La hoja roja - Abén Razín


En una entrevista hecha por Antonio Corral Castanedo y publicada por Galaxia Gutenberg le preguntaba a Miguel Delibes por el concepto de trascendencia, él respondió con su particular retranca: “Hay muchas maneras de entender la trascendencia. Hay algunos para quienes llamar Pierre al protagonista de la novela, ambientarla en París y arrancar diciendo: ‘Hoy he roto con Dios’, es muy trascendente. Para mí la trascendencia depende de la carga humana de la novela, aunque el protagonista se llame Crescenciano”.

Esa trascendencia es la que cultivó Miguel Delibes en su novela cuando persistió en captar la esencia de los hechos y, sobre todo, de las personas: “La misión del novelista es captar la esencia del hombre y apresarla entre las páginas de un libro”. Nos situó al otro lado del espejo, contándonos el acontecer del hombre. Para Delibes, la novela tiene que hablar de hombres y no de ideas y de conceptos, por eso el lenguaje desde El camino (1950) empieza a brotar de una forma sencilla sin necesidad de engolamiento. En definitiva, no es un lenguaje metafísico aunque hable de seres, es decir, los hombres cuando expresan sus sentimientos no necesitan de la retórica y Miguel Delibes lo sabía.

En este sentido, el de los modismos y la forma con la que sus personajes se expresan, con La hoja roja (1959) se sitúa entre otras dos muy parejas: Diario de un emigrante (1958) y Las ratas (1962), que ya son pioneras de una manera específica que recorre toda la narrativa delibesiana, el habla de Castilla la Vieja. Los personajes como la Desi, Lorenzo y el Nini se explican de la misma manera que lo hacen los habitantes de los pueblos de Castilla, han mamado esas expresiones y Delibes en sus largos paseos por esas zonas rurales, ya había tenido que sortear, por ejemplo, almorrones.

Pero es evidente que en La hoja roja hay mucho más, en esta obra asoman temas que ya serán constantes en toda su producción literaria. Desde mi punto de vista, nos encontramos con 1) la muerte como límite humano y obsesión permanente; 2) la solidaridad con los seres que rezuman marginalidad; 3) la libertad como elemento básico de todo hombre y 4) la naturaleza -lo rural- como lugar donde el hombre tiene arraigado su ser más profundo.

Resumiré como van extendiéndose estos elementos en la obra que he intentado analizar y que, con gusto, he meditado. Así veo que:

1) La muerte. Es algo conocido y reconocido por el autor: “La muerte es una constante en mi obra. Y diría más, diría que es una obsesión”.  Siempre estuvo presente desde su más tierna infancia y desde el principio de su obra, el título de esta novela lo deja bien a las claras, la hoja roja a don Eloy le llega cuando se jubila. Concienciado de que el tiempo se le ha cumplido y de que está en “la antesala de la muerte”, comienza por ajustar cuentas son su pasado -la familia, los amigos y las aficiones- y ahora también con el presente -su relación con la Desi-.

En su pertinaz obsesión con la muerte, no obstante Delibes permite a don Eloy expresar una cierta amistad sin que resulte tan desgarrador el óbito de su amigo y el recuerdo de la muerte de su mujer e hijo. De alguna manera, don Eloy -alter ego aquí de Delibes- toma conciencia de que su vida ha estado acompañada de ese sentimiento y quizás por ello pueda permitirse esa charla amistosa con las sepulturas del cementerio. No hay miedos, ni obsesiones, hay, simplemente, aceptación de un hecho ineludible.

2) La solidaridad. En principio, en La hoja roja, Delibes nos presenta dos seres profundamente solitarios y marginales. En el caso de don Eloy, el comienzo de la novela no deja lugar a dudas: “Por tercera vez en la vida el viejo Eloy se erigía esta noche en protagonista de algo”. En toda la obra de Miguel Delibes, existe una predilección natural por los débiles y marginados de esa sociedad, aquí toma partido por un viejo olvidado por todos -es significativa la fiesta de jubilación después de un discurso mediocre y cuyo final se palpa en la soledad del retorno del homenajeado- y por una sirvienta analfabeta, la Desi, de la cual parece que todo el mundo se quiera aprovechar y que sólo su genio y su arranque le permiten retrasar un rechazo total por todos aquellos que le rodean.

Vistas las vidas de los personajes de esta obra: a la Desi y a don Eloy no les queda más remedio que hacerse compañía mutuamente para sobrellevar una soledad insufrible -los amigos se mueren y la familia y el novio abandonan- Así las cosas, don Eloy le sirve de profesor a la Desi y ésta le acompaña más allá de sus tareas domésticas, sabiendo que “este señorito no es como los otros” y que resulta más considerado que otros que conoce.

3) La libertad. En todos los personajes de la narrativa de Miguel Delibes encontramos un anhelo constante por luchar celosamente por la libertad, entendida ésta como independencia. Bien es cierto que, en el caso de La hoja roja, don Eloy y la Desi están condicionados por su pasado y por su estatus social: ninguno de los dos pueden obviar de donde vienen, sin embargo están decididos a construir un presente y un futuro, en el que ellos sean los protagonistas principales.

Don Eloy sigue cultivando sus amistades más allá de lo que puedan decir y de lo que puedan opinar, sólo el elemento con su familia hace que rectifique su empresa, en aras de un entendimiento definitivo que ajuste las cuentas que le falta para ir abandonando la antesala y la Desi entiende que la superación de la incultura le puede ofrece un futuro mejor del que hasta ahora atisba.

Más allá de la vida que se les ofrece a los personajes de La hoja roja les asiste un deseo irrefrenable de querer ser lo que son: sujetos libres, incluso cuando todo indica que están arrojados a una existencia desgraciada.

4) La naturaleza -lo rural-. Quizás este aspecto es el que más ha sido destacado de la vida y obra de Miguel Delibes y con razón. En cuanto a los personajes que circulan por las obra de Delibes no cabe explicarlos, al menos en ésta su primera etapa literaria, sin relación interna con la naturaleza que les asiste o con el mundo rural con el que interactúan.

En La hoja roja, don Eloy es un personaje que vive en una “ciudad de provincias” con muchas referencias en el relato al clima que padece y con evidentes recomendaciones a una vida sana, propias de una botica rural y casera. Ahora bien, este aspecto se acentúa cuando se trata de la Desi desde el novio - el Picaza- hasta el deseo de volver al pueblo, a toda costa, todo tiene una íntima conexión: un personaje que vive ensortijado con este ambiente.

Hasta aquí mi convicción de que esta novela, escrita sin haber cumplidos los cuarenta años, tiene todos los elementos delibesianos que más tarde se extenderán por toda su narrativa. Obra que es símbolo de todo aquello que interesa al hombre: la soledad, la muerte, la libertad y la naturaleza, elementos que nos conforman y que intentamos moldear a lo largo de nuestra vida.

En La hoja roja está Delibes expresado en todas sus potencialidades y que, como lector suyo que soy, puedo afirmar que mi encuentro con este autor me hace suscribir el comienzo de la novela El camino: “Las cosas podían haber sucedido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron así” porque encontré un escritor que me puso a mirar lo que soy y lo que somos: seres humanos, hombres y mujeres que padecen y sienten".

Espero que todos los que leáis a Miguel Delibes, tengáis esa agradable sensación de lectura que te queda cuando acabas una obra suya que te relata sencilla y directamente un acontecimiento humano y, también, acabemos afirmando, como la Desi: “Como usted mande, señorito”.

6 comentarios:

  1. Abén, magnífico artículo, os cito a Delibes y a ti porque me ha encantado:“Las cosas podían haber sucedido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron así” porque encontré un escritor que me puso a mirar lo que soy y lo que somos: seres humanos, hombres y mujeres que padecen y sienten". Yo también me siento afortunada de haber aprendido mucho de Delibes. Gracias por la iniciativa que tuviste de la lectura conjunta de La hoja roja.

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  2. Estupendo el articulo Aben, como no no podría ser de otra manera. Ya tengo La hoja roja entre mis pendientes, espero comentarlo contigo!

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  3. Cuando me leí la hoja roja no ví los items que indicas en tus artículos. Tal vez se merezca una relectura más pausada ;) Excelente artículo, Aben

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  4. Aben, gran artículo. Me están entrando ganas de correr a la librería a comprarme el libro. Ahora ya está entre mis pendientes. Espero, como dice mamaje, comentarlo contigo cuando lo lea. Un abrazo

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  5. Hola desde Flandes, Abén. Le lo digo, aqui no es conocido mi autór preferido en lengua Castellana, Español, Valsolitano, ...hombre de la meseta. Le lo digo pués a mí es y siempre será Don Miguel, a través y por medio de sus letras, un vínculo, vínculo casi imposible a definir, con un pais, el suyo, cual en realidad, no conozco más que por un paisaje, el aparente dureza y la testudez de su gente, sus vinos y ...para mí personalmente... un camino de tierra yendo a Santiago. Es muy dificíl, ademas de por el hecho que, para escribir en Castellano, hay yo que usar ciertos artificios, las cuales a menudo no transladen de la manera la más exacta mis sentimientos sobre un asunto, un pueblo, un pais cual he puesto, yo, en un lugar en mi miente, quizá sín razones, sín acertar con la verdad. Tengo una vista de una Castilla...¡antiguada! La de aldéas, cementarios con cipréses alargadas, tapías, y bonitas palabras sobre la eternidad y el descanso. Sé qui se esconden en ellas, y hay que decirlo, horrores de tiempos revueltos. También reconozco similitudes con la gente de Flandes, mas del pasado, pues hoy al día ya casi se ha perdido mucho, mucho (y también se ha ganado, ganado ... demasiado)
    Estoy leyendo "La Hoja Roja", hasta ahora alcancé la página 52 Ya leí media docena de novelas de Miguel Delibes. A menudo entendí la mitad, pero esa mitad vale más que otros muchos libros con poco contenido. Estoy leyendo, de primero, con bastante rapidez y un
    diccionário ESP-NL. Despues me lo leyo otra vez, buscando cada palabra que no conozco con el María Moliner y con un diccionário especial "M D" cual imprimí de la red. Esta difícil. Y es magnífico. El lenguaje, ¡el lenguaje!
    Escribí algo aqui http://pabloelflamenco.blogspot.com/2010/04/fallecio-miguel-delibes-escritor-de-la.html

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  6. Aben, un comentario estupendo, como todos los tuyos.
    Sólo hecho de menos algo, la soledad de los protagonistas.
    Esta en toda la historia. Recorre todas las vidas, desde D. Eloy hasta su hijo.
    D. Miguel tal vez no quiere decir, que la vida es una soledad compartida.
    Un abrazo

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