora una próspera y trabajadora comunidad que acepta de buen grado a toda persona que viene a instalarse y progresar.
Al este del Edén, publicada en 1952, narra la historia de dos familias: los Hamilton y los Trask a lo largo del período que transcurre entre dos guerras: La Guerra de Secesión estadounidense y la Primera Guerra Mundial. La primera familia que se nos presenta corresponde a los Hamilton, inmigrantes irlandeses que llegan a King City, en el valle de Salinas, que tienen que conformarse con una porción de tierra mala, seca, poco apta para el cultivo, lo que lleva a su propietario, Sam, a una continua labor de búsqueda de agua perforando una y otra vez la dura y seca costra de sus tierras. Búsqueda infructuosa en cuanto al agua pero no en cuanto a la especialización en la construcción de pozos, actividad que junto a sus dotes de herrero y carpintero constituyen la fuente de ingresos de la familia. Sam Hamilton y su esposa Liza son dos contrapuntos complementarios: ella profundamente religiosa, abnegada madre y la gestora de la economía familiar, una mujer con los pies firmemente asentados en el suelo. Por el contrario, Sam es el soñador, continuamente inventando y gastando el dinero en las patentes. Básicamente, los Hamilton son una familia eminentemente trabajadora.
La otra familia que llega a Salinas, procedente de Connecticut, es la compuesta por Adam Trask y su esposa. Antes de que Adam llegue a Salinas se nos cuenta cómo es la vida de su padre Cyrus, un charlatán embaucador que logra a base de engaños hacerse un hueco en Washington como consejero militar, consiguiendo una sustanciosa fortuna a pesar de no tener conocimientos militares. Sus hijos, Adam y Charles, hermanastros, se desarrollan sin el amor paterno. Esto influye de manera diferente en cada uno de ellos, Charles anhela ese amor mientras que Adam, al ser huérfano de madre desde sus primeros meses de vida y no tener el cariño de su madrastra, ve algo normal el no tener tampoco el cariño paterno. Tras su paso por el ejército y posterior vagabundeo Adam regresa a las tierras familiares, trabajadas por Charles, sin ningún plan de futuro ni aspiración en la vida. La llegada de Cathy y la herencia paterna hacen que Adam tome la decisión, que lleva barruntando un tiempo, de trasladarse a las fértiles tierras de Salinas.
Es curioso como perfila el autor estas dos familias: Los Hamilton con Sam a la cabeza son esforzados trabajadores que pelean duramente cada uno de sus logros, deben ganarse cada día el pan con el sudor de su frente, además de ayudar a la comunidad de vecinos en lo que buenamente puedan. Sin embargo, Adam es todo lo contrario: no tiene meta alguna en la vida y una vez recibida la herencia se dedica exclusivamente a vivir de las rentas sin preocuparse en prosperar ni en colaborar con la sociedad. Es decir: contrapone una familia obrera a una familia que vive del capital. No solo eso, los males se ceban siempre en Adam y sus hijos. Viniendo de un autor crítico con el capitalismo y acusado de comunista antes de la publicación de este libro, no creo que esta elección se haya dado al azar, más bien pienso que lleva un mensaje oculto contra el capitalismo y a favor de las clases trabajadoras.
Otro punto interesante es el modo en que el autor trata el tema de la cultura y en quien la hace recaer. Recordando una cita atribuida a Steinbeck:
"Por el grosor del polvo en los libros de una biblioteca pública puede medirse la cultura de un pueblo."
¿Cómo son los personajes con respecto a este punto? Los Trask no tienen prácticamente ninguna relación con la cultura, Adam rechaza entrar en la academia militar y sus hijos Cal y Aron solamente cursan los estudios básicos. Aron ingresa en la universidad sólo a lo largo de un semestre (curiosamente Steinbeck se traslada a estudiar a la universidad de Stanford pero no acaba lo estudios). Sam Hamilton es un apasionado del conocimiento, devorando cualquier libro que cae en su poder, incluso una de sus hijas llega a ser maestra de escuela. Por último está Lee, el único licenciado y lector empedernido, cuya vocación es montar una pequeña librería. Es decir, los Trask son los únicos que salen mal parados en su relación con la educación y la cultura. Curiosamente son los únicos estadounidenses ya que los Hamilton son irlandeses y Lee es chino-americano. Da la impresión de ser un toque de atención del autor a sus compatriotas.
Pero vayamos a la historia de fondo que se va propagando y ampliando a lo largo que avanza la novela: el crimen que comete Caín sobre Abel y la marca con la que Caín queda estigmatizado. Parece como si la sangre de Caín corriera por las venas de algunos Trask ya que esta situación: un hermano que mata a otro hermano, aunque no literalmente, al no ser correspondido por el amor paterno, ocurre en dos ocasiones en esta familia. En primer lugar en el episodio ocurrido entre Charles y Adam con cuchillo como ofrenda por medio y la segunda ocasión será la propiciada como respuesta al rechazo que hace Adam de los beneficios obtenidos por los negocios de Cal en contraposición a la alegría de los estudios de Aron.
¿Cuál es la historia de estos hermanos? Adam y Cathy llegan a Salinas estando ella ya embarazada de los gemelos. Cathy es una persona intrínsecamente mala, sin sentimientos, que busca el dolor de los demás por capricho. Se podría decir que es una psicópata en tanto en cuanto que ve a los demás como objetos para sus intereses, sin el menor remordimiento ni de empatía. Como dice Steinbeck en algún momento, tiene el alma defectuosa de nacimiento. Con estos sentimientos no es de extrañar que no quiera tener descendencia, y al no ser posible, abandone a sus hijos y marido nada más nacer éstos. Este abandono marca para siempre el destino de los gemelos: a lo largo del primer año son educados por Lee ya que su padre queda en un estado ausente. Tal es el abandono del padre que ni siquiera les da un nombre. Son sus amigos Lee y Samuel los que obliga al padre a hacerse cargo de sus hijos. La figura paterna va creciendo poco a poco a medida que Adam va asumiendo sus responsabilidades pero el verdadero referente de los niños es Lee, figura fundamental junto a Samuel Hamilton en la historia de esta familia.
Cal y Aron son muy diferentes: Aron es trabajador, obediente, tímido y responsable, vamos el niño que cualquier padre desea. Por el contrario Cal es inquieto, travieso, avispado, rebelde. Es como el envés de su hermano. El inconformismo lleva a Cal irremisiblemente a confirmar personalmente los rumores que existen por la ciudad: acaba conociendo a su madre. En este momento se desata una lucha interior en él con varios frentes: ocultar este descubrimiento a su hermano por todos los medios posibles, intentar ganarse el cariño paterno y luchar contra la maldad que cree heredada de su madre. Su combate interior es feroz y parece que va ser capaz de contenerlo hasta el momento en el que la historia se vuelve a repetir: Aron y Cal ofrendan a su padre las primicias de la temporada: Aron sus notas en los estudios universitarios y Cal el dinero ganado honradamente. Adam elige la ofrenda de Aron y rechaza la de Cal que en un arrebato de ira cuenta a Aron la verdad sobre su madre. Caín vuelve a mata a Abel.
He dejado para el final lo que a mi entender es lo verdaderamente importante. En una magnífica escena podemos contemplar a Lee, Samuel y Adam reflexionando sobre el pasaje de Caín y Abel, y la condena que Dios impone a Caín. Lee comenta el significado de la palabra hebrea: timsel, y su traducción más adecuada. Lee indica que la mejor opción es traducir esta palabra como posibilidad. Caín es condenado por Jehová por su inimaginable y tremendo crimen, pero tendrá la posibilidad o bien de seguir marcado por ese pecado y vivir condenado para siempre o bien sobreponerse y alcanzar el perdón y la felicidad. Es decir, que todos y cada uno de los hombres, sean cuales sean sus pecados y condiciones, tienen la posibilidad de alzarse sobre éstos y triunfar ante cualquier maldición o pre-destino asignado. El libre albedrío.
En la última escena se ve a un padre en su lecho, perdonando el pecado cometido por un arrepentido Cal. Parece como si la historia bíblica de Caín y Abel que se ha ido repitiendo una y otra vez en esta familia se quebrase en el momento en el que ambos: padre e hijo, se dan cuenta que son ellos los que deben poner los medios para salir de ese círculo. Son ellos los que han elegido cometer los pecados y son ellos los que eligen arrepentirse. No son los demás los que les obligan, ni las circunstancias, ni los genes. No hay mal innato: todos, en cualquier situación, siempre, tenemos la posibilidad de elegir.
Siempre decidimos.
Enhorabuena Cuscurro, has escrito una entrada maravillosa (a mi entender). Te felicito sobre todo por tu capacidad de captar gran parte del sentido profundo de la obra que a la gran mayoría le pasan inadvertidos (normalmente por falta de conocimientos). Yo, como tú, considero que "Al Este del Edén" es la obra culmen de Steinbeck. Y tu artículo me ha encantado.
ResponderEliminarTimsel
Hola Cuscurro.
ResponderEliminarMagnífico artículo.
El año pasado leí Las uvas de la ira y me encantó, además de La perla. Está entre mis libros favoritos. Tengo ganas de leer a este autor nuevamente, por lo que Al este del edén puede ser una buena opción.
Un abrazo, Cape.
Gracias por leer y comentar.
ResponderEliminarTuto, contigo ya crucé post en el hilo de este libro mientras lo leía y tomaba notas para esta entrada. Por ello era tan escueto en mis comentarios.
Cape, de los que citas solo he leído Las uvas de la ira que, personalmente, me parecer un poquito mejor que éste. Léelo que no te va a defraudar si te gusta el autor.
Me gusta los temas que has resaltado al final, y que consideras una parte importante del libro: la culpa, el arrepentimiento y el libre albedrío...¡me han dado muchas ganas de leer la novela!
ResponderEliminarEn breve publicaré una reseña sobre "Las uvas de la ira". Steinbeck es maravilloso...
Saludos!
Muy buena reseña, Cuscurro. "Al este del Edén" es mi novela favorita de Steinbeck, y aún encontrando interesantes las observaciones que haces sobre el capitalismo, las clases trabajadoras y demás, creo que lo fundamental de este libro (en mi opinión) se resume en los dos últimos párrafos de tu artículo.
ResponderEliminarLa verdad es que me han dado ganas de leerlo nuevamente. Gracias.