Manuel Chaves Nogales, el olvidado - Cuscurro



Bien conocido es el término de las dos españas acuñado en ese terrible periodo de convulsión que fue la Guerra Civil Española. Dos bandos ideológicos enfrentados a muerte, defendiendo por las armas lo que no supieron defender ni con la inteligencia ni con medios democráticos. Pero había otro tercer bando, la Tercera España, esa que no estaba en ninguno de los otros dos y que al mismo tiempo era crítica con ambos. Manuel Chaves Nogales, periodista, es un digno representante de esa tercera vía.

“Yo era eso que los sociólogos llaman un ‘pequeñoburgués liberal’, ciudadano de una república democrática y parlamentaria. [...] ganaba mi pan y mi libertad con una relativa holgura confeccionado periódicos y escribiendo artículos, reportajes, biografías, cuentos y novelas, con los que me hacía la ilusión de avivar el espíritu de mis compatriotas y suscitar en ellos el interés por los grandes temas de nuestro tiempo.“ 
Así arranca el magnífico prólogo, que debería ser de lectura obligatoria, que Manuel Chaves Nogales (Sevilla, 1897 — Londres, mayo de 1944) redacta para su obra A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España.


Manuel Chaves Nogales, periodista, escritor, crítico, antifastista, antirevolucionario, pero sobre todo veraz, honesto, fiel a sus principios profundamente democráticos, nadador entre dos corrientes como podemos seguir leyendo es este prólogo: 
“Cuando iba a Moscú y al regreso contaba que los obreros rusos viven mal y soportan una dictadura que se hacen la ilusión de ejercer, mi patrón me felicitaba y me daba cariñosas palmaditas en la espalda. Cuando al regreso de Roma aseguraba que el fascismo no ha aumentado en un gramo la ración de pan del italiano, ni ha sabido acrecentar el acervo de sus valores morales, mi patrón no se mostraba tan satisfecho de mí ni creía que yo fuese realmente un buen periodista; pero, a fin de cuentas, a costa de buenas y malas caras, de elogios y censuras, yo iba sacando adelante mi verdad de intelectual liberal, de ciudadano de una república democrática y parlamentaria.”
Para una persona inteligente y objetiva debe ser muy duro ver como unos y otros te apuntan en sus libretas de voces a silenciar mientras que “la estupidez y la crueldad se enseñoreaban de España” ya que “Idiotas y asesinos se han producido y actuado con idéntica profusión e intensidad en los dos bandos que se partiera España.” Es duro darse cuenta del tipo de ideologías de acero por las que estaba uno rodeado y de las medidas que tomaban para que la cordura no floreciera. Sabía que estaba marcado y por eso escribe 
“Me consta por confidencias fidedignas que, aun antes de que comenzase la guerra civil, un grupo fascista de Madrid había tomado el acuerdo, perfectamente reglamentario, de proceder a mi asesinato como una de las medidas preventivas que había que adoptar contra el posible triunfo de la revolución social, sin perjuicio de que los revolucionarios, anarquistas y comunistas, considerasen por su parte que yo era perfectamente fusilable.” 
Estas líneas expresan claramente la posición de mucha de la gente que se vio atrapada en ese sinsentido. Gente que formaba la Tercera España.

Como era de esperar, Manuel Chaves Nogales, tuvo que marchar tras ver tanto crimen gratuito: 
“Me fui cuando tuve la íntima convicción de que todo estaba perdido y ya no había nada que salvar, cuando el terror no me dejaba vivir y la sangre me ahogaba. ¡Cuidado! En mi deserción pesaba tanto la sangre derramada por las cuadrillas de asesinos que ejercían el terror rojo en Madrid como la que vertían los aviones de Franco, asesinando mujeres y niños inocentes. Y tanto o más miedo tenía a la barbarie de los moros, los bandidos del Tercio y los asesinos de la Falange, que a la de los analfabetos anarquistas o comunistas.”
Comparto plenamente lo que escribe el periodista José Andrés Rojo: “Lo que me interesa de Chaves Nogales es que es un periodista que consigue salvarse del clima extremista. No está en las filas radicales de la izquierda ni de la derecha. Consigue una ecuanimidad, una distancia crítica y una mirada lúcida sobre lo que está pasando”

Hace poco escuché como se le formulaba la siguiente pregunta a un periodista:  ¿Puede ser un periodista objetivo? A lo que respondió que no, que era imposible, que todo periodista es subjetivo puesto que tiene sus propias ideas, pero añadió algo más a su respuesta: no puede ser objetivo pero debe ser coherente con sus ideas y claro con sus lectores, denunciando los errores que comenten los que no son afines con sus pensamientos y también los que lo son. Inmediatamente me hizo pensar en Chaves Nogales, periodista con mayúsculas del que deberían tomar ejemplo tanto opinador sectario que frecuenta tertulias televisivas y radiofónicas, mercenarios de pluma, vendidos al amo que les da de comer. Utilizando las palabras de Elvira Lindo: “Chaves Nogales es el periodista que algunos quisiéramos leer ahora, los que sentimos la necesidad casi física de encontrar en la prensa una voz verdadera, sensata, ni pomposa ni simple, que no se deje llevar por discursos mitineros que se convierten en el alimento de un lector hambriento de sectarismo, que solo espera que alguien pase a limpio su bendita opinión. Chaves Nogales estuvo muchas veces en contra de sus lectores. Defendió activamente la República ante todo aquel que, cegado por una ideología absoluta, quisiera cargársela.”

Como dice Andrés Trapiello en el prólogo de El maestro Juan Martínez que estaba allí “Chaves Nogales perdió la guerra y la literatura, a diferencia de la mayoría de sus colegas, que o bien ganaron la guerra o bien ganaron los manuales de literatura”. Pues bien, parece ser que poco a poco este escritor va ganando la literatura ya que se están reeditando muchas de sus obras. Hay que agradecer a Libros del Asteroide que se hayan embarcado a dar a conocer su obra. También a María Isabel Cintas Guillén el trabajo biográfico Chaves Nogales. El oficio de contar que ha contribuido en gran manera a poner de actualidad a este escritor.

Dentro de su obra voy a destacar cuatro de sus libros, distintos en género cada uno de ellos:

Juan Belmonte. Matador de toros que a día de hoy es la mejor biografía escrita de este torero.

El maestro Juan Martínez que estaba allí divertida novela basada en las peripecias reales de un bailaor de flamenco y su mujer los cuales estando de gira en Rusia se ven inmersos en la revolución bolchevique.

La agonía de Francia ensayo sobre la caída de Francia ante el empuje nazi donde se desmitifica a Francia como referente de democracia y libertades, inmersa en corrupciones, sin ejército y en cuyo ambiente se respiraba un ligero tufillo pro-fascista. En líneas generales da respuesta a una pregunta que muchos nos habíamos hecho: ¿Cómo un pueblo como el francés, adalid de la libertad y la lucha por la igualdad, se dejó caer en manos de la Alemania nazi casi sin luchar en la 2ª Guerra Mundial y aceptó las condiciones impuestas?

A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España libro de relatos ambientados en la Guerra Civil Española en los que se puede ver claramente como reparte su crítica de igual manera a izquierda y derecha, en unos relatos crudos, lejos de la sensiblería que muchas veces nos encontramos cuando leemos narrativa sobre este conflicto, reales, sin cocinar y sin pre-digerir. Es sorprendente lo claro que lo tenía tan al principio del conflicto. Para ilustrar un poco esto que indico, aquí dejo el párrafo final del último relato, Consejo obrero, para que juzguéis vosotros mismos:
"Y murió batiéndose heroicamente por una causa que no era la suya. Su causa, la de la libertad, no había en España quien la defendiese."

Para cerrar quiero dejar un párrafo de Manuel Vicent: “Con este autor se ha dado un hecho curioso. Fue en su tiempo uno de los grandes; puso su afilada inteligencia y un estilo literario sin ninguna veta de tocino al servicio de la historia; contó de primera mano las cosas que pasaban en la calle; estaba donde había que estar, en los acontecimientos políticos, en los homenajes literarios; era citado, admirado y seguido por una legión de lectores y de repente, terminada la Guerra Civil, se lo tragó la tierra y ni siquiera era recordado como un exiliado famoso. Tal vez este hecho se deba a que, en uno y otro bando, él nunca se consideraba de los nuestros, sino el dueño de la voz libre, comprometida con la democracia y consigo mismo. “

Personalmente ha sido el gran descubrimiento literario que he tenido en los últimos años por lo que espero y deseo que muchos más lectores se acerquen a este autor y puedan disfrutar de su literatura y que de este modo, este autor alcance el lugar que se merece.



Bibliografía:

Juan Belmonte, matador de toros. Manuel Chaves Nogales. Libros del Asteroide. Abril 2012.

El maestro Juan Martínez que estaba allí. Manuel Chaves Nogales. Libros del Asteroide. Enero 2012.

A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España. Manuel Chaves Nogales. Libros del Asteroide. Abril 2012

La agonía de Francia. Manuel Chaves Nogales. Libros del Asteroide. Abril 2012.  


Chaves Nogales, que estaba allí. Elvira Lindo. El País. 9-Sep-2012
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/09/07/actualidad/1347026698_221862.html

El periodista que miraba a la gente. Santiago Belausteguigoitia. El País. 15-May-2012
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/05/15/andalucia/1337106915_459986.html
 
Disparar a la distancia precisa. Manuel Vicent. El País. 14-Jul-2012
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/07/11/actualidad/1342015126_643988.html

Chaves Nogales, cronista de la aurora. Arcadi Espada El País. 23-Nov-2001
http://elpais.com/diario/2001/11/24/babelia/1006561028_850215.html

3 comentarios:

  1. Un estupendo artículo sobre una figura tan desconocida como imprescindible que entre todos hay que reivindicar y recuperar. Personalmente, de este verano no pasa que lo lea. Gracias, cuscurro.
    natura

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  2. Querido Cuscurro:

    Fuíste el culpable de que leyera A sangre y fuego y quedara, para siempre en mi recuerdo, como un libro excelente y a Manuel Chaves como un escritor que no se debería olvidar jamás.

    El artículo, tan bueno que has escrito, sirve para traerlo al presente en unos momentos en los que el periodismo está en unos niveles bajísimos y necesita de figuras como ésta.

    Muchas gracias y me encanta leer trabajos como éstos.

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  3. Solo me he permitido el trasmitir el entusiasmo que me despertó este autor cuando me topé con él. Desde entonces lo voy recomendando allá donde vaya.
    Las gracias se las tenemos que dar a Chaves Nogales por dejarnos su literatura.

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