Viajes fantásticos a los Estados e Imperios de la Luna y el Sol, de Cyrano de Bergerac - Anna Walsh


Que la filosofía puede ser divertida es un hecho. Existen ejemplos en obras recientes, como la célebre Platón y un ornitorrinco entran en un bar de Thomas Cathcart y Daniel Klein, cuyo éxito editorial ha precipitado la publicación de un par de secuelas; encontramos también filosofía, en su vertiente histórica y en un tono más didáctico, en El mundo de Sofía de Jostein Gaarder. Pascar Mercier, seudónimo del filósofo suizo Peter Bieri, utilizaba la filosofía como camino hacia el significado final de las palabras en Tren nocturno a Lisboa. Y no hace mucho, Muriel Barbery, profesora de Filosofía, hacía de la ciencia del pensamiento un hecho cotidiano, cercano y multicultural. Pero ese paso, difícil y, por eso mismo, meritorio, tiene un precedente de honor en Cyrano de Bergerac, nada menos que tres siglos antes. Viajes fantásticos a los Estados e Imperios de la Luna y el Sol ponía la filosofía al servicio del ciudadano y, echando mano de la ironía y el humor, cambiaba completamente el registro.

Estas dos novelas breves –ahora unidas en una misma edición– nos narran la historia de un personaje que decide viajar a la Luna primero y al Sol después, para conocer el modo de vida de sus habitantes. Allí lo tomarán como un animal de compañía, un ser extraño que camina sobre dos patas y que cubre su cuerpo con telas, pero también conocerá a seres extraordinarios que cambian constantemente de forma, que son buenos conversadores y con los que dialogará sobre las diferencias vitales, culturales, ideológicas que existen entre los dos mundos. Es en estos casos cuando Cyrano, demostrando una agilidad y una inteligencia sobresalientes, desenvaina la ironía y satiriza mordazmente sobre las alocadas y atrasadas ideas de los hombres de la Tierra. Los viajes a la Luna y al Sol no son otra cosa que unas excusas perfectas para retratar las contradicciones de su siglo.

Es el siglo XVII (las obras fueron escritas en torno 1649, poco antes de su muerte), cuando, desde los púlpitos, todavía se defendía la Teoría geocéntrica. Es aquí cuando el lector del siglo XXI debe olvidar todos los avances científicos y astronómicos que se han producido desde entonces, acomodarse en el siglo de Cyrano como en el suyo propio y dejarse llevar por la inteligencia del poeta francés, adelantado para su época tanto en estilo como en pensamiento; un hombre que supo eludir la anacrónica presencia de la Iglesia Católica, defendiendo nuevas teorías a modo de chanza.


Introducido por una carta de su fiel amigo Henri Le Bret, escrita después de la muerte de Cyrano (inicia el prefacio con un inquietante “Lector, ahí va la obra de un muerto”), este texto es un documento fantástico, un testigo excelente de la nueva filosofía y la nueva ciencia de la Era de la Razón, cuando renovar el pensamiento, dejando definitivamente atrás el otoño de la Edad Media, podía llegar a ser muy peligroso.

Viajes fantásticos a los Estados e Imperios de la Luna y el Sol ha sido publicado por la editorial tinerfeña Artemisa, prologado por el poeta canario y catedrático de Literatura Española de la Universidad de la Laguna Andrés Sánchez Robayna y con las ilustraciones clásicas de Bernard Buffet. Una esmeradísima edición que permite conocer de primera mano a un hombre que conocemos más como personaje que como escritor. Estos Viajes fantásticos cambiarán las tornas.

8 comentarios:

  1. Siempre le tuve cierto respeto a esta obra, pero después de leerte e imaginarme el plan del pobre Cyrano en la Luna y como animal de compañía...! Si a eso le añadimos ironía y buen humor y encima, filosofía, el coktel debe ser explosivo.

    ¡Gracias, Anna Walsh! ^^

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  2. Gracias a ti, Hypathia, por hacer caso de mis recomendaciones. No es fácil despertar las ganas de alguien para leer ciertos títulos, y de eso se trata, ¿no? Si lo consigo con una sola persona, ya habré alcanzado mi objetivo.

    Un beso.

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  3. Bueno, pues puedes estar contenta, ¡lo has conseguido con dos! La verdad es que después de leer esta reseña a mí también me han entrado ganas de echarle un vistazo a la obra. No la conocía, pero pinta muy interesante...

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  4. ¿Verdad que sí, Chubbchubb? ^_^ El de Kundera yo lo había leído hacía años y me picó el gusanillo relector, pero es que con esta reseña Lina se sale. Uff, miedo me da que siga en esa linea, ¡¡que no voy a ganar para libros!!

    ¡Un abrazo, chicas!

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  5. Chicas, me vais a sacar los colores, jejejeje.

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  6. Lina, de quitarse el sombrero. Mucho arte es lo que tienes.

    Besos ;)

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  7. Pues atención, que Lina nos puede dar un sorpresón dentro de poco. ^_^
    Y no digo ná, que luego tó se sabe. (Léase con acento sevillano, jejejejeee).

    ¡Gracias otra vez, Lina!

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  8. Yo no digo ná, no digo ná.

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