Joseph Conrad, marinero: su vida a través de su obra.
Irene Moreno (Ulalume)
Józef Teodor Konrad Korzeniowski, más conocido por Joseph Conrad, nombre que adoptó al nacionalizarse británico en 1884, no sólo orientó su vida hacia el mar a los 17 años, sino que lo convirtió en su gran pasión tanto vital como literaria. Sus escritos, de un estilo impecable y casi todos en inglés, lengua que no le era propia y que nunca llegó a dominar por completo oralmente, atestiguan este hecho y nos ofrecen una perspectiva de la existencia humana desde un punto de vista muy particular: el del hombre que crece y crea a través del mar.
Conrad, nació en Berdyczów (actual Ucrania) en el seno de una familia culta, patriota y noble, empobrecida por la política del país y el conflicto existente entre Polonia y Rusia de aquél entonces. De padre traductor y militante armado y madre terrateniente, Conrad, hijo único, quedó huérfano a la edad de once años. Desde los cuatro años, cuando murió su madre, pasó a cargo de su tío y abuela maternos y cursó la secundaria en Cracovia. Antes de finalizarla, en 1874 con 17 años dejó los estudios y se fue a Marsella para enrolarse marinero en la marina mercante francesa y vivir las aventuras que leía de otros en las novelas. Esta decisión, muy motivada por su avidez lectora, encauzó su vida al mar de forma apasionada, ciajó por todo el mundo y vivió mil aventuras que inspiraron gran parte de su obra. Su vida en el mar hizo, entre otros sucesos, que se viera implicado en el tráfico de armas y conspiraciones políticas. Además, su decisión marinera le llevó incluso a cumplir su sueño de la infancia: viajar a África. Lo que nunca soñó fue otra consecuencia de escapar de su Polonia natal: colaboró con el acuerdo del Estado Libre del Congo.
Conrad, nació en Berdyczów (actual Ucrania) en el seno de una familia culta, patriota y noble, empobrecida por la política del país y el conflicto existente entre Polonia y Rusia de aquél entonces. De padre traductor y militante armado y madre terrateniente, Conrad, hijo único, quedó huérfano a la edad de once años. Desde los cuatro años, cuando murió su madre, pasó a cargo de su tío y abuela maternos y cursó la secundaria en Cracovia. Antes de finalizarla, en 1874 con 17 años dejó los estudios y se fue a Marsella para enrolarse marinero en la marina mercante francesa y vivir las aventuras que leía de otros en las novelas. Esta decisión, muy motivada por su avidez lectora, encauzó su vida al mar de forma apasionada, ciajó por todo el mundo y vivió mil aventuras que inspiraron gran parte de su obra. Su vida en el mar hizo, entre otros sucesos, que se viera implicado en el tráfico de armas y conspiraciones políticas. Además, su decisión marinera le llevó incluso a cumplir su sueño de la infancia: viajar a África. Lo que nunca soñó fue otra consecuencia de escapar de su Polonia natal: colaboró con el acuerdo del Estado Libre del Congo.
Gracias al apoyo económico de su tío que cubre todas sus deudas, Conrad puede embarcarse como aprendiz en un vapor británico, el Mavis. Aquí es donde comienza su vida como mercante británico, donde aprende sus primeras palabras en inglés y cuando pisa por primera vez suelo británico. Poco a poco va ascendiendo y Conrad aprende a ser marinero, patrón y, finalmente, capitán. Viaja hasta Australia y el lejano Oriente y es con estas experiencias con las que nutre su obra. Estas experiencias continúan hasta marzo de 1889, cuando decide dimitir como capitán del barco Otago, con el que vivió su primera experiencia como capitán durante un año. Conrad se instala en Londres a orillas del Támesis; pero su vida marítima es retomada en noviembre de ese mismo año, cuando es entrevistado y se le asigna el mando de un vapor, el Roi des Belges, que navega por el Congo. Gran parte de que este mando fuera asignado a Conrad, fue gracias a la recomendación que hizo de él la esposa de su primo. La experiencia de ver la situación grotesca, de esclavitud y de horror en la que viven los congoleños bajo el mandato de Leopoldo II de Bélgica lo aturde tanto física como psicológicamente. Conrad denuncia esos hechos y se sume en una depresión que superará pero volverá a reaparecer a lo largo toda su vida. Cuando regresa a Europa en 1891 permanece un tiempo enfermo de malaria y trabajando de otros oficios, y finalmente bajo el mando del capitán W. H. Cope zarpa en Playmouth con destino Australia a bordo del Torrens como primer oficial. En agosto 1893 abandona el barco para ir a ver a su tío a Ucrania, y de vuelta a Londres le cuesta encontrar trabajo como marino. En noviembre consigue embarcarse en el vapor Adowa en calidad de segundo oficial, a falta de algo mejor. Va de Londres a Rouen para llevar unos pasajeros franceses a Canadá, pero estos nunca aparecen y Conrad se queda sin trabajo. Finalmente, y debido en a la aparición de los barcos de vapor y carbón a causa de la revolución industrial (con la disminución consecuente de la cantidad de barcos), dejaban a la marina mercante como un trabajo que ofrecía pocas expectativas, y Joseph Conrad abandona la vida marina. Dedica 1894 a su obra ya iniciada en 1889 La locura de Almayer. En febrero de ese año muere su tío y le llega una herencia que le permitirá subsistir durante los próximos meses. En octubre se confirma que la editorial Fisher Unwin publicará su novela y esto se traduce en una dedicación total de Conrad a la literatura durante el resto de su existencia. Escribió, entre novelas, cuentos e historias cortas, más de 30 obras, algunas en conjunto con Ford Madox Ford.
De emotividad controlada y estilo intachable las aventuras de sus obras gozan de una gran serenidad, pese a la crudeza que algunas contienen.
Aunque, a parte de su inquietud intelectual acerca del hombre, toda la obra de Joseph Conrad es el resultado de sus experiencias alrededor del mundo causadas por su vida a través del mar, hay novelas que hacen referencia a su existencia de marino más claramente que otras. Ya sea por referenciar experiencias, lugares o personajes que conoció, las novelas que contienen de forma más clara referencias autobiográficas, son:
- La locura de Almayer (Almayer's Folly, 1895): Esta primera novela, que llevaba escribiendo desde 1889, constituye un excelente testimonio de los conocimientos de Conrad sobre el mundo oriental. La obra se ambienta en Borneo y el archipiélago malayo. Ya se observa en esta una de las obsesiones de su autor: la condición humana. En La locura de Almayer Conrad se cuestiona la superioridad del hombre blanco sobre los nativos; el hombre blanco tiene debilidades y defectos, y si es así ¿puede imponerse moralmente por encima de otras civilizaciones? El libro versa sobre Kaspar Almáyer, un holandés que busca hacerse rico y volver a su tierra natal junto a su hija, fruto de la relación con una indígena. Pero las cadenas que lo atan allí son muy fuertes. Un día llega a sus oídos que unos ingenieros ingleses se avecinan y decide construir una residencia para albergarlos. Pero esta primera buena noticia nunca se cumple, y Almayer en su empeño construirá un edificio que resultará inservible: nunca acogerá a ingleses. Ese edificio será bautizado como La locura de Almayer.
- Lord Jim (1900): En esta, la siguiente después de El negro del Narcissus, continúa desarrollando el tono dramático de primera persona bajo el mismo protagonista, Marlow, considerado por los críticos el alter ego de Conrad. En la novela importa más el narrador que se ve afectado por el desarrollo de los hechos que los hechos en si. Y es que para el protagonista lo único que importa es ser fiel a sí mismo sean cuales sean las consecuencias de esto, incluso si es la muerte. El protagonista se siente injustamente incomprendido; él, a diferencia de los demás cree en el destino personal. ¿Por qué la gente radical como él se siente extranjera ante los demás? Marlow plantea el reto social de la soledad y otros de carácter epistemológico.
Exahustivo análisis sobre su obra más marinera, Irene. Y desde luego, una vida que da para más de una novela. Lógico que existan tantos elementos autobiográficos en su obra.
ResponderEliminarMil gracias ;-)
Desde luego, una vida así de para mucho... ¡Todo lo que escribió y más!
ResponderEliminarGracias a ti ;)