Literatura juvenil



La ilustradora aragonesa BlancaBK nos ha cedido su trabajo para la portada de esta entrega. Pertenece al libro El misterio de Julia escrito por Ángela Sánchez y publicado por la editorial Pintar-Pintar, en 2011. Nos encanta y creemos que refleja el espíritu de lo que la literatura significa a estas edades. Es para nosotros un honor y queremos que quede constancia de nuestro agradecimiento y de la ilusión que nos ha hecho contar con su colaboración.
El diseño de la portada es, como siempre, de Isabel Palacio

¿Existe una Literatura Juvenil como género literario? Creo en la buena y en la mala literatura. Hay una tendencia a crear compartimentos estancos y desbordados estos creamos otros nuevos, como ese horror que se puede ver ahora en las estanterías de las grandes cadenas de librerías que han dado en llamar jóvenes–adultos y según las repaso, se llenan las más de las veces de insulsas historias de contenido bobalicón que mezclan aventura, fantasía sobrenatural y romanticismo y que poco ayudan a transmitir unos valores y un gusto literario de calidad.


Como adultos volvemos con frecuencia a unos clichés algo desfasados, a una imagen de lectores juveniles diferente en la que se leía de todo. Casi siempre eran aquellos libros adaptaciones de clásicos de aventuras a fórmulas más sencillas en los que se suprimían parte de los mensajes esenciales para los autores, simplificando, y modificado, al hacerlo, el relato. Los conflictos de tipo filosófico o político desaparecían, dejando como único argumento, la trama que servía como excusa para entretejer unos objetivos mucho más complejos que desaparecían.  Eso nos sucedió con Moby Dick o Robinson Crusoe

Y, sin embargo, se hace una buena literatura juvenil destinada a lectores preadolescentes, con vocación didáctica y en la que se presenta una serie de temas de amplio contenido que contribuyen a una formación ética, a la comprensión empática de unos valores universales. Y, junto a estas lecturas (a veces llenas de nombres de calidad notable, como Joyce Carol Oates, Ruiz Zafón, Fernando Marías), un extraños fenómeno que nos asalta y que debería hacernos pensar, porque algo no termina de funcionar, para que los grandes escritores, que durante décadas han estado dentro de los programas de educación como lecturas obligatorias, prácticamente desaparezcan o sean invisibles en el escaparate mediático. Nadie se entera de premios como el Cervantes Chico. Son escritores semiocultos tras la barrera de un género menor hasta que, por algún fenómeno literario aparatoso, cambiaron los esquemas editoriales y traspasaron la línea de ese mundo orientado en exclusividad a la literatura juvenil en sellos y colecciones editoriales muy concretos. 

Y con el cambio de editorial o de proyección publicitaria llega el descubrimiento y, de repente, se convierten, aun sin cambiar su estilo, ni sus temas, en auténticos bombazos editoriales que se expanden por el universo literario: el caso más ejemplificarte es Carlos Ruiz Zafón y su Sombra del viento.

 Otras veces es a la inversa, una saga juvenil trasciende y se filtra a los intereses de los adultos tal vez acicateados por los niños: ¿qué tendrá Harry Potter para que a mi hijo, de 9 años y con un hábito aun inmaduro de lector construido a base de constancia y algo de pesadez paternos, le guste tanto y sea capaz, él, un crío que roza la hiperactividad, de empapárselo de tirón y me pida luego el siguiente y luego el siguiente? Son libros gordos, de muchas páginas, asi que es inevitable que los padres caigan en la tentación. 

Así nace lo que se ha dado en llamar, cross-over, la literatura que traspasa los límites generacionales y que es una puerta de dos direcciones: tal vez la literatura juvenil no sea a veces tan limitada, y tal vez la literatura adulta no sea tan aburrida. Tal vez sea cuestión de elegir con mimo el momento, el tema y compartir mundos que se cruzan. 

1 comentario:

  1. Los que tenemos hijos esperamos con verdadera ansia este número, a ver si fichamos ideas para comprar libritos a los niños, y poder mezclar clásicos contrastados, con novela contemporánea adictiva y nuevos descubrimientos que nos hagáis. Os leeremos con doble interés, vamos. M. Corleone

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