La cultura y la educación en la Segunda República - Lifen



Pabellones de la Residencia de Estudiantes en la Colina del Chopo.


"La primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejarla libre para que se desarrolle." 
Maria Montessori


"En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da." Antonio Machado

"Es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que, sabiendo algo, no procuran la transmisión de esos conocimientos." Miguel de Unamuno.

"Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñes." José Ortega y Gasset

"Yo iba a enseñar y al mismo tiempo a aprender."Josefina Aldecoa


La corta Segunda República Española (aunque un poco más larga que la Primera que apenas duró dos años) y que comprendió desde 14 de abril de 1931 a 2 de abril de 1939, casi 8 años, tres de los cuales estuvieron ocupados por la triste Guerra Civil, tuvo muchas cosas buenas que deberían haber perdurado o continuado en nuestra sociedad de hoy pero que, desgraciadamente, al ser cortadas abruptamente por la guerra, ha sido muy difícil recuperar al cien por cien, más todavía cuando casi no hubo ni un margen material y temporal adecuado para ser algo totalmente arraigado que hubiera sido imposible de hacerlo desaparecer.


Una de esas “cosas” es la educación o enseñanza tan denostada, criticada y atacada hoy desde todos los sectores de la sociedad, ya sea por una u otra cuestión. La enseñanza es la base de la cultura, los libros son la base de la cultura, luego los libros son la base de la enseñanza ¿es válido este silogismo? No sé, tengo la filosofía muy oxidada pero aunque sea falso no es posible negarlo. A todos nos alcanza que es así.


Me gustaría hablar en este artículo de algo que no conocía muy bien hasta que me entretuve buscando libros que versaran o estuvieran ambientados en la República Española pero sin mucho éxito: hay poca novela escrita o que yo haya sido capaz de encontrar y lo que hay suele incluir, en el caso de la Segunda República, hasta la Guerra Civil y el objetivo era escribir sobre la República y no sobre la guerra de lo que hay ya mucho escrito y leído. Como decía, andaba yo buscando y me topé con el libro de Historia de una maestra de Josefina Aldecoa y me puse a investigar sobre la autora y sobre el libro. Y Josefina Aldecoa me llevó de la mano a una entrada en la wiki: la Institución Libre de Enseñanza.

Retrato de Francisco Giner de los Ríos, por Juan José Gárate (Universidad Complutense de Madrid) 
Esta Institución, inspirada por Francisco Giner de los Ríos y otros catedráticos y cuyo primer Presidente fue Laureano Figuerola, nació en 1876 poco después de la Primera República como respuesta a la aplicación de la suspensión de la libertad de cátedra en España, lo que originó que muchos intelectuales y catedráticos se apartaran de la enseñanza oficial y crearan una institución al margen del estado, con un carácter privado y laico y en contraposición al dogmatismo imperante en la época en materia de religión, política o moral.


La Institución Libre de Enseñanza se apoyaba en varios pilares básicos: libertad de cátedra, tolerancia academia, educación pública, laica y gratuita para todos los niveles de la enseñanza y garantizar el derecho de la mujer a la educación. Con estos mimbres cómo no armar una cesta fuerte y capaz de dar cabida y enriquecer a toda la sociedad. Porque, además, fueron muchas sus iniciativas y proyectos.



Einstein en la Residencia de Estudiantes



Intelectuales de todo el mundo apoyaron activamente esta Institución, entre ellos, Miguel de Unamuno, Bertrand Russell, Charles Darwin, Santiago Ramón y Cajal, María Montessori, H.G. Wells, Rabindranath Tagore, Maria Montessori, Leon Tolstoi, Juan Ramón Jiménez, Benito Pérez Galdós o Emilia Pardo Bazán que colaboraron con el Boletín de la Institución. Otros autores españoles muy vinculados fueron los hermanos Machado, Antonio y Manuel. Estos nombres, por fuerza, tienen que significar que muchas ideas nuevas entraran en España de manos de los intelectuales extranjeros, al mismo tiempo que los proyectos de los españoles salieran de aquí. Fue un vehículo que permitió un enriquecimiento cultural como pocos (o ninguno) ha habido nunca.


Fotografía icónica de la Generación del 27 en el homenaje a Góngora


Podría afirmarse que la Generación del 27 bebe de estas influencias, no en vano surgen como una contraposición o rebeldía a lo imperante en la sociedad y cultura gubernamental. Lo que nos lleva directamente a la Residencia de Estudiantes de Madrid, fruto directo de la Institución a través de la ya mencionada Junta de Ampliación de Estudios Científicos. Y allí, como ya todos sabemos, nos encontramos con figuras tan conocidas, Federico, Luis, Salvador, permitidme las confianzas, son ya como de la familia, tantas veces se ha escrito sobre su amistad y sobre su estancia en la Residencia que ya casi es como si me paseara yo por esos jardines. Junto a ellos, otros intelectuales, artistas y escritores, Rafael Alberti, Gerardo Diego, Pedro Salinas... es tan larga la lista y de tantísima calidad que cuesta enumerarla. En resumen, todo el mundo que en aquellos momentos era alguien o que lo fue después estuvo allí o se pasó por la Institución. De renombre no sé si mundial, pero al menos nacional, o todo lo nacional que luego les permitió ser el franquismo que adoptó la mala costumbre de negarlos sistemáticamente.

La influencia de la Institución llegó muy lejos, y gracias a ella se crearon diversos centros como la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (precursora del CSIC actual (tema negado por sus creadores después de la Guerra) presidida por Santiago Ramón y Cajal, y se llevaron a cabo proyectos como las colonias escolares de vacaciones, la Universidad Internacional de Verano de Santander y las llamadas Misiones Pedagógicas con las que se pretendía llevar la educación a zonas de España en las que no se podía acceder de ninguna otra forma.

La Institución como tantos otros ideales y proyectos de la época, se vino abajo con la Guerra Civil Española. Después, con la victoria del bando “nacional” todos podemos adivinar qué pasó: se confiscaron los bienes, se exiliaron sus integrantes y los que quedaron vivieron sometidos a la censura o a la persecución. Triste final de una época brillante. Un final que originó que fueran el resto de europeos y las gentes de Hispanoamérica las que se beneficiaran de toda su riqueza cultural y mental mientras aquí nos quedábamos esperando a que todo volviera a su ser. Ardua y prolongada espera en la que seguimos empantanados porque aquellas figuras que vivieron y, en desgraciadas ocasiones, murieron, ya no volverán. Nos queda, eso sí, su obra y su permanente recuerdo. El recuerdo de aquellas gentes cuyo ideal era una educación libre, laica, gratuita y a disposición de todo el mundo. Una cultura al alcance de quien quisiera poseerla.




1 comentario:

  1. Gracias por este artículo, Lifen.

    Me ha gustado mucho y demuestra, hoy más que nunca, que necesitamos intelectuales de referencia que nos hagan salir de esta crisis de valores en la que nos encontramos.

    Un saludo,

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