El horror sobrenatural en la literatura, de H.P. Lovecraft - Andrómeda

El horror sobrenatural en la literatura – H. P. Lovecraft


Andromeda

Howard Phillips Lovecraft (1890-1937), escritor norteamericano y uno de los más grandes maestros del terror, analiza en este pequeño pero sustancioso ensayo los matices de la “auténtica literatura de horror sobrenatural”, y en cuanto a esto nos dice:



Podemos juzgar un cuento macabro no a través de las intenciones del autor o la pura mecánica de la trama, sino más bien a través del nivel emocional que es capaz de alcanzar en sus más pequeños elementos sobrenaturales. Si se excitan y sugieren las adecuadas sensaciones, entonces cabe admitir que su 'alto efecto' lo hace merecedor de los atributos de la literatura sobrenatural, sin importar cómo se ha conseguido prosaicamente. El único comprobante de lo auténticamente sobrenatural es sencillamente el siguiente: saber si suscita o no en el lector un hondo sentimiento de espanto al contacto de unos elementos y fuerzas desconocidos.”


Desde sus orígenes, la humanidad se encuentra vinculada a este tipo de sucesos, la idea del horror nace con el hombre mismo y los mitos se transforman llegando de una u otra manera a la época actual.

Lovecraft sabe elogiar pero sin duda también criticar. Nos lleva por los caminos de la novela de terror, empezando desde los albores de la novela gótica hasta la actualidad en que escribe esta pequeña obra, y lo hace reseñando sin parar, apuntando aciertos y errores de los relatos de horror más representativos.

El Castillo de Otranto, de Horace Walpole, es el indudable iniciador del género gótico. No puedo estar más de acuerdo con la apreciación del autor acerca de esta novela un tanto mediocre, pero que abre las puertas a toda una generación similar en cuanto a la esencia de sus principios.

Las críticas y justificaciones que el propio Lovecraft facilita al lector, hacen que éste pueda tener la intención de apropiarse de estas obras con esa misma visión y extraer de ellas la parte innegablemente fascinante que poseen.

El autor hace un recuento de los clásicos de la novela gótica:

Los misterios de Udolfo, de Ann Radcliffe (1764-1826), “considerada como la más típica del género gótico inicial”.

El monje, de Matthew, Lewis (1773-1818), una obra maestra que también conlleva defectos, de acuerdo a la visión Lovecraftiana.

Melmoth, el errabundo, de Charles Maturin (1782-1824), la más perfecta pero quizá menos popular al pertenecer al periodo final del gótico.

Otras novelas y autores no menos famosos son dignos de figurar en este ensayo, como es el caso de Frankenstein, de Mary Shelley, El Vampiro, de Polidori (ambos producto de un famoso desafío). Washington Irving, R. L. Stevenson, Hoffmann y Théophile Gautier (cuya Clarimonde es una de mis favoritas); Maupassant con El Horla y Gustav Meyrink con El Golem.

Más adelante, Lovecraft dedica todo un capítulo al maestro de maestros, Edgar Allan Poe. La caída de la casa Usher, por ejemplo, se retomará en varias ocasiones a partir de este punto.

Al continuar con la tradición sobrenatural en América, se incluye también al gran Nathaniel Hawthorne, “oriundo de la antigua Salem y bisnieto de uno de los más sanguinarios jueces del proceso de las brujas”. Lovecraft nos dice que una de las mejores obras de este autor es La casa de las siete buhardillas.

Hawthorne conoció muchas casas de este tipo y las leyendas vinculadas con algunas de ellas. Asimismo, escuchó muchos rumores sobre la maldición que pesaba sobre su propia familia, debido a la severidad de su bisabuelo como juez del proceso de las brujas de Salem en 1692.”

Otro de los autores que destacan aquí es Ambroce Bierce. La muerte de Halpim Frayser ha sido calificada “como el cuento más infernal de la literatura anglosajona”.

Lovecraft reconoce también el hecho de que “gran parte de la mejor literatura macabra norteamericana ha salido de unas plumas que no se consagraban especialmente a este género”. Seguramente uno de los mejores ejemplos escritos en el ensayo es el que aplica a Otra vuelta de tuerca, de Henry James.

En otro capítulo se habla de la obra sobrenatural de autores ingleses, entre los que destacan Rudyard Kipling con La marca de la bestia, que sería “singularmente emocionante”; Oscar Wilde con su famoso Retrato de Dorian Gray y Bram Stoker quien, tras errar con varias novelas, logra la fama y una ilimitada trascendencia con Drácula.

La obra de William Hope Hodgson merece especial atención por parte de Lovecraft, quien afirma que posee “una calidad de estilo más bien desigual, pero un gran poder en sus sugerencias de universo escondido y de los seres de más allá de la común esfera de la vida”. De la Trilogía del abismo, La casa en el confín de la tierra sería la más relevante.


Este ensayo es una verdadera joya, imprescindible para quien guste del género sobrenatural.


Lovecraft, H. P., El horror sobrenatural en la literatura. México: Fontamara, 1999.

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