Inventario de atrocidades. La Primera Guerra Mundial según Jacques Tardi - Eduardo M.



A sus más de sesenta años y con casi cuarenta de carrera, Jacques Tardi (1946) es una de las figuras centrales del tebeo francés contemporáneo. La reciente adaptación al cine de una de sus creaciones más famosas, Adèle Blanc-Sec, ha puesto de nuevo de actualidad a este autor conocido también por trasladar al cómic obras literarias como las aventuras de Néstor Burma, el detective creado por Léo Malet, o
Viaje al final de la noche de Louis-Ferdinand Céline. Ahora bien, si existe un tema al que Tardi haya regresado recurrentemente a lo largo de su trayectoria, ése ha sido la Primera Guerra Mundial, a cuya disección ha consagrado algunos de sus álbumes más conocidos.

Jacques Tardi se aproximó por vez primera a la Gran Guerra en La flor en el fusil, un relato breve en blanco y negro incluido como complemento en el álbum Adiós Brindavoine (1974). En él, el joven Lucien Brindavoine, tras vivir la extravagante aventura que da nombre al álbum, se incorpora forzosamente al ejército francés y es conducido al frente. Allí recibe una herida de bala, sufre un delirio premonitorio y despierta confinado en tierra de nadie, rodeado de soldados de distintas procedencias (un francés, un senegalés, un alemán). El episodio le vale a Tardi para mostrar la posibilidad de entendimiento entre un grupo de soldados que, perteneciendo a países o bandos opuestos, deberían comportarse como enemigos, premisa un tanto ingenua que el autor matiza a través de un tono onírico y un desenlace pesimista. La historia anticipa alguno de los rasgos en los que el autor reincidirá posteriormente, como la adopción como único punto de vista el de los soldados de a pie, cuya función en la guerra es la de ser carne de cañón. El personaje de Brindavoine aparecería más tarde, en su versión más cáustica y malhumorada, en El secreto de la salamandra (1981) y varios álbumes posteriores de la serie Las extraordinarias aventuras de Adèle Blanc-Sec. Aunque concediéndole sólo un papel secundario, Tardi se vale de él para introducir como subargumento en la saga las consecuencias de la guerra en Francia y especialmente la situación de los veteranos de guerra, muchos de ellos lisiados, con traumas psicológicos o condenados a la indigencia. A medida que las apariciones del personaje se suceden su personalidad se va desdibujando, absorbido por el tono extravagante y alocado que preside la cabecera.

En 1993 llegaría La guerra de las trincheras, obra en la que el conflicto deja de ser el telón de fondo del relato para constituir el eje central de la narración. El álbum reúne un conjunto de episodios bélicos que son relatados con una visión naturalista, generosa en la exhibición de los horrores de la guerra y con un tono próximo al documental. Sus protagonistas son siempre soldados de baja graduación, hombres que se han visto arrastrados al frente en contra de su voluntad y que carecen de otra motivación que no sea la supervivencia diaria. No se nos ofrecen muestras de su valor sino del miedo y la desesperación que padecen. Sin llegar a simpatizar con el enemigo, sí mantienen respecto a él una ambigua empatía, dirigiendo su odio hacia sus propios superiores, de quienes se nos dice que castigan con más dureza a los soldados de su bando que al enemigo. En un ambiente sucio y frío, en el que la muerte es una presencia constante, la deserción e incluso la automutilación cobran sentido como alternativas razonables para alejarse del frente. No encontramos en toda la obra una sola mención a las causas geopolíticas que originaron el conflicto, tampoco a sucesos relevantes en el devenir del mismo. Tardi no sólo pretende eludir cualquier idea justificadora, sino también despojar a la guerra de sentido épico, por lo que los hechos que nos traslada resultan irrelevantes desde una perspectiva global y sus protagonistas son siempre personajes insignificantes. Uno de los mayores éxitos del autor francés es el de haber sido capaz de ofrecer un relato descarnado y cruel, implícitamente antibelicista, sin caer en excesos dramáticos o en un tremendismo gratuito.

En 1997 Tardi publicaría La última guerra, álbum producido en colaboración con el escritor Didier Daeninckx en el que se aborda de nuevo el conflicto, esta vez valiéndose de un argumento policíaco. Eugène Varlot, el protagonista, es un ex-combatiente que se ha reconvertido en investigador tras el fin de la Gran Guerra. Después de un tiempo ocupándose de los casos de divorcio que el conflicto había fomentado por la larga ausencia de sus casas de los maridos llamados a filas, Varlot pasa al más lucrativo negocio de localizar en hospitales y morgues a soldados desaparecidos, ya que “las mujeres casadas con un desaparecido estaban dispuestas a reconocer al primer chalado que se presentara para conseguir el divorcio”. Así pues, Tardi y Daeninckx nos muestran a un protagonista cínico y descreído que se desenvuelve en una sociedad cuyos valores se han visto trastocados por la guerra. Por si fuera poco, el argumento gira en torno al chantaje al que se ve sometido un coronel del ejército francés, lo que es utilizado por los autores para cargar de nuevo las tintas contra los altos cargos militares. De acuerdo con el estereotipo habitual en la obra de Tardi, el buen nombre del coronel Fantin en la milicia no proviene de sus campañas contra el enemigo sino de la represión ejercida en su propio bando. El ex-soldado Varlot no oculta el desprecio que siente hacia él, si bien no tiene inconveniente en aceptar su dinero. Ambos son exponentes de una sociedad embrutecida por la guerra, cuyos integrantes han perdido la esperanza y con ella los de escrúpulos.

Tardi y Daeninckx publicarían posteriormente El soldado Varlot (1999), álbum breve que desarrolla un capítulo bélico que aparecía apuntado en el volumen anterior. En La última guerra, el detective Varlot revivía en sueños de forma recurrente un episodio que había vivido en el frente: un compañero de filas se suicidaba unos segundos antes de que en la trinchera cayera una granada del enemigo; el soldado Varlot, en un gesto aparentemente incomprensible, se ensañaba con su compañero muerto, destrozando su cráneo con la culata del rifle. En este álbum se explica el porqué de esta conducta de Varlot y se narra cómo éste busca a la viuda del fallecido para hacerle llegar su última carta. Se trata de un episodio anecdótico, aparentemente surgido de un descarte de la historia anterior, y que alcanza las 38 páginas porque Tardi amplía su dibujo hasta ocupar planchas enteras con apenas dos viñetas. Pese a ello, Tardi y Daeninckx no pierden la ocasión de mostrarnos no sólo las penurias del día a día en las trincheras, sino también la difícil situación en la que se encontraban las mujeres que tenían a sus esposos en el frente.

A pesar de toda esta producción previa y pese a encontrarnos ya a las puertas de la segunda década del siglo XXI, Tardi no renuncia a reelaborar su discurso sobre la Gran Guerra y entre 2008 y 2009 publica la que probablemente sea su más compleja y lograda aproximación al conflicto, ¡Puta guerra!. En su formato original, la obra fue publicada en seis álbumes en formato de periódico, correspondiéndose cada uno de ellos con uno de los seis años en que la guerra tuvo lugar (1914-1919). Cada álbum finalizaba con un apéndice documental a cargo del historiador Jean-Pierre Verney. En nuestro país se ha editado en dos ocasiones, si bien en ambos casos en tomos recopilatorios, el segundo de ellos en edición de lujo y acompañada de un DVD.

Lo primero que llama la atención de esta obra es la cuidadosa planificación de su acabado gráfico, empezando por la presencia del color (ausente en prácticamente todas las obras que hemos mencionado hasta ahora), recurso que el autor utiliza con sabiduría, pero también perceptible en otros aspectos de la misma. Tardi construye su narración a partir de un esquema de página repetitivo (división de la plancha en tres viñetas horizontales de igual tamaño), sobre el que apenas realiza alguna variación puntual. Dicho esquema le vale para provocar algún efecto interesante, fundamentalmente el establecimiento de simetrías entre una página y la siguiente, pero su consecuencia más notable es la de crear un ritmo narrativo constante, casi monótono, lo cual proporciona al relato una frialdad que lo aproxima de nuevo al tono documental. La objetividad de la imagen contrasta con la subjetividad del texto, encerrado de forma casi exclusiva en los cuadros que acompañan las viñetas. Tardi concede la palabra de nuevo a un soldado raso, un protagonista que en este caso ve desdibujadas sus atribuciones hasta convertirse en poco más que un hilo conductor para el relato. El contraste entre texto e imagen alcanza su punto más brillante hacia el final de la obra, cuando uno y otra se desvinculan para articular dos relatos paralelos. El resultado es brillante a pesar de la sencillez de las herramientas empleadas.

La más reciente obra de Tardi demuestra que se encuentra en plenas facultades. Dada la insistencia con que ha venido regresando sobre el mismo argumento, no parece que debamos descartar que ponga de nuevo su talento al servicio de una nueva aproximación a la Gran Guerra. Considerando las cotas alcanzadas en su producción previa, sería una excelente noticia.


BIBLIOGRAFÍA CITADA

DAENINCKX, Didier y TARDI, Jacques (1985): El soldado Varlot. Ed. Norma, Barcelona.
DAENINCKX, Didier y TARDI, Jacques (1999): La última guerra. Ed. Norma, Barcelona.
TARDI, Jacques (1983): Adiós Brindavoine y La flor en el fusil. Ed. Norma, Barcelona.
TARDI, Jacques (2000): La guerra de las trincheras. Ed. Norma, Barcelona.
TARDI, Jacques (1982): Las extraordinarias aventuras de Adèle Blanc-Sec: El secreto de la salamandra. Ed. Norma, Barcelona.
TARDI, Jacques (2010): ¡Puta guerra! Ed. Norma, Barcelona.

4 comentarios:

  1. No conocía este autor, ni su obra, y además de conocerlo con este artículo, me ha gustado cómo lo has presentado.
    Estoy segura de que a mi novio le van a gustar sus obras, así que me lo apunto para posibles regalos.
    ¡Me ha encantado el artículo!

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Tatiasha. A ver si hay suerte y a tu novio le gusta. Creo que lo más fácil de conseguir actualmente es "La guerra de las trincheras" y "¡Puta Guerra!", ambas altamente recomendables.

    ResponderEliminar
  3. Hola, Eduardo.
    Enhorabuena por tu artículo y por acercarnos a este autor que según cuentas nos acerca a la desolación y la esterilidad que significa la guerra entre los pueblos.
    Cape.

    ResponderEliminar
  4. Gracias Cape, si no has leído nada de tardi te animo a que lo hagas. Vale la pena.

    (Por cierto, el anónimo del 2º mensaje soy yo)

    ResponderEliminar

No hay comentarios