Hugo Pratt consiguió crear mediante las relaciones de Corto Maltés un apasionante juego metaliterario en el que ficción y realidad se entremezclan de tal manera que nos hace dudar si las aventuras de Corto son influencia de autores emblemáticos de la literatura o, por el contrario, Corto Maltés ha influido decisivamente en ellos para crear esas historias que tanto nos han apasionado.
Corto Maltés se ha convertido con el paso del tiempo en un icono capaz de trascender con mucho su personaje de papel creado por Hugo Pratt a finales de los años '60: camisetas, relojes, adaptaciones cinematográficas, posters, bares de copas o monumentos dan fe de la fuerza de su imagen. Probablemente Pratt no fue consciente de la importancia que un personaje como Corto Maltés podría tener en su vida en el momento en que, a su vez, le daba vida, haciéndolo partícipe de esa obra coral que es La balada del mar salado. Es posible que intuyera las enormes posibilidades del personaje cuando repite de manera muy similar los esquemas de otro marino, sin duda antecedente de Corto, en su célebre historia Ana de la Jungla. Pero resulta difícil imaginar que Pratt pudiera prever el éxito que Corto iba a tener, tanto que para muchos de sus lectores, sería imposible disociar al autor de su personaje. Y es que Corto ha sido asimilado muchas veces con Hugo Pratt (como le ha pasado en tantas ocasiones a otros autores con sus personajes más célebres) en ese afán que los lectores tenemos de dotar de algo de realidad a aquellas obras que nos emocionan. Sin embargo, aunque Pratt utiliza su experiencia y sus conocimientos para dotar de credibilidad al personaje, es probable que ese paralelismo que tantas veces hemos querido ver sus lectores, sea más ficticio que real. En todo caso, como en otras ocasiones se ha apuntado en referencia a la ficcionalidad de las obras literarias, ficción y realidad se entremezclan. Y este caso, eso es algo conscientemente buscado por el propio Pratt. No tanto por buscar la identificación con su personaje, aunque probablemente haya utilizado experiencias propias para algunas de las aventuras de Corto1, sino por su esfuerzo por dotar de credibilidad a la existencia real de su personaje.
La primera referencia que tenemos a Corto Maltés en la obra de Pratt aparece en La balada del mar salado, publicado en el año 1967. El álbum se abre con una carta, supuestamente real según la cual Pratt conoce la historia “verídica” de Corto Maltés a través de personajes que conocieron a los protagonistas de esta historia. En esa carta introductoria dirigida a Pratt por parte de un tal R. Oregón Carranza, sobrino de Caín Groovesnore, se cita otra carta, perteneciente a una de las mujeres importantes en la vida de Corto: Pandora
Groovesnore, prima del ya mencionado Caín Groovesnore. En esa carta, dentro de otra2, Pandora informa a su corresponsal de la muerte de uno de sus familiares, pero sobre todo nos interesa lo siguiente:
“Pero quien más me preocupa es el tío Corto. Se comprendían a la perfección y eran inseparables. Se me estruja el corazón cuando veo al tío Corto sentado en el jardín, con los ojos apagados, frente a su grande y querido mar..."
Hacia el final de la carta, encontramos la siguiente frase:
“Esta es una historia auténtica y no la habría divulgado jamás si el Sr. Pratt no hubiera insistido tanto para que le contara todas estas cosas.”
Además, el señor Oregón Carranza aprovecha para ponernos en antecedentes de la condición de Corto de “verdadero marino” y de sus particulares métodos pedagógicos (“Pienso que cuando Caín era un muchacho debía de tener muy mal carácter y era perezoso y superficial. Seguramente lo cambiaron las bofetadas de Corto Maltés”).
Pratt retoma así una larga tradición consistente en dotar de veracidad un personaje literario y sus hechos. Éste sería el comienzo de un largo ejercicio en el que la excelente documentación histórica y geográfica de las obras de Pratt, la interacción de Corto Maltés con personajes de su época, su participación en determinados hitos históricos e incluso la elaboración de artículos con datos apócrifos, o libros de memorias que ayudan a dotar de pasado al personaje, llevaron a crear un juego de espejos que quizás haya contribuido a la trascendencia del personaje más allá del papel.
Dentro de esa búsqueda de realidad (que no de realismo) Pratt cae en un detallismo exhaustivo: minuciosas descripciones históricas, de costumbres, de etnias, expresiones culturales, personajes reales... Pratt aprovecha para rendir homenaje a sus referencias vitales (personajes, hechos históricos o lugares) y sus obsesiones personales3, pero también a sus referencias literarias. De esta forma, Pratt introduce a grandes nombres de la literatura relacionándose con Corto. Jack London, Hermann Hesse, James Joyce o Joseph Conrad4 tuvieron contacto con Corto, dejando poso en su vida en mayor o menor medida.
Las influencias literarias de Pratt se hacen patentes en las aventuras de Corto de diferentes maneras: mediante contacto directo con autores, a través de las lecturas directas de Corto o realizando adaptaciones indisimuladas de obras literarias precedentes.
Prácticamente desde el principio los libros juegan un papel de cierta importancia en las aventuras de Corto: alusiones a obras que dan pistas sobre continentes o tesoros perdidos pueden actuar como catalizadores en sus viajes, para poco a poco ir teniendo una presencia más evidente lo puramente literario en la personalidad del marino.
Una de las primeras alusiones directas que nos encontramos a la obra de un escritor es una adaptación libre de un relato de Jack London. La historia de Corto se titula Cabezas y hongos y aparece incluida en el álbum Siempre un poco más lejos. La historia, como el propio Corto reconoce al final de la aventura, es un claro homenaje al relato de London El burlado, en el que la muerte inmediata resulta un mal menor al lado de una muerte lenta y con sufrimiento. Al finalizar esa historieta, Corto afirma, en una fantástica forma de homenajear a London, que la historia le recuerda a un relato de su buen amigo Jack London, a quien conoció en China durante la guerra ruso-japonesa. A continuación, Corto comenta: “Hizo construir una casa grande y hermosa para hospedar a todos sus amigos, y luego la quemó... Creo que se suicidó el año pasado.”. Con lo cual, la historia se convierte en un estupendo juego metaliterario, en el que la adaptación del relato acaba jugando un papel menor, eclipsada tanto por la fuerza y la personalidad de la adaptación como por los datos que Corto aporta sobre su amigo Jack London.
Jack London es un personaje realmente importante en la vida de Corto. Tanto, que el propio Pratt no se resiste a darle más protagonismo en la historia del aventurero. Así, años después de publicar Cabezas y Hongos, Pratt decide profundizar más en la amistad entre el escritor y el marino y ubicar la primera de las aventuras de Corto (cronológicamente hablando) en el álbum La juventud de Corto Maltés, en el que el escritor juega un papel fundamental en la vida de Corto mientras London trabaja como reportero de guerra.
En La juventud de Corto Maltés, nos encontramos con un jovencísimo Corto. Ignoramos cómo ha llegado hasta China, pero sí sabemos que tiene excelentes contactos y que es muy amigo de Jack London, que lo usa para sacarse un problema de encima con Rasputín con el que luego Corto mantendrá una eterna relación de amor-odio. Es decir, que según esto, Jack London es quien pone en contacto a Rasputín y a Corto, sacando a Rasputín de un importante apuro. Para agradecer los desvelos del escritor y el marino, Rasputín devuelve el favor usando sus métodos siempre heterodoxos. Como consecuencia de aquello, Jack London sería expulsado de Manchuria acusado del asesinato de un teniente japonés y catalogado de “persona non grata”. A lo largo de esta historia, London demuestra su cariño y respeto hacia el joven Corto, aportando algunos datos biográficos desconocidos hasta el momento para los lectores de las aventuras de CortoMaltés, hasta el punto de desear que lo acompañe en su retorno a California al finalizar la guerra. La relación entre Corto y London se adivina inmejorable. Podríamos afirmar que el carácter de Jack London se asemeja mucho al que más adelante nos mostraría Corto Maltés en sus aventuras, por lo que el escritor debió de ser una gran influencia para el joven marino. Corto Maltés y Jack London volverían a encontrarse años después en Argentina, en donde Corto también conocería al autor en ciernes Eugene O'Neill.5
Pero no sólo es la figura de London la que se homenajea en las historias de Corto Maltés, aunque sin duda es la que más presencia tiene. En el excelente artículo de Juan Antonio de Blas, lleno de citas y referencias apócrifas, y que prologa el album, La juventud de Corto Maltés, encontramos más referencias a la relación entre Corto y escritores como Joseph Conrad y James Joyce. Sobre la relación entre Conrad y Corto Maltés, Juan Antonio de Blas afirma:
“Hay otra referencia perfectamente documentada que evoca, aunque con posterioridad, un periodo anterior al referido en el artículo de Port-Arthur. En concreto, se puede establecer que Corto figura dentro de uno de los dos libros de recuerdos escritos por Joseph Conrad. El Capitán de la marina mercante británica, y ex polaco Téodor Konrad Korzeniowski escribió en A Personal Record, por entonces ya era un autor de renombre internacional: "Durante mi último año de navegación, yo comandaba el Osborn, un navío que realizaba la ruta Australia-Inglaterra. Me costó mucho decidirme a dejar mi vida de hombre de mar. Como todos los ancianos hice lo imposible por comunicar a otro todo cuanto sabía. Un joven marino de origen maltés se convirtió en mi atento discípulo - éste joven poseía la astucia para no intentar más que comprender el mundo en lugar de cambiarlo-, sus consejos y opiniones me convencieron para que redactara mis memorias en forma de relatos. Los años pasaron, este muchacho habría de llegar a ser uno de los mejores marinos que jamás haya conocido, además de un excelente amigo."”6
Sobre la relación entre Conrad y Corto, Juan Antonio de Blas añadiría en otro de sus magníficos documentos apócrifos:
“Referente al ex-súbdito del Zar que ahora firma como Joseph Conrad, se trata de un noble polaco que ha estado en relación con los círculos antirrusos del exilio. Se ha retirado como capitán de la Marina Mercante Británica y establecido como escritor independiente en la campiña de Dorset.
Creemos que está en relación con los exilados socialistas a través de un marino de origen inglés llamado Corto Maltés. Este joven ha navegado con el capitán Conrad y les une una gran amistad. Sería conveniente que se abriese un dossier a este Corto Maltés. Los indicios le señalan como agente de los terroristas socialistas.”
En cuanto a James Joyce y su relación con Corto, Juan Antonio de Blas nos cuenta:
“Su relación con James Joyce es más tardia. En 1909, el escritor irlandés vivió en Trieste. Corto, avisado por la carta de un amigo común, el sindicalista Connolly, va a acompañar todas las tardes a este hombre delicado, miope y tímido, incapaz de un propósito vulgar ante una dama, y le incita a recorrer los burdeles en su compañía.”
Pero existen más homenajes a diferentes autores en la obra de Pratt. No resulta extraño ver a Corto con un libro en la mano: Utopía de Tomás Moro, que Corto confiesa no haber conseguido terminarse nunca, El último verano de Klingsor de Hermann Hesse, a quien conoce, por así decirlo, “místicamente” en el album Las Helvéticas,7 o podemos encontrarnos a Corto leyendo con placer la obra de un personaje tan controvertido y contradictorio Leopoldo_Lugones.
Obviamente, todos estos homenajes que Pratt realiza en las aventuras de Corto no son baladís o fortuitas y tienen un claro sentido en la caracterización de su personaje, contribuyendo con estos pequeños detalles a dotar de realismo a la figura de Corto, provocando esa necesidad de identificación entre autor y personaje que a veces no pueden evitar los lectores más entusiastas. Y es que una historia resulta creíble no por la veracidad que encierra, sino por la apariencia de realidad de la que pueda dotarla su autor. Por eso por lo que Pratt resultó tan buen narrador,8 porque consiguió hacernos dudar de la existencia real de Corto Maltés, ese marino ácrata, soñador, valiente e idealista que se ha convertido en un importante icono de nuestros tiempos.
1Recordemos que Pratt conoce perfectamente muchos de los lugares que Corto visita en sus aventuras: Venecia, Chile, Argentina, Etiopía... La entrada de la Wikipedia correspondiente al autor aporta más datos en este sentido.
2Un recurso metaliterario que inaugura un auténtico laberinto de apócrifos y referencias reales o no, que contribuyen a esa apariencia de realidad que Pratt quiso dar a Corto.
3Una de estas obsesiones fue la constante presencia de elementos ocultistas o esotéricos que acabaron perjudicando seriamente la calidad de los últimos guiones de Corto, convirtiendo sus aventuras en una suerte de relato críptico poco menos que incomprensible y plagado de alusiones esotéricas en las que se mezclan sin pudor la masonería, la Atlántida, el Santo Grial o la cábala. Para justificar esto, Pratt sitúa a un jovencísimo Corto Maltés estudiando Cábala, Talmud y Torah en Córdoba, de la mano del rabino cordobés Ezra Toledano.
4Se ha querido relacionar en más de una ocasión la figura de Corto Maltés con la obra de Conrad, concretamente con la figura de Lord Jim. Poco tiene que ver este marino ácrata, pirata y de métodos más que dudosos, con el noble y atormentado personaje de Joseph Conrad. Tampoco los temas que toca Pratt en las aventuras de Corto tienen mucho que ver con los que toca Conrad en su obra, sin embargo parece imposible no relacionar de forma inconsciente al marino maltés con el escritor polaco.
5Las memorias de Corto Maltés. Hugo Pratt y Michel Pierre.
6Según Juan Antonio de Blas la cita de Conrad estaría extraída de la siguiente edición: Joseph Conrad, A Personal Record, Flight Books, Londres, 1924, p262.
7Uno de esos álbumes llenos de temas esotéricos que tanto usó Pratt en las últimas historias de Corto Maltés.
8Umberto Eco, en su introducción a Las Etiópicas en el volumen publicado por Norma Editorial, no puede evitar situar en importancia a Hugo Pratt a la altura de Emilio Salgari, no sin aclarar que Pratt le parece muchísimo mejor narrador que Salgari.
0_0 ¡Es asombrosa la cantidad de referencias literarias que tiene! Tengo que leer estos cómic, Gabo.
ResponderEliminar¡Enhorabuena por el artículo!
Ya sabes que me encantó tu artículo, Gabo, no es de extrañar que este comic sea tan maravilloso si, como dice Conchi, está tan cargado de referencias literarias de tal envergadura.
ResponderEliminarMe alegro que os gustara, chicas. Si no conocéis a Corto os animo a leer algo suyo ;-)
ResponderEliminarNo conocía a Corto Maltés más que de nombre, pero resulta un personaje de lo más interesante, además de guapo XD. Su amistad con los escritores que comentas (esa mezcla de ficción y realidad) me parece un gran acierto del autor. London, Joyce, Conrad, Hesse... ¡Nada menos!
ResponderEliminarGracias por tu artículo, Gabo. Procuraré leer este cómic.
Hará ya un par de años que se sorprendía un amigo de mi absoluta ignorancia acerca de Corto Maltés. Gracias a este espléndido artículo puedo decirle que ya sé casi, casi, tanto como él...
ResponderEliminarFelicidades, Gabo. Insuperable.
Me alegro que os gustara, chicas. Si no conocéis a Corto os animo a leer algo suyo ;-)
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