La figura literaria de la tía Tula – Cape



La tía Tula es uno de esos personajes que han quedado fijados en la historia de la literatura española, un prototipo que recoge represiones y rebeliones, que nos introduce en un sutil erotismo hasta este momento eludido por Unamuno. Ha tenido múltiples interpretaciones y lecturas. Pero lo que sí es incuestionable es su enorme calidad.

Escrita en 1921, es una novela de plenitud creadora del autor; tiene una cierta estructura circular al acabar en un mismo punto de partida.

En La tía Tula, Miguel de Unamuno utiliza el personaje de la solterona, esa hermana que se convertirá en tía en un futuro, como una coartada expresiva de sus ideas de la inmortalidad y el trascendentalismo.

Es por eso que hay una ausencia radical de descripciones, de los personajes y sus hábitos. Lo importante son ellos mismos y sus pensamientos, expresados con abundancia de diálogos. No su aspecto físico, no aquello que les rodea, no su actividad… En realidad hay una identificación total entre la protagonista de la obra y el autor, a través de la tía Tula Unamuno trata de resolver la ecuación de su agnosticismo.

Tula y su hermana Rosa son dos huérfanas de padre. Quedan bajo la tutela de su tío, el cura Primitivo. Desde muy temprano, Gertrudis toma las riendas de la situación y se va a erigir como la figura matriarcal gracias a su energía, imposición, además de sacrificio y abnegación. Veremos en ella cómo Unamuno entiende la idea de perpetuidad.

Tula siente un tremendo horror al amor físico y carnal. A lo largo de la novela podemos ir viendo como en cuanto se produce una situación que comprometa ese aislamiento pasional en cual se ha sumergido Gertrudis, saca rápidamente su determinación y carácter, y precipita los acontecimientos, para volver a ese estado de equilibrio emocional. Es el caso de Rosa y Ramiro. Cuando Ramiro se acerca a las dos hermanas, ante el temor de poder ser pretendida por él, Tula cataliza la unión de Ramiro con su hermana y rápidamente se celebra la boda. La situación se repite tras la muerte de Rosa. Ramiro nuevamente está libre para amarla, pero ella le pide una tregua de reflexión, convencida de que la carnalidad de un hombre no puede aguantar tanto tiempo, y en cuanto se entera de que Ramiro se desfoga con Manolita, los obliga a casarse, quedando de nuevo libre del acoso sentimental.

No es que Tula sea una frígida, no es la mujer de hielo. En su interior se libera un conflicto pasional intenso. Pero ella ha elegido permanecer virgen, limpia, porque quiere perpetuarse en algo más importante que lo carnal.

En esa idea de perpetuidad, necesita de los hijos a los que infundir su carácter. Por eso su hermana debe entregarse a su marido en cuerpo y alma, y ella ejercerá el papel de virgen-madre con los hijos que tengan. Permanecerá como figura “venerada” en el espíritu de la familia por sus enseñanzas y su entrega.

Por otro lado, el autor rompe con la tradición católica que sitúa a la mujer en un plano inferior. La tía Tula es todo lo contrario a la figura de mujer sumisa y frívola. Ella no ha nacido para recibir órdenes. Por entonces se vive en el mundo una revuelta social en la que las mujeres reclaman su igualdad y su derecho al sufragio. No obstante, el ideal de mujer de Unamuno sintoniza con sus raíces en la sociedad matriarcal vasca, donde la mujer es ante todo madre, además de religiosa, trabajadora, justa, fuerte… El personaje fuerte, activo y enérgico es la mujer, frente al sumiso, representado por el hombre en este caso.

La novela cierra el círculo cuando el personaje de Manolita se yergue como una nueva tía que llena el vacío dejado en la familia por la fallecida Gertrudis como árbitro y referencia ética.

1 comentario:

  1. Muy interesante, Cape, estos temas seimpre me han gustado; tenía la idea de que había leído esta obra pero me parece que no es así. Otra para la lista. :)

    Abrazos.

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