Vida y obra de Edgar Allan Poe - Cape

Vida y obra de Edgar Allan Poe



Cape

Resulta harto complicado tratar la vida y obra del maestro del terror debido a la cantidad de alusiones biográficas surgidas tras la muerte de Poe, muchas de ellas falsas y mal intencionadas. Poe se ganó la enemistad de muchos de los miembros del círculo de escritores de Nueva York, sobre muchos de los cuales vertió feroces críticas desde su tribuna en los periódicos para los que trabajó, en ocasiones justificadas y en otras parece que no tanto. Por eso, no es de extrañar que tras su muerte corrieran ríos de tinta cargados de falsedades y difamación, haciendo leña del árbol caído, y celosos de la excelencia que alcanzó el escritor en vida, aunque nunca le acompañara la fortuna en el plano económico y personal.


Haciendo honor al contenido de sus relatos, su muerte quedó envuelta en un halo de misterio. Poco se sabe de sus últimos días, sus últimas horas. Se han formulado muchas hipótesis sobre las causas del fallecimiento. La más aceptada hasta la fecha indica que Poe, en su paso por un Baltimore que celebraba sus elecciones, fue captado por unos agentes electorales que, para ganar su voto, lo indujeron a beber, y terminaron abandonándolo a su suerte, completamente borracho. Fue ingresado en el Washington College Hospital, donde falleció cuatro días después, parece que tras terribles alucinaciones que acabaron con su débil corazón.

Como en muchas ocasiones, la realidad tiene que superar a la ficción. El cuerpo de Poe fue enterrado dos veces hasta descansar definitivamente en paz. La primera, dos días después de su muerte, en una tumba sin nombre, en un sepelio al que no acudieron más de una docena de personas. Más de una década después, una lápida que debía marcar el lugar donde reposaban los restos del escritor, fue destruida por el descarrilamiento de un tren. Por fin, en 1875, sus restos fueron trasladados al lugar donde reposaban eternamente su mujer Virginia y su tía Maria Clemm, bajo un monumento a la memoria del escritor. Y por último, en 1913, se intentó marcar el lugar original donde fue enterrado inicialmente, pero parece que se equivocaron de lugar, y hubo que cambiar la ubicación de la lápida.
Hasta aquí lo que aconteció en torno a su muerte. Ahora, corresponde hablar de su vida y su creación literaria.

Nacido en Boston, hijo de padres actores itinerantes, éstos murieron cuando apenas contaba 3 años de edad. Fue adoptado por un acaudalado matrimonio de Richmond, Virginia. Este acontecimiento no sólo marcará su vida, sino que va a ser determinante en su obra. Según Cortázar, su orfandad unida a sus raíces sureñas, a pesar de su nacimiento en Boston, inspirarán su desmesurada imaginación a través de leyendas de acontecimientos sobrenaturales, historias de muertos y aparecidos, supersticiones de las personas de color que habitaban el sur de los Estados Unidos. Su contacto más temprano con el romanticismo emergente en Europa se supone a través de las publicaciones que llegaban a la compañía de su padre en forma de magacines trimestrales desde Inglaterra y Escocia.


A pesar de no haber viajado nunca fuera de Estados Unidos, salvo los cuatro años que pasó durante su niñez en las islas Británicas, Poe va a poner al mundo como escenario de sus relatos. París, Alemania, Los mares del sur, Inglaterra... El lector podría convencerse sin lugar a dudas de que el autor era un gran viajero, perfecto conocedor de los lugares donde se desarrolla la acción, tal es el caso del París de Los Crímenes de la calle Morgue o de El misterio de Marie Roget.


Poe ha sido siempre conocido como un maestro del género del terror, pero sus relatos son mucho más, una mezcla brutal de morbosidad, romanticismo, fantasía.
Gran parte de su éxito reside en la narración de los hechos en primera persona. De esta forma, el lector tiene ante sí una imagen directa del tormento, de la locura, de la maquinación, de lo sobrenatural, lo fantasmagórico.
Uno de los más bellos y estremecedores relatos de Poe es Ligeia. En un trasfondo totalmente gótico, se juntan todos estos elementos en singular armonía. Un amor desmedido sobrepasa los límites de la vida terrenal, va más allá de la muerte, en un morboso juego impactante que por un lado, retorna a la vida en una resurrección progresiva a la gran amada, Ligeia. Y por el otro, al mismo ritmo, aleja a Lady Róvena al eterno descanso, incrementando los signos de expresión cadavéricos. Finalmente triunfan los deseos y el amor infinitos. Aunque quizá puede que sólo sea una alucinación, una locura, tan sólo en la mente del narrador de la historia.

No se puede determinar hasta qué punto las adicciones de Poe pudieron influir en su obra, pero influyeron ciertamente, y nadie concibe a un Poe abstraído de sus vicios. Sin ellos, sin su trágica y atormentada vida, no se hubieran gestado narraciones tan extraordinarias como las que nos ha legado. En cambio, el principal ingrediente de su excelencia está en su imaginación desbordada y en su inteligencia, más que en ningún otro sitio. En sus propias palabras, sabemos que consideraba necesario para escribir hallarse en un estado de absoluta sobriedad.

Puede que el abuso de determinadas sustancias (opio, láudano, alcohol), ayudara a esos sueños de Poe que se producían en estado de vigilia, y que expresara tan bien en su relato Eleonora:
Those who dream by day are cognizant of many things which escape those who dream Orly by night. In their gray visions, they obtain glimpses of eternity, an thrill, in awakening, they learn something of the wisdom which is of good, and more of mere knowledge which is of evil…” “Aquellos que sueñan de día conocen muchas cosas que escapan a los que sólo sueñan de noche. En sus grises visiones, obtienen atisbos de eternidad, y se estremecen, al despertar, habiendo aprendido algo de la sabiduría de lo que es bueno, mucho más allá del mero conocimiento de lo que es malo…”

Puede que Poe escribiera Eleonora inspirándose en su prima y mujer Virginia Clemm, con la que contrajo matrimonio en el año 1835. Se establece un paralelismo con la vida de Poe, con ciertos matices. Eleonora era hija de una hermana de la madre, mientras Virginia es hija de una hermana de David Poe. Al contraer matrimonio, Virginia contaba con 13 años, mientras Eleonora 15, y Poe 25 y no 20 como en el relato. Pero coincide esta obra en tiempo con la vida en el Cottage de Fordham, donde residió el matrimonio junto con María Clemm, lo cual sí que indica una clara inspiración. Por entonces, se manifestaban los primeros síntomas de la tuberculosis que acabó con la vida de Virginia, y Poe pudo imaginarse las consecuencias, los sentimientos de culpa en un mundo sin Virginia.


Lo mismo podemos decir del mejor poema de Poe, y que le dio gran fama en vida, “El Cuervo”. El escritor nos describe su estado de ánimo ante la inminencia de la muerte de la amada, que traerá consigo su muerte espiritual. Su cuerpo permanecerá en este mundo, pero su alma habrá marchado con la del ser querido.


Volviendo a Ligeia y a sus adicciones, en Ligeia Poe escribiría “Ninguna mujer igualó la belleza de su rostro. Era el esplendor de un sueño de opio, una visión aérea y arrebatadora, más extrañamente divina que las fantasías que revoloteaban en las almas adormecidas de las hijas de Delos…” “En la excitación de mis sueños de opio (pues me hallaba habitualmente aherrojado por los grilletes de la droga) gritaba su nombre en el silencio de la noche, o durante el día, en los sombreados retiros de los valles, como si con esa salvaje vehemencia, con la solemne pasión, con el fuego devorador de mi deseo por la desaparecida, pudiera restituirla a la senda que había abandonado -ah, ¿era posible que fuese para siempre?- en la tierra”.

Berenice es otro relato donde aparecen multitud de sueños y paranoias (la obsesión enfermiza por los dientes de Berenice) que pudieran compararse con las causadas por el consumo de opiáceos como el láudano. Puede que así lo grotesco, lo necrofílico, lo fantasmagórico, la muerte en la obra de Poe, tengan conexión con el uso de estas sustancias.

La obra de Poe no sólo renovó la novela gótica y romántica, sino que ha sido fuente de inspiración para escritores que le sucedieron en el tiempo. Con Los crímenes de la calle Morgue y con Auguste Dupin nacería el género de la novela detectivesca. Como bien dijo Arthur Conan Doyle, Si cada autor de una historia en algo deudora de Poe pagara una décima parte de los honorarios que recibe por ella para un monumento al maestro, se podría construir una pirámide tan alta como la de Keops en Egipto”.

Nos despedimos aquí, con admiración, del autor de “El Cuervo”, y tantos y tantos relatos que nos han hecho estremecer.



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