Verdades y mentiras. La historia de la India y Pakistán narrada por Salman Rushdie - Montse Gallardo



¿Se puede narrar la historia de un país sin ser historiador? ¿Se puede novelar la historia, sin escribir novela histórica? Salman Rushdie lo hace. El autor, a través de sus libros, nos cuenta la historia del subcontinente indio; una historia poblada de telépatas, mendigos, cantantes mudas, prostitutas brujas, soldados cobardes, madres castrantes, madres amantes, hombres simples, hombres herederos de grandes imperios, hombres ignorantes de su realidad, hechiceras, monjas, faquires, abogados, ángeles, demonios, genios,… hombres y mujeres que transitan entre la realidad y la fantasía, mientras viven los acontecimientos de su país, a veces de espalda a ellos, a veces siendo sus víctimas, a veces provocándolos.
¡Créeme, no me creas,pero así fue como ocurrió!*

Las novelas de Salman Rushdie[1],autor angloindio nacido en Bombay en 1947, se enmarcan comúnmente en elrealismo mágico[2].A diferencia de Cien años de soledad, de García Márquez –novela canónica del género (si bien, no la primera)- en la que no hay referencias ni a hechos históricos reales (salvo el descubrimiento de América y como una mención de pasada) ni a ciudades existentes; en las novelas de Rushdie la Historia y las ciudades (Delhi, Bombay, Goa, Accra, Karachi,… ) son parte integrante de la narración y permiten contextualizar en un lugar y en una época los acontecimientos sorprendentes, extraños, increíbles en los que los personajes de las novelas se ven inmersos.
En este artículo vamos a hacer una somera revisión de cuatro novelas del escritor (elegidas por el simple criterio -subjetivo y discutible- de que son las que más me gustan y las que me parecen de mayor calidad entre las que he leído) centrándonos en su contexto histórico y -en ocasiones- geográfico, con el fin de comprender cómo –entre la magia exuberante de las novelas de Rushdie- hay también una gran dosis de realidad, de crítica social, de postura ideológico y política ante los acontecimientos. El realismo mágico del autor envuelve en irrealidad una realidad dura y cruel, que es más llevadera narrada como una fábula que como una crónica de sucesos.
Así, Hijos de la medianoche (Midnight's Children, 1980), novela revelación de Rushdie[3]comienza en la medianoche del 14 de agosto de 1947, momento en el que La India se independiza de Gran Bretaña, pasando a ser una república independiente, aunque la historia (de los personajes y del propio país) se inicia mucho antes.
La independencia del país, junto con la división de La India y Pakistán, marca la vida de los protagonistas de la novela que simbolizan la nueva India, nacida esa medianoche que da título al libro y que conforman una generación de niños y niñas al inicio, hombres y mujeres con el transcurrir de la novela, que tiene en sus manos el destino de su país. Todos ellos –al haber nacido en la cercanía de esa medianoche mágica- tienen algún don (la profecía, la telepatía, la invisibilidad, etc.) que les permite comunicarse en el tiempo y la distancia y conformar un grupo diverso e igual, unido al principio y cada vez más distante y conflictivo, reflejo de la distancia y el conflicto que se instala en La India y Pakistán en sus primerosaños de independencia.
El protagonista, Saleem Sinai, llamado a reunir a todos los hijos de la medianoche en un proyecto de construcción del país para el progreso, la paz y la convivencia, se ve reducido a la nada por su gran rival, otro hijo de la medianoche –Shiva- que llegará a ser Mayor del ejército indio durante el Gobierno de Indira Gandhi y pondrá a todo el aparato del Estado en contra de Saleem (y de los pobres, los analfabetos, los musulmanes, los ladrones, los marginados y todos aquellos que no responden a la imagen de la India moderna que preconiza la Primera Ministra). Saleem termina sus días en el barrio de los magos de Bombay, en la indigencia y enfermo, esperando su último momento, sabiéndose víctima de los acontecimientos, pues “es privilegio y maldición de los hijos de la medianoche ser a la vez dueños y víctimas de su tiempo, renunciar a la intimidad y ser absorbidos por elremolino aniquilador de las muchedumbres, incapaces de vivir o morir en paz” (página 647)
La presencia británica en el subcontinente, el asesinato de Gandhi, las convulsiones de la partición del país, las luchas internas de Pakistán, el genocidio de Bangladesh, las intrigas políticas de la Liga musulmana, el gobierno del partido del Congreso de Indira Gandhi, etc. son referencias de la historia de los personajes, quienes son partícipes y desencadenantes de los acontecimientos.
Su siguiente novela, Vergüenza (Shame, 1983), transcurre en Pakistán y refleja la realidad convulsa del país, basando sus personajes principales en las figuras de Zulfikar Ali Bhutto (encarnado en Iskander Harappa en la novela) y del general Muhammad Zia-ul-Haq (el general Raza“Redaños” Hyder, en la novela) .
Es una novela que habla de la vergüenza personal y nacional. Parte de la escisión de la India que obligó a cientos de miles de musulmanes a irse de sus casas, abandonar sus tierras y sus posesiones –que, en el reparto, habían quedado en territorio indio- y emigrar al que se supone que es su país, que no reconocen, que no sienten suyo y que no les da nada más que promesas, que no se cumplirán nunca.
En esta novela los acontecimientos históricos están más enmascarados, más escondidos en nombres falsos y lugares inexistentes, pues Rushdie decide que imaginación y realidad, siendo la misma cosa, deben ir por separado.
“El país de esta historia no es el Pakistán, o no del todo. Hay dos países, uno real y otro ficticio, que ocupan el mismo espacio, o casi el mismo espacio. Mi historia, mi país ficticio existe, como existo yo, en ligero ángulo conrespecto a la realidad. He descubierto que ese descentrado es necesario; pero su utilidad, desde luego es discutible. Mi tesis es que no escribo sólo sobre Pakistán.
No le he dado al país ningún nombre. Y Q. [donde transcurre la mayor parte de la novela] no es realmente Quetta, en absoluto. Pero no quiero ser rebuscado en una cosa: cuando llegue a la gran ciudad, la llamaré Karachi” (páginas 45 – 46)
Y aunque premeditadamente no es una historia de Pakistán (o no del todo), la novela está llena de disgresiones y apuntes sobre la política del país, sobre lo que significa el islamismo en la política, sobre la diferencia entre Pakistán e Irán, o sobre el poder de los mullahs, asunto plenamente vigente aún hoy en día.
“El llamado «fundamentalismo» islámico no brota, en el Pakistán, del pueblo. Se le impone desde arriba. Los regímenes autocráticos encuentran útil abrazar la retórica de la fe, porque el pueblo respeta ese lenguaje y se resiste a oponerse a él. Así es como las religiones apuntalan a los dictadores; rodeándolos de palabras poderosas, de palabras que el pueblo se resiste a ver desacreditadas, privadas de sus derechos, ridiculizadas” (página 374)
También es llamativa la historia narrada en El último suspiro del moro (The Moor's Last Sigh, 1995), narrada por Moraes Zogoiby, llamado Moor en su familia (moro, en inglés).
Elúltimo suspiro del moro nos cuenta una historia de la India poco conocida (quizá porque es menos reciente que la colonización británica, o el papel de Gandhi o la independencia; quizá porque el impero portugués no ha dado lugar a tantas películas y novelas como el británico): la colonización comercial portuguesa, después de que Vasco de Gama surcara por primera vez la ruta marítima hacia La India en 1498.
“Pimienta es lo que trajeron los altos barcos de Vasco de Gama a través del océano, desde la Torre de Belém de Lisboa hasta las costas de Malabar; primero a Calicut y, luego, por su puerto de laguna. Los ingleses y franceses siguieron la estela de aquel portugués primer llegado, de forma que, en el periodo llamado Descubrimiento de la India -¿cómo podían descubrirnos si no estábamos cubiertos? -fuimos “no tanto un subcontinente como un subcondimento”, como decía mi ilustre madre.
-Desde el principio, lo que quería el mundo de la maldita madre India estuvo clarísimo –decía-. Vinieron buscando picante, como cualquier hombre que se va de putas” (página 13)
Y esa presencia portuguesa la vemos en los nombres de la familia de Moor: desde los bisabuelos Francisco da Gama y Epifania Menezes, y sus abuelos, Camoens da Gama, Isabella Souza, Aires da Gama, hasta su madre Aurora da Gama, todos ellos indios de Cochin (estado de Kerala)
En la novela, la historia de Moor –narrada con saltostemporales de siglos, hacia adelante y hacia atrás- entronca con la Historia universal, pues ese último suspiro del título nos remite al moro Boabdil, a quien su madre le dice la famosa frase “Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre”, al abandonar Granada en 1492. Y la madre de Moor, Aurora, también tiene una gran relevancia en esta historia, que a veces es Historia.
Para finalizar este artículo, mencionaremos La encantadora de Florencia (The enchantress of Florence, 2008). Esta obra suele catalogarse como novela histórica, pues tiene bastantes elementos del género, aunque nunca olvida la magia, la fantasía, la irrealidad, tanto en los sucesos como en la explicación de los acontecimientos históricos.
La encantadora de Florencia se desarrolla a finales del siglo XVI y se inicia cuando un extraño personaje llega a la corte de Akbar el Grande, emperador del Imperio Mogol desde 1556 hasta 1605[4]. Akbar existió realmente, como también Maquiavelo, Borgia, Boticcelli y otros personajes que aparecen con más o menos peso en la novela. Aquí se nos cuenta una Historia de la India aún más lejana que en las novelas anteriores.
Sin embargo, la magia está presente en toda la historia, no sólo por esa encantadora de Florencia cuyo origen es desconocido y la convierte –aparentemente- en inmortal, sino porque la corte de Akbar es un cúmulo de intrigas en las que se implican demonios, hay sueños que se encarnan en fantasmas más reales y apreciados y queridos que los seres humanos de verdad, las mentiras degeneran en verdades, la verdad ¿existe?
El protagonista, Uccello de Firenze, más tarde Mogor dell’Amore, “hechicero y erudito”, no es más que un gran prestidigitador de las palabras y las almas, el verdadero encantador, el gran liante que fascina al Gran Mogol y modifica la historia con vulgares juegos de manos. Aparentemente, La encantadora de Florencia es una novela histórica, pero como en todas las mencionadas anteriormente, la Historia es sólo el telón de fondo de una narración que no es ajena a esos acontecimientos pero –la mayor parte de las veces- los elude, distorsiona o juega con ellos.
Las novelas de Rushdie son una crítica del poder político, del abuso de los gobernantes, de la intolerancia religiosa. Narra con lucidez, melancolía, rabia y -a veces- frivolidad- la diáspora del pueblo indopakistaní, separado y unido tantas veces por la Historia, que Rushdie convierte en historias cotidianas, cercanas, sublimes, ridículas, divertidas, indignantes... como la vida misma.
Resalta los acontecimientos históricos que han convulsionado a su país y a su pueblo envueltos en una pátina de magia, absurdo e irrealidad que convierten su obra –al menos, las mencionadas en este artículo- en una lectura amena, subyugante, enriquecedora y sorprendente, que no nos priva de la maldad y crueldad de los acontecimientos; simplemente los disfraza de absurdo, fantasía y leyenda para hacerlos más soportables.

Ediciones consultadas:
Hijos de la medianoche, Alfaguara,8ª reimpresión, 1988
Vergüenza, Alfaguara, 2ª edición, 1985
El último suspiro del moro, Plaza y Janés, 3ª edición, 1995
La encantadora de Florencia, DeBolsillo, 1ª edición, 2010


* Hijosde la medianoche, página 502
[2]Ver el interesante artículo sobre el género escrito por María Achitenei en http://www.babab.com/no29/realismo_magico.php
[3]La novela le valió el Premio Booker, el galardón literario más prestigioso delReino Unido, en el año 1981. En 1993, esta obra fue premiada con el llamadoBooker of Bookers, premio concedido al mejor de todos los libros galardonadoscon el Premio Booker en sus primeros 25 años de existencia

3 comentarios:

  1. ¡Qué bien lo pasé cuando leímos "Hijos de la medianoche"! Y qué descubrimiento fue para mí este autor que escribe con tanto colorido, tanto humor y tanta magia que hace menos dura la triste y dura realidad que muchas veces te está contando.
    Estupendo artículo. Muchas gracias, guapa.

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  2. Gracias a ti; me lo pasé muy bien escribiéndolo y recordando estas obras...

    Ahora sólo me falta saber quien eres jajaja. Como fuimos tres quienes compartimos la lectura de Hijos de la medianoche, sé que no debería ser difícil averiguarlo...

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