La vuelta al mundo en 72 días. Nellie Bly - MISTRAL
La vuelta al mundo en 72 días-Nellie Bly
Editorial Buck
ISBN:978-84-937479-2-3
Es emocionante que el panorama editorial español continue dándonos agradables sorpresas como el nacimiento de pequeñas editoriales con ideas claras sobre lo que ha de constituir su fondo, no dudamos que con un poco de suerte nos depararán agradables sorpresas. Es el caso de Editorial Buck, sello especializado en literatura norteamericana de finales del s. XIX y principios del XX que pretende rescatar obras inéditas de este periodo aún no traducidas a nuestro idioma.La editorial se estrena con El camino de Jack London y dos libros de Nellie Bly; uno de ellos, "La vuelta al mundo en 72 días" es el que os voy a comentar.
Nellie Bly es el pseudónimo de Elizabeth Jane Cochran (1864-1922) pionera americana en el periodísmo encubierto y de investigación. Trabajaba para el New York World de Nueva York contratada por Joseph Pulitzer. Había realizado otros trabajos como la investigación en los asilos psiquiátricos, para lo que se internó haciéndose pasar por loca durante diez días. Sus experiencias (también publicadas por Buck) se cuentan en 10 días en un manicomio.
Esta muchacha de mirada firme y retadora abordó a su editor con una nueva idea:
"-Quiero dar la vuelta al mundo en ochenta días o menos. Creo que puedo batir el récord de Phileas Fogg ¿Puedo intentarlo?"
y según nos cuenta en su libro la contestación fue:
"-Es imposible que pueda hacerlo (...) en primer lugar, usted es una mujer y necesitaría un protector. Incluso si pudiera viajar sola, necesitaría tanto equipaje que no podría hacer trasbordos rápidos (...) solamente un hombre puede hacer ese viaje"
La respuesta casi fue un ultimátum, si iba un hombre ella haría el recorrido para otro periódico y lo ganaría.....conociento a Nellie Bly no creo que a Joseph Pulitzer le quedara la menor duda....se le autorizó a intentarlo dándole toda clase de facilidades y cartas de presentación que le allanasen su camino en solitario.
El 14 de noviembre de 1889 con 24 años sale de Nueva York en el Augusta Victoria rumbo a Europa. En su periplo se permitió una parada en París para visitar a Julio Verne. La visita fue corta pero tuvo tiempo de estar en la casa del escritor, de ver su biblioteca y mesa de trabajo.
"La habitación era muy pequeña; incluso el pequeño gabinete de mi casa era mayor. También era modesta y estaba vacía. Ante la ventana se había colocado una mesa de trabajo. el desorden habitual que suele acompañar y llenar las mesas de trabajo de muchos personajes del mundo literario brillaba por su ausencia, y la papelera, que suele estar llena a rebosar con lo que uno considera a menudo sus productos más brillantes, en este caso apenas contenía algunos pequeños trozos de papel"
La visita acabó con un brindis: "- Si logra hacerlo en setenta y nueve días le aplaudiré a rabiar- me dijo Julio Verne, y en aquel momento supe que dudaba de la posibilidad (...)En mi honor hizo un esfuerzo por hablarme en inglés, y lo logró diciendo, mientras su vaso chocaba con el mío: Good Luck, Nellie Bly"
Visitó en su periplo numerosas ciudades: Adén, Colombo, Honk Kong, Singapur, Cantón, etc....de todos los lugares nos da referencias pintorescas del paisaje y sus habitantes, incluso de los medios de locomoción que utiliza. Sin embargo leído hoy nos damos cuenta de la evolución del periodismo de viajes, y la manera mucho más comprometida con lo que se observa hoy el mundo, buscando e inquiriendo el porqué de las situaciones que ya no se ven como simple espectador.
Pero había en ella una madera de periodista que le hacía interesarse por asuntos que aún hoy son feudo de hombres: en Cantón nos ilustra no sólo sobre las condiciones de vida de sus habitantes sino que visita sus leproserías y su crónica sobre los métodos de tortura y ejecuciones leída ahora sigue estremeciendo:
"Quise visitar la cárcel y me sorprendió ver que todas las puertas, bastante estrechas, estaban abiertas. En el interior de la prisión vi que todos los prisioneros llevaban unos pesados y espesos tablones atados al cuello, y que las puertas no estuvieran cerradas a cal y canto dejó de sorprenderme. No era necesario"
"¿Le gustaría ver algunas cabezas?
-¿Claro que sí, traiga esas cabezas!
Siguiendo su consejo, le di una propina a un hombre, se acercó a unos barriles colocados junto a las cruces de madera, metió la mano en uno de ellos y ¿saco una cabeza!. Esos barriles estaban llenos de cal viva y en ellos arrojaban las cabezas de los ejecutados"
Sería injusto leer a Nellie Bly con la medida de finales del S. XX, ella en su época fue una pionera, se atrevió a dar el primer paso y llevarlo a cabo hasta el final.
"El formidable oleaje del mar durante el monzón era lo más hermoso que jamás había visto. Me sentaba en cubierta conteniendo la respiración mientras observaba la proa del barco que se levantaba hasta casi alcanzar la vertical sobre una ola y, a continuación, se precipitaba hacía abajo de golpe como si tuviera la intención de arrastrarnos al fondo"
En su viaje sin compañía no faltarón quienes viendo a una mujer sola le ofrecieron su ayuda. Su hazaña fue seguida en Norteamérica con sumo interés y de hecho en Hong Kong se le comunica que otra mujer salió con la misma intención apoyada por la revista Cosmopolitan. Imagino que la competición vendería no pocos ejemplares de ambas rotativas.Una vez más se nos revela su firme carácter:
"-Le prometí a mi editor que daría la vuelta al mundo en 75 dias, y si lo consiguo me sentiré satisfecha-expliqué con obstinada firmeza-Yo no estoy compitiendo contra nadie"
Nellie completaría la vuelta al mundo en 72 dias, 25000 millas a través de cuatro continentes y por supuesto antes que su competidora. Una vez que llega a la costa oriental de Estados Unidos el viaje "en volandas" de Bly es una serie ininterrumpida de felicitaciones y vítores por parte de toda la población que la había seguido a través del periódico. Concedió numerosas entrevistas especialmente a mujeres periodístas.
"En cada estación, inclinada en la plataforma del tren, utilizaba mis dos manos para estrechar las de la gente, y cuando el tren se ponía en marcha, muchos corrían detrás cogiéndome las manos mientras pudieran. Los brazos me dolieron durante meses después de esto, pero el dolor no me importaba si, gracias a estos pequeños gestos, podía complacer a mis propios conciudadanos, entre quienes me sentía tan feliz de estar de vuelta"
Si os ha interesado el libro y sobre todo la persona (soy más aficionada a las personas que a los personajes) no dejeis de buscar en la web porque su vida no acabó aquí, de hecho hasta su muerte en en 1922 fue un referente para el mundo del periodismo, llevando una vida capaz de llenar una gran película.
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Me lo apunto sin dudar. ¡Suena interesantísimo! Y el artículo es ameno y encantador. Gracias, Mistral.
ResponderEliminar¡Felicidades, por tu comentario!
ResponderEliminarLogras fijar la atención sobre este libro y sobre todo por la mujer que lo hace posible.
Muy interesante el viaje de esta periodista, habrá que saber más de ella.
Gracias